Llantas de fibra de carbono: el Ford Shelby Mustang GT350R evoluciona la rueda

El Ford Shelby GT 350R nace con una clara intención: convertirse en el Mustang de producción más rápido y efectivo en circuito en toda la historia del modelo. Tarea nada fácil, y para la que cada pequeño detalle es importante a la hora de arañar unas cuantas décimas de segundo. Hablamos, por ejemplo, de detalles como su motor V8 de 5.2 litros, con 533 CV y capaz de rozar las 8.250 rpm, o de sus llantas de fibra de carbono.

Aunque Koenigsegg ya ofrecía este tipo de llantas de carbono de forma opcional, el Ford Shelby Mustang GT350R se convertirá en el primer modelo de producción en equipar llantas fabricadas en fibra de carbono. Diseñadas por Ford con la colaboración del especialista australiano Carbon Revolution, cada llanta del nuevo GT350R -de 19 pulgadas de diámetro- sólo pesa 8,1 kilogramos, en comparación con los 14,9 kilogramos de una llanta de aluminio equivalente.

Ford Shelby Mustang GT350R

Estos casi siete kilogramos menos por llanta no sólo van a parar a una reducción en el peso total del coche: todavía más importante es su efecto positivo en la reducción de las masas no suspendidas, con todo lo que ello conlleva de un mejor comportamiento dinámico en suspensión y dirección gracias a las menores inercias rotacionales. Puede que te ronde una pregunta por la mente, ¿son todo ventajas? ¿resistirán bien el uso unas llantas de fibra de carbono?

Para asegurar su durabilidad, estas llantas de carbono tienen un recubrimiento cerámico especial en su exterior, resistente a rayos UV y a componentes químicos. De esta forma, su estética -con un llamativo color en negro brillante- permanecerá intacta con el tiempo y con el uso. Además, esta capa en su acabado resiste temperaturas de más de 900º: puede que achicharres los frenos del GT350R, pero el acabado de sus llantas no se verá perjudicado.

Además de su menor peso, estas llantas de fibra de carbono también tienen la ventaja de ofrecer una mayor rigidez estructural. Como ves, apenas hay inconvenientes, salvo el de su precio, y es que su material y fabricación es considerablemente más caro que unas llantas de aleación ligera estándar, de ahí que no sea algo habitual -por el momento- ni siquiera en los superdeportivos más exclusivos.

Para asegurar su calidad y homogeneidad, cada llanta se somete a un estricto control de calidad compuesto por 61 puntos, y su estructura interior es analizada mediante un complejo proceso de rayos X a través de ordenador. Desde luego Ford no ha inventado la rueda, pero sí está ayudando a su evolución aplicada al automóvil de altas prestaciones...

Fuente: Ford