La caída de Evergrande afecta nuevamente a NEVS (antigua Saab)
A Saab parece que le ha mirado un tuerto. Sus problemas no han acabado tras 10 años de desgracias. La última son las dificultades financieras de la matriz de NEVS, que no es otra que Evergrande, un coloso empresarial que tiene enormes problemas financieros.
5 min. lectura
Publicado: 15/10/2021 22:30
La historia de Saab es un desastre tras otro desde hace 10 años. Tras la salida de la órbita de General Motors, todo han sido problemas. Pasó a manos de Spyker y no salió bien. Después, en 2012, se la quedaron los chinos y se convirtió en NEVS, en 2016 perdieron la denominación Saab y el logotipo del grifo, y ahora la matriz Evergrande está mal de lo suyo.
Evergrande es una megaempresa china que está demasiado metida en el negocio inmobiliario, siendo parte de la burbuja del mismo en China. La posible caída de este gigante puede desestabilizar la economía china y, por contagio, la mundial. Básicamente, no pueden hacer frente a una deuda monstruosa.
Recientemente Evergrande volvió a fallar en el vencimiento de deudas; no pagó a sus deudores. El pasivo de Evergrande en el primer semestre ascendío a 571.775 millones de yuanes (74.886 millones de euros), de los cuales 31.439 millones de euros son deuda con vencimiento a corto plazo.
Recientemente Evergrande anunció que en 2022 se pondrá en marcha su negocio automovilístico a través de la marca de coches eléctricos -creada ad hoc- Hengchi, una vez superadas algunas dificultades para ponerlo todo en marcha, sobre todo de índole económica. Pretenden tener una gama muy completa en relativamente poco tiempo.
Pero Evergrande necesita aligerar lastre y recuperar liquidez de todas formas. Uno de los activos de los que puede deshacerse es la división sueca de automóviles, es decir, National Electric Vehicle Sweden AB (NEVS). Su valoración en el mercado podría ascender a los 1.000 millones de dólares.
Los posibles destinatarios de NEVS son empresas de capital riesgo y socios industriales tanto de Europa como de Norteamérica. Aunque se queden con NEVS por esos 1.000 millones de dólares, es como usar una pistola de agua para apagar un incendio. Al menos, NEVS tendría un poco más de futuro.
Respecto a la situación de NEVS, su presidente ejecutivo, Stefan Tilk, ha quitado hierro al asunto, pues tienen dinero para durar un buen tiempo. Ya hay conversaciones con varios interesados. En China sí tienen actividad, pero allende esas fronteras, la verdad es que no pintan mucho.
No obstante, NEVS mandó a la calle a casi la mitad de su plantilla, unos 650 trabajadores, durante el mes de agosto. Tilk añadió: «Si Evergrande puede continuar con sus operaciones, que lo esperan, estarán interesados en tener un hueco en Europa, con infraestructura como una planta, pruebas, laboratorio. Y eso lo tenemos».
El papel de NEVS en el continente europeo es prácticamente irrelevante más allá de su colaboración con Sono Motors para fabricar el Sion. Sin embargo, sirve como caballo de troya para fabricar coches eléctricos, siendo las barreras tecnológicas menores para introducirse de nuevo en el Viejo Continente.
NEVS no lo es todo para las ambiciones automovilísticas de Evergrande, ni mucho menos. Ya ha llegado acuerdos con Koeniggsegg Automotive o Hofer Powertrain. En cuanto a Hengchi, tiene grandes ambiciones, el millón de unidades en 2025, y los cinco millones en 2030.
Evergrande New Energy Auto contaría para ello con tres fábricas en China: Tianjin, Shangái y Cantón. La capacidad inicial de producción no sería muy elevada, unas 100.000 unidades cada una al año, pero irían creciendo según se vayan consiguiendo clientes. Cuanto más tarden en hacerlo, más competencia se van a encontrar.
A diferencia del negocio automovilístico tradicional, con grandes barreras de entrada, con los vehículos eléctricos no pasa lo mismo, especialmente contando con los proveedores adecuados. El futuro de NEVS fuera de la órbita de Evergrande es igualmente dudoso, es un fabricante que no ha desplegado todo su presunto potencial.