La historia del buen samaritano que evitó que un precioso Mazda RX-7 FD se ahogase
La historia de hoy es de esas en las que, cuando estás a punto de pensar si la idea de Tanos de cargarse a la mitad de la población del Universo no era tan mala, decides darles otra oportunidad. Es la historia de Austin Owens, un chico que decidió salvar un Mazda RX-7 FD de una inundación porque era lo que había que hacer en ese momento.
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Publicado: 12/06/2020 21:30
La tormenta tropical Cristóbal azotó con fuerza hace unos días el Golfo de Méjico. Como suele ser habitual en lugares en los que esto ocurre de forma habitual, la población se preparó para poner a salvo sus pertenencias, por lo que pudiese ocurrir.
Khoung Nguyen, de Biloxi (Mississippi), junto a su hermano, decidieron poner a buen recaudo sus coches: el Ferrari 360 negro de su hermano y su Mazda RX-7 FD. Pensando que era una buena idea, los aparcaron juntos en un estacionamiento público en el Golden Nugget Casino. Sin embargo, la lluvia fue más fuerte de lo esperado y rápidamente empezaron a inundarse las calles y los locales.
En vista del peligro y a medida que el agua subía de nivel, los hermanos Nguyen se dirigieron de nuevo al estacionamiento con un remolque para intentar poner a salvo el Ferrari y elevar, en la medida de lo posible, el Mazda. Pero antes de que ellos llegasen, una persona había sacado unas fotos de los coches mientras el agua iba subiendo, y lo publicó en un grupo de Facebook Cars and Coffe.
Esas imágenes las pudo ver Austin Owens, quien reside en Gulfport (a unos 15 km de Biloxi). Rápidamente llamó a un amigo, se aprovisionó de un gato, se subieron a su Ford Bronco y fueron a una tienda de Home Depot donde adquirieron ocho bloques de cemento antes de conducir por las calles ya anegadas hasta el aparcamiento.
Al llegar allí se encontró al dueño y al hermano, quienes estaban cargando el Ferrari en un remolque y habían intentado elevar, sin fortuna, el Mazda mediante unos ladrillos y unos tablones de madera.
Con la ayuda de Austin, colocaron suficientes bloques bajo las ruedas para así elevar el RX-7 FD y evitar la entrada del agua. La mala fortuna quiso que la inclinación del parking hiciese que el agua se elevase primero por la zona del motor, lo que hubiese supuesto todo un desastre.
Los coches no están preparados para mojarse por encima de la altura libre del chasis. El simple contacto del agua con sistemas eléctricos provoca un importante destrozo, por no hablar de que pueden oxidarse superficies metálicas que no se han diseñado para estar mojadas, ceder la tapicería, etc. La reparación suele ser tan cara que los coches inundados se dan por siniestros totales.
La noticia corrió como la espuma a través de las redes sociales. Owens no tenía ni idea de que allí se encontraría con el dueño. Simplemente él quería salvar uno de sus coches fetiches y que siempre ha querido tener.
Como declaraba luego, no se considera ningún héroe y simplemente hizo lo que cualquiera esperaría que alguien hiciese por uno de sus coches. «Es un coche difícil de ver y no va conmigo el haberlo dejado allí en esa situación». Y eso que es EEUU, donde ver un Mazda RX-7 es mucho más fácil que en Europa.
De hecho, el rescate no le salió gratis a Owens ya que debido a la acumulación del agua, esta se filtró en la transmisión y acabó dañando la caja de cambios de su Ford Bronco, lo que le obligó a conducir en segunda velocidad en su vuelta a casa. Menos mal que es un todoterreno.
Para Khuong Nguyen, la aparición de este buen samaritano consiguió darle el tiempo necesario para poner el coche a salvo. La pérdida hubiese sido casi completa y no, no había posibilidad de reclamar al seguro porque solamente está asegurado a terceros.
Para más inri, el coche acababa de ser pintado hacía menos de un mes, y fue durante estos trabajos cuando se dañaron los sellos de goma del techo solar y del maletero. A la espera de que le llegasen unos nuevos y, debido a que el agua de la lluvia se filtraba, fue por lo que decidió estacionarlo a cubierto.
Una vez que las aguas «volvieron a su cauce», el propietario del RX-7 condujo su coche hasta su casa sin mayores problemas
El Mazda RX-7 FD de tercera generación es un coche fetiche, y está considerado el mejor RX-7 de todos. Empezó entregando 240 CV y, en sus últimas versiones la potencia que desarrollaba el motor Wankel de doble rotor y turbo ya era de 280 CV.
Fue sustituido por el RX-8 que, aunque cosechó un mayor éxito en ventas, no ha llegado a conseguir el áurea del RX-7. Ahora los motores rotativos de Mazda vuelven a estar en boca al ser parte de su futura tecnología híbrida. Gracias este buen samaritano, este RX-7 seguirá rodando durante más tiempo.
Podéis leer la historia completa en la página de en Jalopnik, eso sí, en inglés.
Fuente: JalopnikFotos: Austin Owens y Keean Le H