Los ecos de las palabras "el diésel tiene los días contados"

En julio de 2018, Teresa Ribera dijo unas palabras que se han soldado en el imaginario colectivo: «El diésel tiene los días contados». Esas palabras se han malinterpretado tanto, que han confundido al consumidor y le ha metido ideas incorrectas en la cabeza.

Los ecos de las palabras "el diésel tiene los días contados"
Surtidores de gasóleo - Opposition 24 (Flickr) CC BY

8 min. lectura

Publicado: 27/01/2023 22:45

Han pasado más de siete años del escándalo de las emisiones de los motores diésel. Allá por septiembre de 2015, saltó la liebre, y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA) reveló que Volkswagen había violado la normativa de protección ambiental desde hacía años.

Lo que pasó es harto conocido, se produjo una caída de fichas de dominó, y diversos fabricantes pagaron las consecuencias, no solo Volkswagen, dependiendo del grado de picaresca empleada para sortear las normativas en Estados Unidos, la Unión Europa, Corea del Sur, Australia, etc. Fue el principio del fin de los diésel.

A lo largo de estos años hemos ido comprobando en la actualidad de Motor.es cómo se han ido retirando los motores de gasóleo de multitud de segmentos. Ahora ya no es ni mucho menos normal encontrar deportivos diésel, utilitarios del segmento A e incluso ciertas berlinas. Los fabricantes les han ido dando la espalda, pero no del todo.

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Avanzamos hasta julio de 2018, cuando la ministra de Transición Ecológica soltó la siguiente perla: «el diésel tiene los días contados, durará más, durará menos, pero sabemos que su impacto en partículas y el aire que respiramos es suficientemente importante para ir pensando en un proceso de salida».

¿Y a qué se refería? Pues básicamente al combustible en sí, el gasóleo, que estaba y sigue estando menos gravado a impuestos que la gasolina. En diversas ocasiones el Gobierno ha hecho un amago de ir retirando la diferencia de impuesto de hidrocarburos para igualarlo al de la gasolina, pero es una medida impopular.

En los últimos meses el gasóleo se ha encarecido por encima de la gasolina, pero no ha sido por ese motivo. El problema está en los mercados internacionales, entre otras cosas por la guerra en Ucrania, pero no es que el Gobierno haya cambiado el gravamen sobre el gasóleo A (de automoción general). Hay noticias agoreras sobre racionamiento y escasez, de momento nada grave.

Cierto es que en este tiempo menos fabricantes ofrecen motores diésel en su catálogo y ya no estamos en la década de los 90 y los 2000, cuando los «petroleros» eran los amos de la carretera y humillaban en muchas ocasiones a sus equivalentes a gasolina. Ahora los diésel son parias, pero no saquemos las cosas de quicio.

Sí, ya no podemos decir alegremente que los diésel son «ecológicos» porque emiten menos CO2 por kilómetro recorrido. Dejaron de serlo cuando nos enteramos de todo lo que echan por los tubos de escape aunque cumpliesen las primeras etapas de Euro 6. Hoy día está todo mucho más controlado, pero ¿qué pasa con el parque móvil existente?

Pues el etiquetado de la DGT está dejando en posición incómoda a todos los que tengan un diésel Euro 3 o más antiguo, porque se consideran categoría A (sin derecho a pegatina). Muchos consumidores creen que no les van dejar circular por las ciudades, y esto en gran medida es FALSO. Hay que volver a recordar qué es una Zona de Bajas Emisiones.

Todos los coches gasolina Euro 3 y diésel Euro 4 (o más modernos) tienen derecho a distintivo ambiental

En ciudades como Madrid o Barcelona (que no hay otras dos así en España), muy pobladas, las ZBE son muy extensas y allí se ha restringido bastante la circulación de coches sin etiqueta medioambiental. Sin embargo, en otras ciudades de más de 50.000 habitantes las ZBE son mucho más pequeñas y pueden tener un impacto reducido o nulo en la movilidad. Y en la mayoría de casos, ni siquiera se han puesto en marcha.

Los que tienen un diésel Euro 4 o superior tienen derecho a distintivo y más facilidades para moverse. Hasta que no cambie la clasificación, y tendría que ser retroactivamente, no hay diferencia alguna a moverse con un gasolina de menos de 21 años (desde 2001). Y los diésel nuevos, los Euro 6, serán los últimos en ser perjudicados.

A corto plazo, la única amenaza contra los usuarios de gasóleo es precios más elevados, y en determinadas ZBE, limitaciones a la hora de circular

En carretera abierta todo esto va a dar igual, da lo mismo circular con el último modelo que con una planta rodante emisora de cáncer como un diésel atmosférico de los 80 con humo visible. Con que pasen la ITV, poco más se les puede pedir. Y en poblaciones pequeñas, lo mismo. Así que, resumiendo, «el diésel tiene los días contados» como combustible subvencionado o en turismos nuevos. Ya está.

Audi Q3, el diésel más vendido del mercado español en 2022

En un futuro medianamente cercano, el gasóleo puede seguir por encima de la gasolina y que los plazos de amortización sean más elevados respecto a un gasolina. Más va a costar amortizar ciertos híbridos enchufables o eléctricos, especialmente para quienes hagan pocos kilómetros al año. Las matemáticas son muy útiles y hay que usarlas.

También se van a reducir hasta la desaparición los modelos nuevos (de fábrica) con motor diésel, pero hay que recordar otra obviedad, el tipo de coche que más cambia de manos en España es un diésel con 15 años o más, luego es lo que más demanda la gente, aunque sea para «ir tirando» hasta que pueda permitirse otra tecnología.

Por lo tanto, si eres alguien que no va a entrar habitualmente en el centro de poblaciones de más de 50.000 habitantes con una ZBE, y que hace mucha carretera, te puedes comprar tranquilamente el diésel que quieras, aunque sea antiguo, si tiene sentido económico para ti. Pasa la ITV cada año, y lo podrás seguir usando. No hay nada más legislado al respecto.

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