El Mercedes-AMG ONE que nadie quiere comprar, un costoso error que demuestra que los ricos prefieren estrenar

Está claro que el propietario del primer Mercedes-AMG ONE que se puso a la venta en un concesionario de coches de ocasión de verdadero lujo se equivocó. El hiperdeportivo híbrido de la marca de la estrella se ha convertido en un verdadero problema ya que permanece desde hace nueve meses expuesto en Dubai, y sin señales de encontrar un nuevo dueño a corto plazo.

Está claro que la intención era hacerse con uno de los modelos más deseados del mundo, cuya producción está limitada a 275 unidades, para posteriormente venderlo y no sólo recuperar la inversión, sino sacar una tajada extra. Un ambicioso plan que se ha venido abajo por completo, porque esta fiera basada en los monoplazas de Fórmula 1 de la marca alemana es uno de esos modelos calificados como imposibles de vender.

Los ricos quieren coches nuevos, no de ocasión

Si creyó que, por estar expuesto en uno de los concesionarios más exclusivos de Dubai le iban a llover clientes, incluso dispuestos a poner más dinero encima de la mesa que otros por llevarse semejante pieza de Mercedes, el guantazo de realidad es tremendo. Porque, de ponerse a la venta con un precio de 5.022.678,81 euros, al cambio de los 20 millones de dírham que fue tasado, el dueño se ha visto obligado a rebajar el precio una migaja, poco menos de 537.000 euros.

La pregunta que este señor no se ha hecho es quién podría estar dispuesto a pagar poco más de cinco millones de euros, casi el doble de lo que costaba el AMG ONE de serie, cifrado en 2,75 millones de euros, sin ningún opcional. En este selecto mercado, los clientes prefieren estrenar antes que adquirir un hypercar ya usado, aunque se trate de un kilómetro cero. Ya que hacen semejante desembolso, lo es con los opcionales que desean, tanto en colores como en materiales y todo lo que se les ocurra.

Falla la idea de sacar «tajada» extra al Mercedes-AMG ONE

Pero, además, el AMG ONE es un modelo muy especial en el tema del mantenimiento. Además de que su coste es tremendamente elevado, su mecánica no es nada convencional y muy diferente de la de un Bugatti o un Ferrari, lo que obliga a una serie de cuidados cada pocos kilómetros, amén de que el cliente firma un contrato en el que una cláusula le prohíbe adentrarse en circuito por su propia cuenta. Si lo desea, puede ir a por el pan o acudir al campo de golf, pero no experimentar su elevado rendimiento por sí mismo...