Las estratosféricas multas por contaminar de más. Las marcas incumplen los objetivos y las pagamos en los precios de los coches nuevos

La introducción del ciclo WLTP obligó a las marcas a ofrecer cifras de emisiones más realistas a los compradores de los coches nuevos, instaurando también un sistema de multas para tratar de doblegar a las marcas que incumpliesen los límites más estrictos de las emisiones. La misión de Europa no es llenarse los bolsillos a costa de los fabricantes, sino la de hacer cumplir una norma que se han estado saltando considerable, y continuamente, tocando donde más le duele: la cuenta de beneficios.

A razón de 95 euros por gramo sobrepasado del límite y multiplicado por el número de unidades vendidas, las multas son multimillonarias de verdad. Bruselas se embolsó 510 millones de euros en multa en 2020, de los que más de un centenar de millones provenían de Volkswagen al superar el límite por tan sólo 0,75 gramos. Los de Jaguar Land Rover abonaron 40 millones, lo cual es poco comparado con los alemanes pero una cifra muy elevada si consideramos que su volumen de ventas fue extremadamente bajo, a pesar de que estos se pasaron tres gramos.

Las marcas más 'generosas' que aportaron a los fondos europeos

Suzuki aportó a los fondos europeos un total de 160 millones de euros, a razón de unos mil euros por coche vendido, y Subaru se dejó otros 52 millones. Esta japonesa fue más que generosa con el emolumento, pues al pasarse 34 gramos de CO2 por kilómetro y vender poco más de 16.170 coches en el continente, cada coche le salió a la marca 3.200 euros más caro.

Lo peor de esto es que los fabricantes saben de antemano que van a superar los límites de emisiones, por lo que los precios ya están «inflados» con una cantidad extra para no perder dinero, y que paga el cliente con creces. En 2021, la asociación con otros fabricantes de cero emisiones como la alianza de Honda y Jaguar Land Rover con Tesla -por supuesto, a cambio de una generosa contraprestación a la marca de coches eléctricos- benefició a la japonesa y a las británicas, pero ninguna se acordó de rebajar el precio de venta. Algo estúpido cuando también tienen que compensar en sus cuentas el pico que se llevó Tesla.

2025 será un año clave para algunas marcas de cara a la Euro 7

Bugatti fue la única marca que superó el estricto límite de los 95 gr/km en 2022, pero dado que no es un fabricante de volumen, se libra de la multa. El próximo año 2025, el límite se rebaja hasta los 80 g/km, un pequeño descenso comparado con el que llegará con la Euro 7 en 2030 que se reducirá casi un 50 por ciento hasta los 49,5 gramos. Los motores de gasolina y diésel tendrán que cambiar mucho para cumplir con los límites o vender mucho más eléctricos que actualmente, porque los híbridos enchufables ya se ha demostrado que no son todo lo eficiente que son.