Lamborghini Jarama GT, el último Gran Turismo V12 delantero de la marca
Ejemplar del último Gran Turismo V12 delantero salido de la factoría de Sant´Agata Bolognese, señalado como el posible chasis que la firma preparó especialmente para el Salón de París de 1972, ahora a la venta. El preferido por el propio Ferruccio Lamborghini, que lo definía como el auténtico deportivo para caballeros, poderoso a la misma vez que cómodo. En el propio museo de la marca guardan un ejemplar que usaba regularmente Ferruccio.
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Publicado: 15/07/2016 10:00
Lamborghini es una marca que está irremediablemente asociada a unos pocos modelos de su historia. Solo nombrarla nos hace evocar las imágenes de modelos como el Countach, el Diablo o el Miura. El éxito de estos modelos, entre la prensa y la opinión pública mayormente, fue tal que la sombra que proyectan en la conciencia de los aficionados ha borrado prácticamente a todos sus antecesores de la memoria popular. La silueta tronco piramidal de un Countach es fácilmente reconocible como Lamborghini hasta por personas sin conocimiento alguno del mundo del automóvil.
Pero eso no le resta valor al resto del legado de la marca, que dispuso desde sus inicios de modelos que lograron desde el primer momento el propósito único con el que habían nacido, luchar de tu a tu con la poderosa e omnipresente Ferrari.
Pero hoy día, algunos modelos son prácticamente desconocidos, como es el caso que nos ocupa, el Lamborghini Jarama, el último Gran Turismo V12 delantero de la marca de Sant´Agata Bolognese. Modelo nacido precisamente después que el icónico Miura, el que marcaba la pauta a seguir al resto de deportivos posteriores con su particular arquitectura de motor central.
Su condición de último verdadero GT 2+2 de la marca es por tanto toda una ironía del destino, ya que no solo nacía con la tradicional arquitectura motor delantero y propulsión trasera años después del lanzamiento del Miura, sino que no tuvo sustitutoa pesar de ser el modelo favorito del propio Ferruccio Lamborghini, que se refería al Jarama como “el verdadero deportivo para caballeros”, deportivo y poderoso pero lo suficientemente cómodo.
De hecho, el Museo Lamborghini guarda una unidad que proclama como el vehículo personal de Ferruccio, aunque sin embargo, lo cierto es que en el momento de su fallecimiento Ferruccio solo tenía a su nombre sus propios Miura y Countach. Probablemente, el Jarama que guarda Lamborghini, número de bastidor 10404, se trata de una unidad de fábrica usada regularmente por Ferruccio.
El Jarama nacía en 1970 como sustituto del Islero, debido a la necesidad de pasar las nuevas regulaciones estadounidenses. Por lo que en Lamborghini se decidían a tomar la plataforma empleada en el Espada, que tras acortar 270 mm su batalla terminaba siendo más corto pero más ancho que el propio Islero al que sucedía.
Equipaba un motor delantero de doce cilindros a 60 grados y 3.9 litros. Denominado L 405, era la última actualización del motor que había equipado el Islero pero con algunas modificaciones. Alimentado por seis carburadores Weber, erogaba unos 355 CV y 394 Nm de par en su primera generación, el Jarama GT. En 1972 nacía una nueva versión, el Jarama GTS o también conocido como Jarama S, que elevaba la potencia del motor hasta unos 370 CV y 407 Nm de par.
La cifra de potencia era muy elevada para la época, entre 1970 y 1976, pero el elevado peso del Jarama, que había sido fabricado con paneles de acero en lugar de aluminio por motivos de coste, pecaba de un peso excesivo. Aunque oficialmente contaba con un peso de unos 1.450 kilos, la realidad es que los ejemplares en orden de marca llegaban a los 1.650 kilos. Por lo que la dinámica y las prestaciones del GT italiano se veían comprometidas.
