Los 10 mejores coches de 2015-2016, según Jeremy Clarkson
El presentador y periodista Jeremy Clarkson ha hecho una lista de los coches que más le han gustado -y probado- en los últimos meses. Opina que un coche debe destacar en algo, lo que sea, para que no sea un electrodoméstico de transporte. Conozcamos su selección.
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Publicado: 15/08/2016 19:00
Cuando un periodista de Motor ha trabajado durante tantos años como Jeremy Clarkson, lo más fácil es que acabe siendo una rutina y nada llegue a sorprender o a emocionar. Pero cuando parece que uno ya lo ha probado y sentido todo, que un coche le llame la atención es, cuanto menos, meritorio. Son coches con algo especial, que provocan un torrente de sensaciones y los distingue de los demás.
De ahí que Clarkson haya escogido sus 10 coches favoritos actualmente a la venta, entre los que encontraremos varios modelos deportivos, pero también modelos aparentemente mundanos. Clarkson incide en su columna que no solo importa qué ingredientes se usan, sino la forma de combinarlos. Lo que cuenta es el resultado. Aunque la lista es muy variada, abundan modelos europeos, solo hay un asiático y un americano. Curiosamente, ninguno se fabrica en Reino Unido.
El primero de la lista es el Mazda MX-5, que sigue una estirpe de 25 años siendo el roadster más vendido del mundo. La versión probada es la más potente, la de 160 CV. La diversión al volante la compara con jugar al Twister con Scarlett Johansson y Cameron Díaz, todos desnudos. Dice que es el mejor MX-5 de toda la saga, que es entusiasta y vivaz, y que eso es lo que transmitirá a su conductor.
Jeremy Clarkson habla del MX-5 en los mismos términos que sus ingenieros desearon que fuese, un coche para disfrutar al volante muy por encima de los demás, y él añade que es una cura para la depresión, y que no es posible conducirlo estando de bajón. Valora su simplicidad, un precio contenido, facilidad para usarlo y las sensaciones al volante. Difícil estar en contra.
Del Alfa Romeo 4C Coupé Clarkson dice que es el coche de marca generalista que más le ha emocionado, lo califica como un cachorrito de Ferrari, aunque necesita un poco de entrenamiento. Se refiere a los detalles que restan confort en este deportivo, que son la visibilidad, el silbido del aire y el ruido. Al cabo de un viaje largo, no resulta una experiencia tan agradable.
Sin embargo, Clarkson dice de este coche "terrible" que tiene alma y humanidad, que no es simplemente una máquina. Es decir, se le perdonan sus defectos porque lo compensa en otras áreas, como se hace con una persona. Sus 240 CV de motor central y propulsión trasera son una receta para sentir lo que se conduce en un superdeportivo, aunque por mucho menos dinero, aunque siga siendo una cantidad muy alejada del bolsillo de un simple mortal.
Mucha mejor opinión tiene del Mercedes-AMG GT S, el cual califica como el Mustang de Mercedes. Lo siente bruto y rebelde, y destaca las dimensiones del capó. Mediante su habitual hipérbole, considera que es tan largo que cuando hayamos aparcado, tardaremos 20 minutos en llegar, que da la sensación de conducir un supercarguero, y que es tan ancho que podría tener un helipuerto incorporado.
Su motor 4.0 V8 Biturbo de 500 CV no es tan impresionante -a priori- respecto al 6.2 V8 atmosférico del SLS AMG, pero le gusta el conjunto más. Cuesta muchísimo menos dinero, a pesar de perder las puertas de ala de gaviota, pero es un Mercedes que hace olvidar a lo que se han hecho décadas atrás en esta marca. De todo lo que hay en el mercado, en esta liga sería una de sus primeras opciones. No está nada mal para ser la primera generación del purasangre alemán.
Del Ford Focus RS hay que decir que le ha recordado al mítico Escort RS Cosworth que condujo hace 26 años, que era un héroe de la clase obrera (por su origen humilde). El Focus RS es para él como un Nissan GT-R a mitad de precio, un coche que con 350 CV de potencia es capaz de humillar a coches mucho más caros y lujosos, hasta más potentes. Lo considera como lo más especial que ha hecho Ford en un cuarto de siglo.
De su sistema de tracción total, dice que es el más avanzado que se ha montado jamás, independientemente del modelo y de cuánto ha costado. Seguramente se refiere al modo de drifting, que permite tener puntualmente el comportamiento de un propulsión trasera loco, como los buenos muscle americanos. Y todo esto por un precio más que razonable, 31.000 libras en su país.
