La lucha contra el ébola de Firestone en Liberia
El fabricante de neumáticos Firestone tiene una plantación de caucho en Liberia, de la que dependen unas 80.000 personas, que lucha contra el virus del ébola. En el principal foco del brote de ébola, Firestone ha establecido un protocolo de actuación, formado un equipo médico y creado instalaciones para mantener a raya el virus letal.
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Publicado: 10/10/2014 12:00
El fabricante de neumáticos Firestone llegó a Liberia en 1926 para establecer una plantación de caucho. Se asentó en el condado de Margibi, con la ciudad de Harbel como centro neurálgico. Por aquel entonces todo estaba por hacer así que la región creció de la mano de Firestone. La compañía construyó casas para los empleados, estación eléctrica, una clínica, un colegio…
Hoy en día la plantación es tan grande que ocupa buena parte del condado y es atravesada por varias carreteras nacionales. En total, unas 80.000 personas dependen de Firestone, que se enfrenta a una nueva amenaza: el virus del ébola. Liberia junto con Guinea Conakry y Sierra Leona son los países más afectados por el último brote de esta enfermedad infecciosa letal que se ha cobrado la vida de más de 3.800 personas.
Ed García, el filipino que dirige las operaciones de Firestone Liberia, cuenta que el 30 de marzo, la esposa de uno de los empleados fue la primera persona de la comunidad Firestone en contraer la enfermedad tras un viaje al norte del país -donde está uno de los principales focos de la infección-.
Desde la compañía contactaron con el hospital de la zona para que la afectada pudiera ser tratada pero no fue posible porque no había unidades de aislamiento disponibles. La enfermedad avanzaba rápidamente y fue ingresada en un ambulatorio, donde murió al día siguiente.
Conscientes del problema, desde Firestone se pusieron manos a la obra. Se dieron instrucciones a los empleados, se formó un equipo médico para el tratamiento del ébola compuesto inicialmente por seis personas y el ambulatorio fue reconvertido en una clínica especializada en el tratamiento del ébola.
La emisora de radio The Voice of Firestone comenzó a lanzar mensajes informativos y, como las escuelas están cerradas por el miedo a que el virus se propague, los profesores fueron instruidos para que educaran a la población sobre los peligros del ébola, los procedimiento y las medidas de seguridad que podían llevar a cabo.
Las personas que habían estado en contacto con la fallecida fueron puestas en cuarentena como medida de prevención. Ninguna de ellas desarrolló el virus. Durante cuatro meses la comunidad de Firestone Liberia mantuvo a raya la epidemia a pesar de que los condados de alrededor surgían nuevos casos de manera incesante.
Las cosas se complicaron cuando un hospital cercano cerró y comenzaron a llegar personas infectadas de allí para ser tratadas en la clínica de Firestone. Hasta principios de octubre, en total se han tratado 74 personas con ébola en la comunidad de Firestone, de los cuales 54 murieron.
Sin ayuda del Gobierno, pronto se vieron desbordados. El equipo médico de Firestone para tratar el ébola ha crecido de seis miembros a 50. Una sala de conferencias de la compañía fue reconvertida en un enorme archivo que registra los casos de infecciones, los contactos de los afectados y cualquier información relativa a la enfermedad que pueda ser de utilidad.
Cada día, antes de entrar en las instalaciones de Firestone los empleados deben lavarse las manos y realizar un control de temperatura, para comprobar que no tienen fiebre. Un protocolo sencillo pero que está ayudando a contener una enfermedad que parece fuera de control en esta zona de África. Actualmente hay más de 200 personas en cuarentena voluntaria y tres personas infectadas en los dominios de la plantación.
La producción de la compañía ha descendido por la lucha contra un enemigo invisible, pero Ed García lo tiene claro: “Nuestra prioridad realmente se centra en el ébola, sencillamente por las miles de personas que tenemos que proteger aquí”.
Fuente: FortuneFotos: Créditos de las imágenes: Fortune, The Wall Street Journal, freewheely.com