La prohibición de nuevos diésel y gasolina para Baleares queda en suspenso
Los gobiernos estatal e insular han llegado a un acuerdo para evitar la batalla en el Tribunal Constitucional. La Ley de Cambio Climático y Transición Energética de las Illes Balears suspende temporalmente su polémica prohibición de matricular vehículos térmicos a partir de 2025.
5 min. lectura
Publicado: 06/11/2019 22:30
Estaba claro, la audaz legislación que quería implantar el Govern de les Illes Balears a partir de 2025 estaba destinada a chocar con una norma superior de ámbito estatal. Recapitulemos, a partir de 2025 no se podrían introducir más diésel a las islas, y desde 2035 ningún gasolina.
El parque móvil existente podría seguir circulando hasta su baja definitiva o hasta que se mandasen a la Península. El objetivo de la legislación era llegar a 2050 con una circulación exclusivamente a base de vehículos eléctricos -y los históricos que sobreviviesen-. En 2020 las alquiladoras ya estarían obligadas a tener un 2% de eléctricos en sus flotas.
La Comisión Bilateral de Cooperación establecida hace meses ha mantenido reunidas a las dos partes, el Gobierno central y el autonómico, para evitar un posible recurso de inconstitucionalidad hacia la medida balear por invadir competencias estatales. Al final, la polémica Disposición adicional tercera quedará suspendida, informa La Tribuna de Automoción.
A cambio, el Ministerio para la Transición Ecológica se ha comprometido a incluir en la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética (LCCTE) una "especificidad insular" para que la medida pueda llevarse a cabo manteniendo el respeto a la jerarquía normativa.
La tramitación de la LCCTE ha quedado paralizada por el bloqueo político que arrastramos desde hace meses. El anteproyecto de la ley se llevó al Consejo de Ministros el 22 de febrero, tal y como podemos ver en la página web de La Moncloa. El PSOE no ha conseguido mayorías como para sacar el proyecto hacia delante.
En dicha LCCTE se planteaba la prohibición de matricular cualquier vehículo con emisiones de dióxido de carbono -es decir, con un motor térmico, incluyendo híbridos- para el año 2040. De haber seguido adelante la normativa balear, las islas se habrían adelantado a dicho objetivo.
No obstante, la futura redacción de la LCCTE, incluyendo la mencionada especificidad, permitirá a Baleares adelantarse a la descarbonización en las matriculaciones. Probablemente Canarias podría hacer lo mismo, ya que la casuística viene a ser exactamente la misma.
En los dos archipiélagos las distancias a recorrer son pequeñas, toda la energía fósil que consumen los vehículos con motores convencionales -se incluyen híbridos- debe importarse y también tiene un coste. En cambio, pasar a un modelo de electromovilidad favorece la autosuficiencia energética si se gestiona adecuadamente.
De no existir esta legislación, la transición se acabará produciendo igualmente, solo que más despacio, o puede que incluso más rápido. En el momento en el que los vehículos eléctricos sean competitivos en coste de adquisición -ya lo son en mantenimiento, y especialmente en consumo- respecto a los convencionales, lo raro será ver más interesantes a estos últimos, salvo cosas muy especiales.
Lo ideal es que en la próxima legislatura quede redactada la LCCTE, pero eso está supeditado a una victoria de las formaciones políticas de la izquierda, esto es, PSOE con el apoyo de Unidas Podemos. Sigue sin estar ni mucho menos claro que esa alianza pueda fraguarse, y el resultado de las próximas elecciones generales está abierto.
En el caso de que se impongan los partidos de centro-derecha, esto es, PP, Ciudadanos y Vox, por el mero sesgo ideológico tiene pocos visos de prosperar la LCCTE tal y como está redactada en su forma de anteproyecto. Los tiros irán más hacia la armonización con Bruselas -por las buenas, o por las malas-.
A fin de cuentas, 2025 no está tan lejos, y esto tiene que quedar claro en la próxima legislatura. El sector del automóvil en las islas podría cambiar bastante, especialmente en lo relacionado con la posventa, y eso si realmente es posible sustituir las matriculaciones de los diésel por cualquier otra alternativa en solo un lustro.
Fuente: La Tribuna de Automoción