Madrid Central sobrevivirá como Madrid 360, con medidas duras contra los vehículos sin etiqueta ambiental
La ciudad de Madrid seguirá dejando atrás los malos humos. En septiembre cambiará la ordenanza de movilidad de 2018 por una actualizada y con un gran consenso entre las fuerzas políticas del Ayuntamiento de Madrid. Solo VOX está totalmente en contra de las restricciones.
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Publicado: 18/08/2021 21:00
A mediados del mes que viene entrará en vigor en la capital una nueva ordenanza de movilidad que reemplazará la de 2018, establecida bajo la alcaldesa Manuela Carmena (Ahora Madrid). Ahora su sucesor, José Luis Martínez Almeida (PP), la modifica levemente para mantener el área de bajas emisiones.
Salvo el grupo parlamentario VOX, que pide circular -y contaminar- libremente por todo el centro de la ciudad, el alcalde está recopilando los apoyos necesarios. Se espera que la nueva ordenanza quede aprobada este viernes y se lleve al Pleno antes del fin de Madrid Central tal y como lo conocemos.
Algunas condiciones se endurecen, especialmente para los vehículos que no cuentan con el distintivo ambiental (categoría A). A partir de 2022 no podrán entrar en el perímetro de la M-30 los no residentes, y en 2023 lo mismo para los residentes. Los no residentes tampoco podrán circular por la M-30 en 2023.
En 2024 los vehículos sin distintivo ambiental de los no residentes tendrán la circulación prohibida en todo el término municipal. Los no residentes tendrán además la prohibición de entrar en la M-30. Finalmente, en 2025, ni los vehículos A de residentes podrán entrar en toda la ciudad. Tendrán que llevárselos fuera, venderlos o darlos de baja.
Al menos en el articulado actual se contemplan excepciones, como la de los vehículos catalogados como históricos. Actualmente pueden entrar en Madrid Central para estacionar en un aparcamiento, se les permite estacionar en la zona ORA, entrar en el perímetro de la M-30 y obviamente circunvalar la ciudad por el anillo interior.
Los vehículos de comerciantes serán equiparados a los residentes. En cuanto a los vehículos de más de 3,5 toneladas de MMA, cuentan con un año más para realizar la transición a modelos más limpios en cuanto a emisiones de escape. Además, las motos podrán entrar en Madrid central hasta las 23:00 en vez de hasta las 22:00.
Eso en cuanto al perímetro actual de Madrid Central y la M-30. Además, se creará otra zona de bajas emisiones, los aledaños al intercambiador de Plaza Elíptica, un punto negro en contaminación atmosférica de la capital. Ningún vehículo no residente podrá atravesar la zona protegida sin distintivo ambiental. Tendrán que ir por el paso inferior siempre.
Se mantienen las condiciones de acceso para los etiquetados como Cero y ECO, podrán acceder a Madrid Central como hasta ahora, sin justificación alguna, y los etiquetados como B y C podrán hacerlo para acceder a aparcamientos públicos y privados en el caso de no residentes.
También habrá numerosas excepciones, como la entrega y recogida de niños en los colegios, escuelas infantiles e institutos. De lunes a viernes, de 7:00 a 20:00, se permitirá el acceso. Conoceremos más adelante el resto de excepciones con más detalle.
Al final, Madrid Central se queda. La medida implantada en 2018 fue una revisión profunda de los planes anticontaminación de la alcaldesa anterior, Ana Botella (PP), llevándolos más allá, y con no pocas polémicas. La medida se puso en marcha con defectos de forma, por lo cual la justicia acabó por tumbarla. De ahí la necesidad de sacar otra ordenanza de movilidad.
Los argumentos contra la medida, como que iba a desplazar la contaminación de sitio pero no arreglar nada, no se han sostenido. Al final, en general podemos decir que los madrileños se han acostumbrado, y aunque se van a anular las multas, el efecto ya ha calado: la libre circulación en el interior del perímetro de Madrid Central ya es cosa del pasado.
De anular Madrid la ordenanza de movilidad de 2018 y no sacar otra, sería la primer ciudad europea grande en retroceder en ese sentido. Tengamos en cuenta que se habían unificado varias zonas de prioridad residencial (APR) en Madrid Central, como Letras, Cortes y Ópera. Un Madrid saturado de coches en todas partes es decididamente algo tan arcaico como el tráfico pasando bajo los arcos del Acueducto de Segovia.