¿Más de 140.000 euros y solo 200 km/h? El problema del Mercedes-AMG C 63 PHEV que ha desatado a los clientes, y de muy difícil solución

Mercedes, y su división deportiva, se han tirado de cabeza a la piscina de la electrificación al más alto nivel por dos motivos clave: esquivar las duras sanciones de las normas de emisiones contaminantes, a la vez que mantener los modelos más deportivos. La tecnología «AMG E Performance» también permite a la marca de la estrella ofrecer un estándar de prestaciones difícilmente superable, sirviendo de ejemplo la berlina más deportiva de la marca que llega a los 843 CV.

Los de Mercedes-AMG se han gastado una indecente inversión en este paso previo a los eléctricos de altas prestaciones, lo que sirve para que los clientes experimenten lo que ésta les puede ofrecer. Pero, en el caso del Mercedes-AMG C 63 S E Performance se ha convertido en un «problema», pues Mercedes ya está percibiendo las primeras quejas de los clientes. A la venta en España desde hace unas semanas, la berlina y el familiar han abandonado el potente motor V8 de 4.0 litros biturbo apostando todas las cartas por un complejo sistema híbrido enchufable.

El gran problema del nuevo Mercedes-AMG C 63 es su velocidad punta

Los motivos esgrimidos por los clientes son dos, uno es el sonido y otro es el rendimiento. Más concretamente, la velocidad punta. El primero no tiene solución, el segundo tampoco, pero echar de menos el característico sonido de este propulsor es algo contra lo que Mercedes no puede luchar, pues Europa obligó a los fabricantes a reducir los rugidos de los motores a través de una norma anti-contaminación sonora que afecta a todas las marcas.

El segundo viene precedido de un fallo «garrafal» cuando la marca presentó los nuevos Clase C AMG. Entonces, en la hoja de especificaciones técnicas, anunció que la velocidad máxima es de 250 km/h y, sin el limitador electrónico, crece hasta los 280 km/h en la berlina -y 270 km/h en el Estate- con el opcional Driver's Package. Pero en el manual del propietario estipula que «el rendimiento por encima de los 200 km/h se puede ver limitado... por un sobrecalentamiento de la batería».

El C 63 está abocado a morir como un gran PHEV, igual que nació, salvo sorpresa

Este componente, que dispone de una capacidad máxima de 6,1 kWh pero no es de 48V, sino de 400V, ofrece 13 kilómetros de autonomía y hasta una velocidad máxima de 125 km/h, pero es esencial para alimentar al motor eléctrico de dos velocidades equipado en el eje trasero, el generador de arranque y los turbos eléctricos, por lo que ya no ofrece la clásica «patada» que ofrecía antiguamente con el motor V8. Un bloque que demandan los clientes y que piden su regreso, pero es algo más que complicado, pues hay que tener en cuenta unos factores que, casi, lo hacen inviable.

El Mercedes-AMG C 63 S E Performance ha sido concebido desde el principio como un PHEV con un motor de cuatro cilindros, por lo que Mercedes tendría que verse obligada a rediseñar puntales, soportes, plataforma, chasis y cotas para volver a montar el V8, lo que conlleva un nuevo desarrollo y homologaciones, como un modelo nuevo. El segundo, y no menos importante, es que el bloque V8 de 4.0 litros biturbo no cumple con la exigente norma Euro 7, lo que obligaría a realizar una potente inversión para un motor que será eliminado en 2026, y algo a lo que difícilmente Mercedes accedería.

Los factores que explican que el V8 no regresará al Mercedes-AMG C 63

El tercero es algo que Mercedes no ha señalado directamente, y que afecta de lleno al C 63 y al nuevo E 53. Este modelo no se ha concebido como un vehículo de alto rendimiento para alcanzar una velocidad punta. De hecho, solo dispone de 680 CV durante unos segundos, en condiciones normales ofrece poco más de 540 CV, pues el propósito de este PHEV es ofrecer una gran aceleración, algo que puede hacer de forma continuada gracias a su potente sistema de regeneración de la batería. Error de la marca, desconocimiento de los clientes o de ambos.