IndyCarMcLaren considera regresar a la IndyCar "de forma significativa y duradera"

McLaren y las 500 millas de Indianápolis fue una de las parejas mejor avenidas del automovilismo durante la totalidad de los años 70, relación que se prolongó durante los dos primeros años de la década de los 80 como simple suministrador de chasis. Las dos victorias de Johnny Rutherford dan fe de una combinación exitosa que prolongó la "Invasión Británica", incluso cuando los pilotos de Fórmula 1 ya habían dejado de lado la carrera en su mayor parte. 2017 fue el renacer de esa aventura, que podría no limitarse a ese romance fugaz de dos semanas de mayo.

Ese deseo es claramente compartido por Indianápolis y la IndyCar, deseosos de capitalizar y aprovechar la inercia de un 2017 muy beneficioso. McLaren también estaría dispuesta a volver si las condiciones son propicias, y no sólo a la gran carrera, si nos atenemos a lo que cuenta Zak Brown. En declaraciones al Indianapolis Business Journal, el director ejecutivo de McLaren considera que su participación este año puede ser el inicio del camino, y avisa que, de regresar, McLaren buscaría hacerlo en condiciones, disputando toda la temporada de IndyCar: "La próxima vez que volvamos, queremos hacerlo de forma significativa y duradera. América es un mercado importante para nosotros, y estamos interesados en la IndyCar para el futuro. Encaja bien en nuestra marca, y nuestros socios tienen interés en ello y en América, así que cuando nos encontremos en una situación en la que podamos ser competitivos y sea comercialmente viable para nosotros sin que sea una distracción de la Fórmula 1, consideraremos seriamente entrar"

Gran parte del éxito de la incursión de McLaren fue la asociación técnica y logística con uno de los mejores equipos de la categoría, Andretti Autosport, además de la amplia cobertura mediática que la IndyCar destinó a su participación y, en especial, al gran instigador de todo ello, Fernando Alonso. La aventura del español atrajo una atención internacional a la carrera inusitada desde los tiempos de Nigel Mansell, y su rápida adaptación al óvalo, clasificando en una fantástica quinta posición, así como su actuación en carrera y las 27 vueltas que lideró, merecieron los elogios de gran parte de la prensa y afición. La búsqueda de los límites de Honda, que eventualmente le dio el extra necesario a Takuma Sato para hacerse con la victoria, fue lo que jugó en contra del asturiano, entre otros, cuando su motor expiró a 20 vueltas del final.

El aspecto financiero y comercial es, también, otro de los caramelos que Brown no pierde de vista, más si cabe dado su pasado en Estados Unidos y la presencia total del consorcio estadounidense Liberty Media en la Fórmula 1. Así, Brown expuso el enorme interés de su equipo, y su empresa en términos globales, en asociarse con un evento tan reconocido a nivel mundial: "McLaren tiene una larga y exitosa historia en IndyCar y, especificamente, en la Indy 500. La carrera de este año fue una experiencia maravillosa para todo el equipo. Indianápolis continúa siendo un escenario icónico con una marca muy fuerte, y las 500 millas es aún una marca muy sólida a nivel mundial. Allá donde vayas, todo el mundo conoce la Indy 500".

El equipo compitió este año encuadrado en la actividad principal de Andretti Autosport y, aunque el cambio de McLaren a motores Renault y la permanencia de Andretti con Honda complica una relación a corto plazo en la categoría, ambas partes han fortalecido sus lazos en la otra punta del mundo a través del propio Zak Brown. Su equipo de resistencia en Europa, United Autosport, se ha aliado con Andretti para hacerse con parte de Walkinshaw Racing, que fue uno de los equipos más exitosos de los SuperCars australianos como estructura de fábrica de Holden, ganando seis campeonatos entre 1996 y 2002. El equipo pasará a llamarse Walkinshaw Andretti United a partir de 2018.

Fuente: Indianapolis Business JournalFotos: McLaren