Lotus Elise GT1: el Venom GT no fue el primer Elise con motor V8
Los de Hennessey no fueron los primeros a los que se le ocurrió meter un enorme V8 de General Motors en el pequeño vano motor de un Lotus Elise. Eso ya lo hizo Lotus en la década de los noventa, aunque con la intención de presentar batalla en la categoría FIA GT1 y Le Mans, aunque con muy pobres resultados.
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Publicado: 26/12/2017 10:00
La idea era aparentemente sencilla, incrustar un enorme V8 Big-block americano en el diminuto pero tremendamente ligero y efectivo bastidor de aluminio de un Lotus Elise. Con esta receta nacía a principios de esta década el brutal Hennessey Venom GT, uno de los mayores rivales del Bugatti Veyron en el apartado de velocidad punta y que ha día de hoy mantiene el título de descapotable más rápido del mundo.
Sin embargo, por muy efectiva que fuera la ejecución de este proyecto, lo cierto es que no fue Hennessey a quién se le ocurrió primero esta idea, pues muchos años antes ya lo había hecho la propia Lotus, aunque con un resultado bastante más discreto, tanto, que ya casi nadie se acuerda del pequeño pero salvaje Lotus Elise GT1.
A mediados de la década de los noventa, el boyante Campeonato BPR se transformó en el FIA GT, antecesor del actual WEC, que dió lugar a una estirpe de modelos de competición basados (en teoría) en modelos de calle que van camino de convertirse en leyenda, la clase FIA GT1.
Muchos modelos de esa categoría siguen siendo recordados por los aficionados y los medios a día de hoy. Modelos como los Porsche 911 GT1 o Mercedes CLK-GTR no solo protagonizaron grandes batallas en los circuitos, también dieron lugar a unas pequeñas series de homologación especial destinadas a la calle que muchos años después siguen resultando espectaculares.
En el caso de Lotus, carente del enorme presupuesto de sus rivales, tuvieron que echar mucha imaginación para poder competir en esta categoría. En lugar de emplear el Esprit V8 que ya competía y que se encontraba al final de su vida útil (era realmente un modelo de los años setenta) decidieron utilizar el minúsculo Elise, que en su versión de calle tan solo contaba con un modesto 4 cilindros de origen Rover y unos 120 caballos de potencia.
Se fabricaron 7 chasis de los cuales 4 fueron a parar a manos privadas y el resto al equipo de fábrica, Lotus Racing, que compitió con él de manera oficial en el campeonato y en las 24 Horas de Le Mans, que en aquel entonces no puntuaba.
Aunque Lotus empleó el motor V8 de 3.5 litros del Esprit para la única versión de calle fabricada y los bastidores destinados a equipos privados, para el chasis con el que compitieron oficialmente decidieron no usarlo porque desde los primeros tests se mostró muy poco fiable y en su lugar decidieron utilizar un bloque V8 americano que ya tenían en un rincón de la factoría, uno de los V8 LT5 de 32 válvulas que Lotus desarrolló para el Corvette ZR1 mientras formaba parte de General Motors. El V8 LT5 contaba con 5.7 litros originalmente pero tras varias modificaciones dispuso de 6.0 litros y unos 610 caballos de potencia.
Los resultados fueron bastante malos, con muchos abandonos tanto del equipo oficial como de los privados y algún que otro discreto resultado por parte de equipos como GBF UK.
El proyecto solo estuvo activo en la temporada de 1997, tras esta, la nueva propietaria de Lotus, Proton, decidió cancelarlo por los pobres resultados, relegando el Elise GT1 al olvido. De hecho, cuando Hennessey presentaba su Venom GT, cerca de 13 años después, prácticamente nadie recordaba que ya había existido un Elise V8, e incluso un ejemplar con un bloque de General Motors.