Lo mejor de Le Mans: el Toyota Celica Cabrio tuneado que dio el paseo inicial

En principio, Toyota pretendía emplear el único ejemplar que existe del Toyota 2000GT convertible, un one-off que fue fabricado en 1967 específicamente para el rodaje de la película “Solo se vive dos veces”, de la saga 007. Sin embargo, el riesgo de lluvia estos días en el circuito francés aconsejaba no poner en peligro una pieza tan rara y valiosa como esa, por lo que se decidieron a emplear otro vehículo, que en este caso se trata de un Toyota Celica Convertible de 1987.

En principio, esta vuelta de honor debe ser realizada en un vehículo descapotable para poder lucir el inmenso trofeo, que como podemos ver en las imágenes sobresale y mucho del vehículo. Lo que es todo un problema para una marca como Toyota, que ha contado con muy pocos descapotables a lo largo de su historia.

El enorme trofeo fue fijado a la zona trasera.

En las últimas décadas, Toyota solo ha contado con un puñado de modelos abiertos, comenzando por las versiones targa del Toyota Supra o las distintas generaciones del Toyota MR2, pero ninguno de ellos contaba con el suficiente espacio en la parte trasera del habitáculo para poder montar la sujeción de madera destinada a sostener el valioso trofeo, y que podemos ver con todo detalle en las imágenes publicadas por Danny F. Chen, ejecutivo de marketing y Relaciones Públicas de Toyota Europa, a través de su cuenta de Twitter.

Por lo que la compañía japonesa tuvo que improvisar y finalmente se hicieron con este extraño ejemplar del Toyota Celica Convertible, una unidad de la rara variante abierta de la cuarta generación del deportivo japonés. Este ejemplar pertenece a la colección de Toyota Alemania.

Lo realmente curioso es que en lugar de emplear un vehículo muy significativo para la marca, tal y como estaba planificado inicialmente, hayan tenido que emplear un modelo con bastante tiempo (aunque en muy buen estado) que además no muestra su configuración original, ya que en algún momento ha sido tuneado. Desconocemos si estos nuevos elementos forman parte de algún kit opcional oficial o no, pero es evidente que cuenta con un kit de carrocería de los que era muy habitual encontrarse en la década de los ochenta. Este incluye nuevo paragolpes delantero con un spoiler inferior muy acusado y nuevas entradas de aire, taloneras laterales más prominentes y varios añadidos en el paragolpes trasero.

Protagonista inesperado del desfile inicial.

Este es el último vehículo en el que habría pensado el Departamento de Marketing y Relaciones Públicas de Toyota para cumplir esta honorable tarea, aunque lo cierto es que para los aficionados a la marca y a los vehículos clásicos, nos resulte mucho más atractivo un ejemplar de este tipo.

En el momento de escribir estas líneas el Toyota #8 se proclamaba vencedor de las 24 Horas de Le Mans de 2019. ¿Qué vehículo empleará la marca nipona para el paseo del año que viene?.