Sin salirnos de Ford, no podía faltar el Mustang GT 5.0 V8. El pony car, por 4.000 libras más que el Focus RS, por fin se puede comprar con volante a la derecha (lo que él llama el lado correcto), ya que se diseñó como un coche global. No ha perdido su carácter americano, dice que incita a quemar ruedas constanemtente, y a tomar todas las curvas con la trasera bien cruzada.
Muy a favor del Mustang esta su precio, menos de lo que llegó a pagar por un Volkswagen Golf GTI, aunque considera que es muy pesado. Su veredicto, es "la hora de creer en el mito". Un muscle car que se exhibe como tal en los primeros metros. ¿Recordáis Bullit y lo que transmitió ese Mustang Boss? Pues es ni más ni menos lo que ofrece el V8 americano.
En términos diferentes se expresa a favor del Volvo XC90 con su motor 2.0 turbodiésel de 220 CV, el D5. No es el coche que más llama la atención, pero está plagado de detalles que hacen la conducción simple, intuitiva, y, sobre todo, cómoda. Para poderse relajar conduciendo, pero con la tranquilidad de que la máquina sueca va pendiente de su conductor.
Destaca su calidad de rodadura, que el motor diésel está mucho mejor aislado que en la primera generación, la simplicidad de su salpicadero (la pantalla táctil aglutina la mayoría de funciones) o lo agradable que es sentarse en sus asientos. Es el coche de seguridad de Sven y Thor -son sus palabras- con asistente de detección de fatiga.
Más curioso es su veredicto sobre el Opel Zafira Tourer con el motor 1.6 CDTI de 136 CV. Ya es difícil que a Clarkson la guste un motor diésel, pero habla maravillas de él. De hecho, comenta que al visitar a Bono (cantante de U2) en Francia, se quedó patidifuso al comprobar cómo la estrella se movía en un Zafira diésel.
Ni corto ni perezoso, le ha dado cinco estrellas, el máximo. Dice no sentir nada al pasar por encima de las irregularidades del terreno -se referirá al chasis FlexRide, con control continuo de amortiguación- y que es el coche más cómodo del mundo. Sí, más incluso que el Rolls-Royce Phantom. En su opinión, es el coche que más reparos pone para transmitir irregularidades del asfalto hacia el interior. Remata su opinión recordando que es un buen Vauxhall, la marca británica de General Motors (Opel no se vende en Reino Unido).
Volvemos a los pepinazos con el BMW M2 Coupé. No habla de él como el M más rápido, pero dice que es rápido tanto en las curvas, como en las rectas, y que lo hace de forma totalmente placentera. Ha cambiado de opinión sobre el M3 V8 (E92) y el primer M5. Este es ahora su BMW M favorito.
De su motor de 370 CV dice que nada en par motor, queriendo decir que le sobra, y que puede ser tan rápido como GT de marcas mucho más caras. Ahora mismo es el BMW M más accesible, obviando la existencia del M135i o el M235i. Su aspecto exterior no es el más llamativo del mundo, pero al conducirlo, es como llevar una nave espacial.
"Diabólicamente bueno", eso es lo que piensa del Ferrari 488 GTB, el que cuenta con más de 660 CV extraidos de un 3.9 V8 que combina el corte a las 8.000 y pico vueltas con alimentación biturbada. Una delicida que alcanza 100 km/h en 3 segundos exactos. Lo califica como la máquina de conducción perfecta (a falta de otra palabra mejor), aunque no tiene las cinco estrellas.
No critica al 488 GTB por tener turbo, recordando que el F40 tenía turbo, y que cuando Gilles Villeneuve competía con la Scuderia, también tenía motores turbo. Suena como un Ferrari, suena bien, no se distingue para mal la acción de los turbocompresores, el conductor no percibe cómo recibe el aire de admisión. Un encanto de conducir, que puede comportarse como un gatito o como un purasangre. Ese es su mejor logro, un purasangre que puede conducirse con una absoluta docilidad.
Por último, cierra la lista el Lamborghini Aventador. No es el mejor superdeportivo a la venta, su motor se ha quedado anticuado -lo compara con los dinosaurios- y hay modelos híbridos que lo superan al no ser tan pesados. Pero el Aventador tiene un motor 6.5 V12 atmosférico, y esas tres cosas a la vez son palabras mayores, hablamos de 700 CV de potenca con tracción total. Es el más rápido de la lista.
Aunque sus frenos no sean capaces de contener las embestidas del motor del brontosaurio, por sus escapes sale música, es algo que solo se puede comprender conduciendo un Lamborghini V12 en un circuito. De todos sus oponentes en lo más alto de la raza de superdeportivos, el Aventador sería el que comprase para él. Le gusta más el McLaren P1, pero lo califica como un robot sofisticado. Él prefiere conducir un dinosaurio.
¿Qué os parecen sus elecciones?
Fuente: The Sunday Times Driving