¿Madrid Central sí, Madrid Central no?

Madrid Central es uno de los temas más recurrentes del análisis político y de movilidad estos días. Es el espejo en el que muchos se miran, y el objetivo a suprimir por parte de otros. El próximo líder del ayuntamiento tendrá que optar por dejarlo como estaba, modificarlo, o erradicarlo.

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Publicado: 29/05/2019 22:00

La Gran Vía de Madrid a inicios de 2019, con Madrid Central en fase piloto (sin sanciones) - Fotografía: Mirko Toller (Flickr) CC BY

Después de la borrachera de democracia de este año -ya hasta 2023 no toca-, y del fin de las campañas electorales, es el momento de que los políticos apliquen eso que no se atrevían a aplicar. Madrid, como ciudad, es uno de los campos de batalla de la ideología de la movilidad, entre otras muchas, pero esa es la que nos importa aquí.

Una de las medidas estrella del gobierno municipal de Ahora Madrid, con Manuela Carmena a la cabeza, fue el establecimiento de una zona de 482 hectáreas parcialmente blindada al tráfico, Madrid Central. Los "forasteros" sin autorización no podrían circular, a menos que se encontrasen en un grupo de excepciones, y hay muchos.

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Los resultados del 26-M no son precisamente definitivos, porque las fuerzas políticas tienen que negociar. Más Madrid (lo que antes era Ahora Madrid, 19 concejales) tiene el apoyo del PSOE (8 concejales), pero no del PP (15) ni de Vox (4). Ciudadanos (11) está en una posición intermedia, algo relativamente comprensible en un partido que dice ser de centro. Unidas Podemos no concurrió al municipio.

Se abren dos escenarios. El primero es mantener a Carmena en la alcaldía con la suma de Más Madrid y PSOE, y con la venia de Ciudadanos. El segundo es que el candidato del PP, Martínez-Almeida, sea el alcalde con el apoyo de Cs y Vox. Las posturas de cada formación al respecto están bastante claras.

Las fuerzas de izquierda consideran positivo el impacto de Madrid Central, que ha reducido el tráfico de paso en gran medida, los niveles de emisiones contaminantes han bajado y el efecto frontera en los barrios periféricos se está notando poco. La prioridad de esta visión es la salud pública -y evitar multas de Bruselas- por encima de la movilidad privada.

Si se revierte Madrid Central, en un futuro seguramente haya que restablecerlo "por las malas" (vía sanciones)

Y digo movilidad privada porque dentro de Madrid Central existen muchos medios para moverse, y no solo a pie o en bicicleta. Están los autobuses (que van ahora más rápido), el Metro, vehículos eléctricos de alquiler, taxis, VTC, pueden circular los vehículos ECO (y estacionar), los B y C si van a un parking, etc.

Las fuerzas de centro/derecha y derecha también lo tienen claro. Ciudadanos dice que quiere revisar Madrid Central, no suprimirlo, tras haber intentado previamente pararlo en los tribunales. PP dice que lo revertirá. Vox dice que lo eliminará. La pelota está por tanto en el tejado de Ciudadanos y de su candidata principal, Begoña Villacís.

Madrid Central no es ni más ni menos que pasar a una escala más grande las anteriores zonas de prioridad residencial (APR), que llevaban en funcionamiento más de 10 años (gobernaba el PP), con tráfico restringido, multas por entrar, excepciones, peticiones burocráticas para pasar... A estas alturas sería absurdo revertir también eso, digamos que sería un "Edición Deshacer" a la situación que había hace unos meses.

Si analizamos los fríos números, Madrid Central está beneficiando a más gente de la que perjudica, aun considerando el impacto en el comercio (unos venden más, otros venden menos), que haya que dar rodeos en vehículo privado, comprar vehículos con características muy definidas, etc. Además, la contaminación ha bajado, que era su principal razón de existir.

Plaza del Sol en 1935, antes del estallido de la Guerra Civil, con sus peatones, vehículos de gasolina, tranvías...

Madrid Central como idea es un auténtico laboratorio de gran tamaño. Varios alcaldes están pendientes de la jugada, a ver si funciona o no. No hablamos de cortar al tráfico cascos históricos donde el coche siempre ha sido un cuerpo extraño, hablamos de una zona muy densamente poblada, y cuyos resultados son exportables a ciudades grandes.

Viendo esto de una forma lo más imparcial posible, sí, Madrid Central debe continuar, pero también es cierto que puede mejorarse para reducir al mínimo el perjuicio a ciertos colectivos y maximizar su eficacia. La idea de cerrar una gran parte de la ciudad al tráfico no es nada nueva, y varios ayuntamientos de ciudades europeas importantes lo van a hacer a lo largo de la próxima década -o van a aumentar mucho las restricciones actuales-.

En otras palabras, revertir Madrid Central es una involución. Lo de ir con vehículos de combustión hasta la puerta del Sol estaba muy bien en los tiempos de nuestros abuelos y bisabuelos, porque había pocos vehículos. El vehículo privado de combustión tuvo demasiado protagonismo, y es hora de que las ciudades retomen el control de sus flujos internos, eliminando ruidos, contaminación y otro tipo de molestias.

Este artículo trata sobre...

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