Koenigsegg también es víctima de los exigentes clientes, prefieren el Gemera V8 al más tecnológico y brutal tres cilindros de 1.700 CV
Los clientes de hiperdeportivos son tan exquisitos como exigentes, y ya han dejado claro que no están por cambiar los brutales motores de combustión por eléctricos o experimentos tecnológicos. El propietario de Koenigsegg ha revelado uno de los grandes secretos del Gemera: la versión más tecnológica apenas recibe interés.
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Publicado: 24/07/2024 17:00
Miles de millones a la basura. Las marcas más prestigiosas se gastan ingentes cantidades de dinero en desarrollar las más avanzadas tecnologías para unos hiperdeportivos que, aunque se venden en contados ejemplares, dejan unos elevados ingresos en las arcas y satisfacen los deseos de los clientes más adinerados del mundo.
Pero está claro que no quieren hiperdeportivos eléctricos ni tampoco «experimentos» tecnológicos, nada que no sean grandes motores como ha quedado demostrado una vez más con Koenigsegg. Los suecos son líderes en la investigación y desarrollo de motores que no sólo se alimentan de gasolina, sino de otros combustibles más limpios, siendo también protagonista por la odisea que vive al comprobar que los clientes han centrado su interés en el Gemera con motor V8.
El Koenigsegg de tres cilindros y 1.700 CV no genera interés
El Gemera «básico» sorprendió al mundo por una de las configuraciones motrices más sofisticadas, al hacer de un diminuto bloque de tres cilindros un explosivo propulsor con nada menos que 1.724 CV. Bueno, en realidad, los ingenieros de Koenigsegg desarrollaron este motor tricilíndrico con 2.0 litros y al que sumaron dos turbocompresores con los que desarrolla 600 CV. Los otros 1.100 CV son cosa de tres motores eléctricos.
No hace falta decir que este motor de tres cilindros es el más potente y, al mismo tiempo, el más compacto del mundo, pero no tiene el embriagador sonido que sí ofrece el Gemera V8 con sus 2.300 CV. Si bien ambas cifras ya son descomunales, está claro que el problema de los clientes no es el rendimiento, ni tampoco el consumo de ambos o el precio, porque el básico cuesta 1,5 millones de euros y el V8 400.000 euros más.
La clave del hiperdeportivo de tres cilindros de Koenigsegg
Lo que hace especial a este Gemera, más allá de este tres cilindros, es su sistema de distribución «Freevalve». Unos elevadores electrohidráulicos controlados por la unidad del motor que sincroniza las válvulas de admisión de forma infinitamente variable para llevar su rendimiento al extremo, como también lo hace con la válvula de escape mejorando la respuesta de los turbos.
Prueba de ello es que necesita sólo de 1,9 segundos para alcanzar los 100 km/h y puede llegar hasta una velocidad punta de 400 km/h. Christian von Koenigsegg ha confirmado que «Había tan pocos que pedían el motor de tres cilindros que logramos convencerlos de que comprasen el V8». De hecho, el tres cilindros nunca llegó a producirse, y del que Koenigsegg ha señalado que «Sigue siendo interesante, todavía estamos trabajando en ello. Tal vez algún día lo hagamos también en el Gemera, tal vez en alguna versión». Unas declaraciones muy en condicional, por lo que podría materializarse o no...
