La demanda de coches eléctricos empieza a estar fuera de control
La demanda de coches eléctricos está despegando no solamente a base de incentivos fiscales y facilidades por parte de los poderes públicos. El crecimiento está pillando con el paso cambiado a fabricantes, proveedores y los gestores de carga de más de un país.
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Publicado: 26/05/2018 21:00
Comienza a observarse una demanda de coches eléctricos que está empezando a verse sobrepasada por la oferta. No solo hablamos de que haya disponibles unidades para comprar, también que haya una infraestructura correctamente dimensionada para esa población de eléctricos.
En los últimos años las ventas de estos vehículos de turismo sin motor de combustión no hacen sino crecer. En 2017 se vendieron más de un millón de unidades, cuando antes hicieron falta varios años para esa cantidad. Supuso un incremento interanual del 57% respecto a 2016, y la mitad se colocaron en China.
Los fabricantes estaban acostumbrados a unas demandas escasas y con poco margen de crecimiento, por lo que las compras de componentes no se han previsto como para atender una demanda creciente. Incluso Tesla se quedó corta con sus previsiones en el caso del Model 3.
Pretender comprar algunos modelos eléctricos a día de hoy supone una odisea, armarse de paciencia y esperar unos cuantos meses. Ya le gustaría a todos los fabricantes tener ese "problema". Mientras tanto, modelos de combustión interna tienen dificultades para sobrevivir en el mercado, sobre todo si son un poco especiales y de baja demanda.
Tesla está totalmente sobrepasada por la demanda del Model 3, que tiene una lista de espera de casi medio millón de personas, lo cual supone haber aceptado casi 500 millones de dólares en concepto de reservas. General Motors también tiene problemas para atender la demanda del Chevrolet Bolt y su equivalente Opel Ampera-e.
Aunque Opel es ya una marca del Grupo PSA, General Motors tiene que servir los pedidos del eléctrico para el mercado europeo. Casi todo el esfuerzo de producción se está haciendo para el mercado americano, dándose la ridícula situación de que algunos impacientes prefieren importar el Chevrolet y luego tener problemas con el tipo de enchufe (los estándares son distintos), además de costes de homologación adicionales.
Opel ya no acepta más pedidos del Ampera-e, y no es la primera vez que pasa. Lo mismo para con los Volkswagen Golf GTE y Passat GTE, que no son eléctricos puros, sino híbridos enchufables. No se puede pedir uno ni en Reino Unido ni en Alemania, y puede que el problema se extienda a más mercados dentro de poco. Las fábricas no están atendiendo la demanda.
Es el momento para que los fabricantes orientales empiecen a hacerse cargo de la demanda que sus competidores no pueden atender
BMW ve los problemas venir de lejos y meterá 300 millones de euros en su fábrica de Leipzig, la que fabrica los modelos compactos (Serie 1 y Serie 2) además del i3 e i8. La fábrica acogerá 500 robots nuevos para agilizar el proceso de pintura y los procesos de producción, aunque no se contratarán a más trabajadores, la plantilla actual es de 5.300 personas.
Probablemente BMW prefiere que su fábrica pueda atender a una demanda más alta de eléctricos, dado que los modelos de combustión interna no tienen expectativas de crecimiento tan grandes. El movimiento se "vende" como una forma de ampliar la flexibilidad de la planta en el futuro. En 2020 la capacidad anual habrá aumentado de 250.000 unidades actuales a 350.000 unidades.
Y una vez que esos coches están en las calles, ¿tendrán todos puntos de recarga suficientes? Si la red no crece pensando en el crecimiento de la demanda, habrá problemas cuando se junten más de dos eléctricos "sedientos" en el mismo punto de carga a la vez.
Por ejemplo, en Reino Unido harán falta seis veces más cargadores en 2020 de los que hay ahora, que son unos 16.500. Para dentro de dos años harán falta otros 83.500 puntos de recarga, según Emu Analytics. Ahora mismo están dados de alta unos 150.000 eléctricos en el país, se espera que en 2020 sea un millón. Mientras las autonomías no sean muy altas, habrá dependencia de dicha red de recarga.
Y el problema podría ser aún más elevado si la gasolina fuese más cara (eso incentiva a cambiar de tecnología) o si estuviesen ya listos para la venta los modelos que los fabricantes prometen para dentro de meses o pocos años. Al menos la red eléctrica no necesita apenas redimensionarse, ya soporta millones de eléctricos cargándose a la vez, y no solamente me refiero a España.