La fuga de Carlos Ghosn de Japón fue "de película"

Poco a poco se van conociendo más datos de la fuga del ex CEO de la Alianza Renault Nissan Mitsubishi, Carlos Ghosn, después de permanecer retenido en Japón 13 meses acusado de corrupción y administración desleal. La historia bien merece una película.

7 min. lectura

Publicado: 06/01/2020 22:30

Fotomontaje de "La gran evasión" aparecido en Twitter sobre la fuga del ex ejecutivo Carlos Ghosn

Si bien Carlos Ghosn no debería tener problemas financieros durante el resto de su vida, puede pegar un último pelotazo antes de retirarse: que su historia acabe en las pantallas de cine o en plataformas de vídeo OTT como Netflix o Amazon Prime tras venderles los derechos. Y hay indicios sólidos de que puede ser así.

En teoría, Carlos Ghosn estaba en una jaula de oro en su apartamento de Tokio, en libertad condicional. Vigilancia por cámaras por dentro y por fuera, agentes de policía camuflados para poder seguirle y los tres pasaportes retenidos. Recientemente su pasaporte francés fue liberado, pero solo podría estar en manos de su abogado y bajo llave. Era su documento de identidad para moverse para, por ejemplo, ver a sus abogados.

Informaciones recientes han especulado sobre cómo pudo salir Ghosn sin ser visto. Se ha hablado de que salió escondido en una caja de altavoces o instrumentos como las que se usan en los conciertos y grandes eventos, como en la quinta temporada de "Breaking Bad" si se precisan más referencias. Al parecer, no fue así, al menos en su casa.

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El pasado viernes la cadena pública japonesa NHK reveló que Ghosn salió de su apartamento andando sin más, la tarde del domingo 29 de diciembre, y no escondido en una caja. La mujer de Ghosn ya había negado la teoría de la caja de transporte tachándola de "ficción". La filmación de su salida no estaba siendo vigilada en tiempo real, sino que se comprobaba de forma periódica en diferido.

Ghosn se encontraba en Tokio, pero el avión privado que se lo llevó a Turquía partió de Kansai, Osaka, que está a horas en coche, entre 6 y 9 horas. Según un artículo del Wall Street Journal, dispuso de tiempo de sobra para llegar al avión. De acuerdo a la cadena japonesa NTV, subió a un tren bala (Shinkansen) desde Shinagawa (Tokio) hasta Shin-Osaka (Osaka), y allí fue en taxi a un hotel cercano al aeropuerto de Kansai.

Por escapar de la justicia, Ghosn ha perdido los 1.000 millones de yenes de la primera fianza (unos 7,8 millones de euros) y otros 500 millones de yenes de la segunda fianza

A las 23:15 (hora local japonesa) despegó un avión privado con insignia turca, un Bombardier Global Express matriculado como TC-TSR. Horas después, a las 5:15 del lunes 30 en Turquía, aterrizó. Pasados tres cuartos de hora despegó un segundo avión, un Bombardier Challenger 300 etiquetado como TC-RZA, y de ahí fue al Líbano.

Sabemos que Ghosn entró al Líbano legalmente, pudo utilizar su equivalente al carné de identidad de ese país, ya que una de sus triples nacionalidades es esa, por herencia familiar y porque se crió allí, aunque naciese en Brasil. Ghosn ha exonerado a su familia de ayudarle a fugarse, se ha declarado el cerebro de la operación en un comunicado.

Si bien Líbano no extraditará a Ghosn a Japón, el ex ejecutivo está siendo buscado por la Interpol por haber escapado de un proceso judicial. La situación es la misma si pisa Francia, no lo extraditarían al país nipón, donde las posibilidades de ser absuelto son muy escasas (aunque sea inocente).

Los turcos han detenido a siete personas. Cuatro de ellos son pilotos, dos son personal de tierra y el último es un responsable de una compañía privada. Los investigadores necesitan más datos. Ghosn tuvo la picardía de no escapar en su avión, lo cual habría llamado demasiado la atención. ¿Acaso nadie comprobó en Kansai que Ghosn se estaba fugando? Ese cabo permanece suelto. Posiblemente entró al avión camuflado como carga o usó una identidad falsa.

Días antes de fugarse, Carlos Ghosn se reunió con John Lesher, entre otras cosas productor de la oscarizada película "Birdman" (2014). El ex ejecutivo le planteó el guión de la cruzada de un reo de un sistema judicial injusto, vamos, que los "malos" serían los jueces.

De acuerdo a una información del New York Times, basándose en fuentes cercanas a Ghosn, las conversaciones no fueron muy fructíferas. Ahora que el guión ha dado un sorprendente giro, tal vez Lesher o alguno de sus colegas se replanteen la conveniencia de llevar esta historia a las pantallas, grandes o pequeñas.

Desde luego el juicio no puede seguir sin el reo. Japón hará lo posible para llevarle de vuelta, y salvo que Ghosn sea tan idiota como para pisar un país con acuerdo de extradición -o el mismo Japón- permanecerá impune. Eso sí, su pasaporte podría ser retenido por las autoridades libanesas y que se le imponga una fianza que a buen seguro no tendrá problema en abonar.

Hay precedentes de un directivo que metió la pata así, se llama Oliver Schmidt, y por eso ahora está encerrado en una cárcel de Estados Unidos. En ese mismo país se le investigaba por su participación en el Dieselgate y fue pillado intentando volver a Alemania. Estará unos años a "la sombra".

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