La nueva crisis de las marcas de coches en Europa, peor que la de los microchips
Los fabricantes europeos está levantándose poco a poco de los cuellos de botella que están causando los microchips. Los semiconductores empiezan a llegar más asiduamente a las líneas de montaje, pero las marcas de coches están a punto de enfrentarse a otra gran crisis al cerrar el grifo del gas ruso, por tiempo indefinido.
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Publicado: 06/09/2022 20:00
No salen de una cuando se meten en otra. Las marcas de coches están empezando a respirar tras la difícil situación en la que se vieron inmersos en el suministro de los microchips. Miles de unidades esperando embarque a sus destinos y otras tantas en almacenes a falta de montar los semiconductores necesarios para entrar en el transporte, amén de las unidades que llegaron a manos de los clientes renunciando a determinados equipamientos.
Una situación que, más o menos, se está regularizando. Pero, lejos de volver a la normalidad de dos años atrás, los próximos meses van a ser más que complicados, según apuntan desde el «Wall Street Journal». El corte en el suministro del gas ruso está ya ocasionando grandes problemas en la industria europea, una nueva crisis por la falta de esta esencial fuente de energía para la fabricación de materiales como el vidrio para coches nuevos, entre otras producciones.
El cristal, una prioridad para Europa pero los proveedores buscan soluciones
Fabricantes como Volkswagen llevan meses haciendo acopio de ventanillas, lunetas y parabrisas para todos sus modelos, llenando los almacenes para no verse obligados nuevamente a parar producciones. En la marca de los cuatro aros y Porsche, también están llenando sus almacenes, recurriendo a proveedores fuera de Europa no afectados por la crisis del gas. Los responsables de Saint-Gobain, uno de los principales fabricantes de cristal para coches, ya anunció a principios de año que estaba reduciendo el uso de energía en sus planes de Alemania, Polonia y la República Checa, priorizando la producción de lunas para sus clientes automovilísticos.
Los de Schott AG, un proveedor alemán de cristales especiales como para las pantallas táctiles y sistemas de iluminación exterior, ya tienen un plan B: almacenar todo el gas natural licuado que pueda, pero también propano, pues cambiará a este tipo de gas si no dispone del primero. Incluso hay especialistas vidrieros que reconoce estar cambiando el sistema de sus hornos para funcionar con gasolina o diésel para no parar la fabricación y entrar en situación de desastre.
El gas es necesario para mantener las elevadísimas temperaturas necesarias en los hornos, y evitar que el vidrio líquido se enfríe y se seque, lo que tiraría por tierra millones de kilos de arena, carbonato de sodio y piedra caliza fundidos, los materiales clave para este material. Aunque cada empresa está optando por una alternativa, la Unión Europea incluyó la fabricación de cristal en la lista de prioridades en caso de que el gas se racionase el próximo invierno, y a lo que se suma el importante sobrecoste que va a sufrir el cristal en los próximos meses.