Madrid Central se mantendrá durante el verano por orden judicial
La medida estrella del nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (PP), se ha dado contra un muro judicial por partida doble. Al final, solo ha durado una semana el levantamiento de sanciones en el área de circulación restringida de Madrid.
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Publicado: 16/07/2019 22:00
Sin duda Madrid Central fue una medida muy polarizante, tiene tanto firmes detractores como firmes defensores. Al irse Manuela Carmena del Ayuntamiento de Madrid, al no reunir apoyos suficientes, fue relevada por una coalición de partidos de derechas, que pactaron levantar las sanciones durante julio y agosto mientras se daba forma a un nuevo modelo.
Tras la puesta en marcha el 30 de noviembre del periodo informativo, hubo que esperar al 16 de marzo para que hubiese sanciones por acceder sin permiso
El 1 de julio dejaron de sancionarse los accesos no autorizados a Madrid Central, dando lugar no solo a la vuelta del tráfico a zonas como la Gran Vía, también a zonas de las antiguas áreas de prioridad residencial (APR) de Letras, Cortes, Embajadores y Ópera. Indignados, miles de ciudadanos salieron a manifestarse poco después.
Un auto del Juzgado de lo Contencioso- Administrativo número 24 dictó como medida cautelar interrumpir la moratoria de las multas con efectividad el 8 de julio. Un segundo auto, del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 7, confirma el dictado anterior. Madrid Central se queda.
Bajo el punto de vista de los jueces los intereses medioambientales y de salud pública están por delante de los deseos de los automovilistas de circular por el área restringida, 472 hectáreas de perímetro en el centro de la capital. Es más, niegan que Madrid Central haya sido mala para la salud de las personas (no es un error de redacción).
El nuevo alcalde quería reformar el modelo -tras recibir presión de Ciudadanos- para que el modelo de Madrid Central fuese más justo y arreglase lo que a su juicio son deficiencias. Eso sí, no se planteó una alternativa, solo evitar la emisión de multas durante los meses de verano.
Durante este mes hemos visto una guerra de cifras de un bando y del otro, cada uno tirando a su favor, pero cuando se analizan los datos de forma desestacionalizada y con mayor precisión, no se puede concluir que Madrid Central haya sido precisamente una mala idea. ¿Se puede mejorar? No digo que no.
Resulta obvio que una medida tan impopular -para algunos- tenga un fuerte rechazo inicial, exactamente igual que cuando se implantaron las primeras APR, donde hacía 10 años que no se veía tráfico privado de paso. También supuso rechazo el estacionamiento regulado, y ambas cosas fueron obra del PP con Alberto Ruiz-Gallardon y Ana Botella.
Madrid Central responde a una tendencia de las grandes ciudades de cortar de raíz el problema de las emisiones del transporte, al margen de que se puedan hacer mejoras en otros ámbitos como las calefacciones con combustibles fósiles (especialmente las centrales, donde el derroche está a la orden del día) o la prohibición de ciertas actividades.
Durante la semana que no hubo sanciones Madrid estableció un precedente que no fue visto con buenos ojos desde Bruselas: revertir una medida de reducción de contaminación en una ciudad europea importante. Además, desde Bruselas se amagó con sancionar al Ayuntamiento si Madrid Central quedaba sin efecto.
¿Quieren los nuevos administradores de Madrid mejorar el área de Madrid Central? Estupendo, que vayan hablando con todos los sectores implicados y mejoren el modelo, mientras tanto, no hay razones para dejar de proteger la salud de los ciudadanos del centro y el medio ambiente. Eso es lo que han dictaminado los jueces.
Sobre cómo será el futuro Madrid Central, es una incógnita total
Varios ayuntamientos de España tienen fijados sus ojos en Madrid Central, y próximamente veremos a más ciudades tomando medidas de este tipo, en el que el tráfico privado quedará restringido al menos con vehículos con tubos de escape -sean todos, o sean los que más contribuyen al problema-.
Mientras tanto, modelos alternativos de transporte, sobre todo con propulsión eléctrica, no hacen más que aflorar. Contribuyen a una movilidad más limpia, más silenciosa y hasta más democrática. No hace falta ser "rico" para moverse con un vehículo eléctrico, son unos céntimos por minuto a través de aplicaciones móviles, sin cuotas y sin más gastos. Se ha dado un paso sin retorno, ya solo queda que PP, Cs y Vox lo interioricen.