El Lada X-Cross 5 es un remarcado ruso del FAW Bestune T77 chino
La industria del motor de Rusia depende más que nunca de China para volver a un nivel mínimo de actividad. AvtoVAZ también va a utilizar la misma técnica empleada en la resurreción de Moskvitch, recurrir a coches chinos existentes e importados por piezas
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Publicado: 14/04/2023 22:00
Ha pasado más de un año desde que Vladímir Putin llevó a su propia nación y a Ucrania al abismo, arrastrando no pocas economías detrás. Y lo cierto es que los planes de invadir Ucrania y poner a un gobierno títere afín en solo tres días han salido un poco regular. Una de las consecuencias es el hundimiento de la industria rusa del automóvil.
Las sanciones europeas y la ruptura de la cadena logística precipitaron la paralización de la actividad de Renault, Nissan, Toyota, Stellantis, Mitsubishi, Ford, Volkswagen/Skoda, etc. AvtoVAZ, principal fabricante ruso, era propiedad mayoritaria de Renault, y los franceses tuvieron que malvender todos sus activos en Rusia. Pasó lo mismo con Nissan.
AvtoVAZ logró en unos meses reanudar la producción del Lada Granta con unos cuantos componentes menos, retrocediendo varios años en equipamiento y motorizaciones, pero algo era algo. Por su parte, la antigua planta de Renault en Moscú se reconfiguró para montar el «nuevo» Moskvitch 3.
Y digo nuevo porque en realidad es un coche chino, el Sehol X4 de JAC, al que solo le cambiaron los logotipos. Pues es exactamente la misma receta del «nuevo» Lada X-Cross 5, que también es un burdo remarcado del FAW Bestune T77, también de procedencia china. Es un modelo que tiene más de cuatro años.
En estas imágenes de Maxim Kadakov podemos ver una unidad expuesta en Sochi, en una reunión de distribuidores de Lada. Se va a fabricar en San Petersburgo, planta que pertenecía a Nissan, donde se producían los Qashqai, X-Trail y Murano. La modalidad será la misma que en el caso del Moskvitch 3, kits parcialmente desarmados (SKD).
No es lo mismo ensamblar un automóvil con alto contenido de componentes locales a un kit SKD (parcialmente desarmado) o CKD (completamente desarmado). Estos requieren mucha menos mano de obra, por lo que no servirá para mantener la actividad que había previa a la invasión militar. Esto supone un gran retroceso en términos de valor añadido.
Este SUV tiene una longitud similar al Qashqai, 4,5 metros de largo, solo un poquito más. Tiene tracción delantera, un motor turboalimentado 1.5 de 160 CV a gasolina y opciones tanto de cambio manual de seis relaciones como automático de siete. Las especificaciones rusas pueden ser diferentes.
Lo gracioso es que el mismo modelo de producción 100% china está ya a la venta en Rusia a partir de 2.019.000 rublos, al cambio unos 22.300 euros. Por lo tanto, los clientes rusos podrán optar entre el original y el remarcado, pues poca diferencia hay más allá del escudo de Lada en vez del de FAW -el fabricante chino más veterano-.
Será el primero de una serie de modelos sedán y SUV del catálogo de la marca china. Los X-Cross, como se sobreentiende, serán los SUV, y el tamaño vendrá determinado por el número. Está previsto que comience su montaje a partir de junio, aseguró Maxim Kadakov en su canal de Telegram.
Varios fabricantes chinos se han beneficiado del cerrojazo de los fabricantes occidentales en Rusia, ya que las sanciones no funcionan respecto a China. Ante la falta de competidores, su cuota de mercado está creciendo. Hay más iniciativa de montar otros vehículos de procedencia china en Rusia, y son lentejas (las toman o las dejan).
Es la única forma de poner las fábricas en marcha a corto plazo, ya que el desarrollo de automóviles completos lleva dos a tres años, y eso contando con un saber hacer que es inexistente en Rusia, y con ingentes inversiones que pocas manos extranjeras están dispuestas a asumir (desde luego ni de Japón, ni de EEUU, ni de Europa) dado el elevado riesgo por un volumen poco importante.
Desde luego este coche está bastante bien para lo que son los estándares rusos actuales, donde la falta de coches nuevos ha producido grandes distorsiones en el lado de la oferta, pero también en el de la demanda, entre la inflación, el reclutamiento más o menos disimulado, la huida de cientos de miles de hombres al extranjero para evadirlo, etc. Está claro que es un plan sin fisuras, como la «Operación militar especial».