Land Rover para la producción de sus híbridos enchufables por la falta de microchips
La crisis de los microchips en las que se ha visto envuelta Europa está ocasionando grandes problemas en la producción de coches. La última ha sido Land Rover, que acumula pedidos del nuevo Defender, y de otros híbridos enchufables de la marca que ya están retrasando entregas hasta 2023. Un gran problema que supone millones de pérdidas.
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Publicado: 29/05/2021 10:00
La crisis de los microchips se está haciendo notar en todos los fabricantes, algunos no pueden entregar unidades con cuadros de instrumentos digitales, y han tenido que volver a los analógicos, pero al menos pueden entregar las unidades. Este no es el caso de JLR, que afronta un futuro difícil y que puede ocasionar miles de millones en pérdidas más de las que ya están generándose.
Estas pérdidas extras dependerán de la paciencia de los clientes que han encargado sus coches. La marca de los todoterrenos y SUV acumula 100.000 unidades del nuevo Land Rover Defender y de las versiones híbridas enchufables del resto de modelos de la gama de Land Rover pendientes de entrar en producción, precisamente por la falta de los microchips. El caso es tan grave que se están dando fechas de entrega de hasta un año, por lo que hasta primavera de 2022 muchos clientes no podrán disfrutar sus coches, según apuntan desde «Automotive News Europe».
Las ventas de híbridos enchufables en Land Rover despegan
Así la ha hecho saber Adrian Mardell, director financiero de Jaguar Land Rover, a los inversores en la presentación de resultados del año fiscal, hace tan solo unos días. Mardell ha señalado que «Es el resultado del lado de la oferta. Esperamos que esos libros de pedidos se normalicen en seis, nueve o 12 meses, unos pedidos que llegan desde Europa y desde el Reino Unido».
La estrategia de presión sobre la combustión y la prohibición de algunos países han puesto el foco en los híbridos enchufables, cuyas ventas está creciendo a un ritmo endiablado en todo el continente. Los clientes prefieren dar un paso adelante antes de pasarse radicalmente a los eléctricos, y en Land Rover han notado un auge de estas mecánicas en sus libros de pedidos. Tanto, que han alcanzado una cuota del 7,3% en las ventas totales de Jaguar Land Rover en el primer trimestre, mientras que el Jaguar I-PACE solo ha logrado un 1,8 por ciento del total.
Uno de los grandes problemas lo ha señalado Thierry Bollore, el máximo responsable de las dos marcas británicas, apuntando a una pérdida de producción de 7.000 unidades en el último trimestre, lo que significa que 7.000 clientes cancelaron su pedido. El segundo problema es que realmente dicen no conocer el impacto de la escasez de los semiconductores, pero a buen seguro repercutirá muy negativamente en las cuentas de 2021.
Fuente: Automotive News Europe