No obstante, podía presumir de una velocidad máxima de 245 km/h, 260 km/h en el caso del Jarama GTS, y de una aceleración de 0 a 100 km/h en torno de los 6,8 segundos. Contaba con enormes frenos de disco en las cuatro ruedas, donde encontramos las llantas del Miura, y la transmisión era de cinco velocidades, aunque algunas unidades de la versión GTS llegaron a contar con una transmisión automática de 3 velocidades de origen estadounidense.
El diseño del Jarama es casi con toda probabilidad su mayor peculiaridad, otra de las ironías del modelo italiano. Ya que si bien contaba con una particularísima silueta, inspirada en obras anteriores de su diseñador, como el Iso Lele de Marcello Gandini (Bertone), los clientes de la marca no las aceptaron de buen grado tras la presentación unos años antes del escultórico Miura, también de Gandini. Por lo que este fue considerado demasiado sobrio para el segmento al que pertenecía.
En ese momento podíamos encontrar modelos biplazas como el impresionante Maserati Bora de motor central, plagado de tecnología procedente de Citroën, o el propio Ferrari 365 GTB/4 Daytona, uno de los perfiles estéticos más aclamados de todos los tiempos y que era sustituido por el más moderno 365 GT4 BB en 1973, además de los Ferrari 365 GTC4 y Dino 308 GT4, estos últimos de 2+2 plazas como el Jarama. Las peculiaridades más características del Jarama eran la pronunciada caída de la zaga, que si bien le aportaba una línea lateral muy llamativa, provocaba que la perspectiva trasera fuese muy impersonal, rematada por unos pilotos traseros procedentes de un FIAT, y que lamentablemente tampoco ha soportado bien el paso del tiempo.
La otra característica más reconocible eran sus ópticas delanteras. Una doble óptica circular que estaba semioculta por una tapa retráctil. Este elemento, que más tarde fue tomado del Jarama para equipar al Alfa Romeo Montreal, es el que precisamente nos llamaba la atención de la unidad que ilustra este artículo. Ya que la unidad de las fotografías no solo no cuenta con esas piezas sino que en su lugar dispone de un frontal único, que integra los 4 pilotos circulares.
Esta unidad, que será puesta a la venta por Mecum Auctions en Monterey este mes de agosto, cuenta con un diseño de frontal único, así como modificaciones en el capó y la ausencia de paragolpes metálicos. El que tras una breve investigación, hemos podido identificar como el posible vehículo que la marca presentó en el salón de París de 1972.
Hecho que si bien es descrito por el Registro Internacional Lamborghini, no es señalado por la propia Mecum en su anuncio de venta. Esta transformación, en teoría realizada por la propia factoría, afecta tanto al frontal como ligeramente a la zaga. Aunque según la misma base de datos de la marca, el número de bastidor revela que anteriormente el vehículo estaba pintado de color negro, no en el azul que muestra actualmente y que luce desde 2006. Continuaremos nuestras indagaciones, de las que os mantendremos informados puntualmente.
Lo cierto es que muchos propietarios, e incluso la propia fábrica en algunas ocasiones, eliminaban la tapa superior de los faros, que había sido precisamente diseñada para mejorar la aerodinámica y que esta no empeorara durante la conducción nocturna.
Este ejemplar, de 1972 y especificaciones americanas actualmente, como se aprecia por los añadidos verticales a modo de paragolpes, es el ejemplar número 10258, por lo que pertenece a las últimas unidades de la primera serie del modelo, del que se fabricaron solo 177 unidades entre 1970 y 1973, tras las cuales se llegaron a producir hasta 150 ejemplares del GTS, que realmente no detenía su producción hasta 1978, ya que se fabricaron unos pocos ejemplares tras 1976, oficialmente el último año del Jarama.
Una de las curiosidades más llamativas es la de su propio nombre, ya que no alude al célebre circuito, sino a la zona de Madrid donde son criados los célebres toros de lidia. De la misma manera que muchos aficionados desconocían esta realidad, al propio Ferruccio Lamborghini le pasó desapercibida al coincidencia con el trazado madrileño.
Fuente: Mecum AuctionsFotos: Mecum Auctions