A la venta el polémico Mercedes-Benz 500K robado en la II Guerra Mundial

Vendido por 3.7 millones en Pebble Beach 2011, poco después era requisado por las autoridades alemanas a su entrada al país cuando iba camino de la Techno Classica de Essen. Actualmente se encuentra en manos de los herederos del propietario original, la familia Prym, dueños de la compañía familiar más antigua de Alemania.

A la venta el polémico Mercedes-Benz 500K robado en la II Guerra Mundial

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Publicado: 14/08/2016 18:00

Solo 29 carrocerías abiertas fueron ensambladas.

El ejemplar más polémico de los últimos años, un Mercedes-Benz 500K Special Roadster de 1935, vuelve a ser noticia de portada gracias al anuncio de su puesta a la venta en el próximo evento Chateau de Chantilly de la casa de subastas Bonhams, que tendrá lugar el próximo 3 de septiembre de 2016.

Lo cierto es que los Mercedes tipo W29 son los modelos de producción de la marca más valorados. Salvando muy contadas excepciones, como los vehículos de competición que forjaron la leyenda de las flechas de plata, los 500K y 540K son universalmente considerados los Mercedes más deseados y por tanto caros de la centenaria producción de la marca germana. No en vano, estas unidades son protagonistas habituales de la lista de vehículos más caros de la historia, con cotizaciones cercanas a las 8 cifras.

Este mismo mes de enero, RM Sotheby´s vendía en Scottsdale uno de estos raros descapotables por 9.9 millones de dólares, y aun así, no es el precio más alto pagado por uno de estos pocos ejemplares fabricados con carrocería abierta, de la que solo se ensamblaron 29 unidades. Tal honor recae en el 540K Special Roadster número de bastidor 130949, vendido en agosto de 2012 en Pebble Beach por Gooding and Company, con un precio de 11.7 millones de dólares.

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Tres tipos de chasis y hasta 8 carrocerías disponibles tuvo el Mercedes W29.

Sin embargo, de los 342 fabricados entre 1934 y 1936, de los que como ya hemos dicho, menos de una treintena fueron carrozados en versiones Roadster o Special Roadster, el más célebre sin duda es el que luce el número de bastidor 105380. Esta unidad, comprada en Monterey 2011 por 3.7 millones de dólares por el coleccionista holandés Frans van Haren, saltaba a todos los medios de comunicación cuando las autoridades alemanas la requisaban, afirmando que era un vehículo robado.

El coleccionista holandés pretendía exponerla en la Techno Classica de Essen 2012, sin embargo, nada más entrar a Alemania fue requisada, debido a las denuncias de la familia industrial Prym, que alegaban que el vehículo había sido robado a finales de la Segunda Guerra Mundial por el ejército estadounidense.

Aunque este hecho nunca fue demostrado, es cierto que en 1945 el industrial Hans Prym fue encarcelado por los aliados, como muchos empresarios germanos de la época. Una de sus propiedades fue empleada precisamente como base por las tropas norteamericanas, momento en el que no se volvió a saber más del Mercedes 500K.

Uno de los solo 29 roadster fabricados.

Años después aparecía en los Estados Unidos como un clásico más, por lo que nadie sospechó nada cuando fue subastado en Pebble Beach en 2011 por 3.7 millones. De hecho, RM Sotheby´s, en aquel entonces RM Auctions, declaraba en la propia presentación del modelo que no existía información del período comprendido entre que el vehículo fuera adquirido por la familia Prym en los años treinta y los años setenta. Poco menos de un año después, saltaba la polémica en Alemania, concluyendo en 2012 con una sentencia de un tribunal de Hamburgo que daba la razón al nieto de Hans Prym, nombrando como propietarios legítimos a los herederos del industrial germano, propietarios de la empresa familiar más antigua de Alemania, alegando que el Mercedes había sido requisado ilegalmente en 1945.

Dejando a su reciente propietario sin vehículo y claro está, también sin los 3.7 millones de dólares que acababa de pagar por el.

El próximo 3 de septiembre, el 500K bastidor 130949 volverá a ser subastado. Pero en esta ocasión por los herederos legales de Hans Prym en el evento Chateau de Chantilly de Bonhams, donde se le estima un valor entre los 5 y los 7 millones de euros. Cifra considerablemente superior a los 3.3 millones de euros que pagó Frans van Haren hace solo 5 años. La controversia que suscitó este ejemplar ayudará sin duda a que el evento tenga una gran repercusión, aunque es pronto para dilucidar si esta alimentará las ansias de los coleccionistas por esta rara pieza, o si por el contrario, su reciente historia desanimará a los posibles interesados.

Como vehículo de colección su altísimo valor es indudable, todos los ejemplares subastados en los últimos años han alcanzado como mínimo las siete cifras, su belleza y rareza es apreciada por todos los especialistas, aunque lo cierto es que era uno de los vehículos más exclusivos y avanzados de su tiempo.

El Mercedes-Benz 500K contaba con un impresionante motor de ocho cilindros en línea de 5.018 c.c., que gracias a su compresor Roots era capaz de rendir cerca de 160 caballos, lo que permitía que esta inmensa mole de 2.700 kilos pudiera sobrepasar la entonces llamativa barrera psicológica de las 100 millas por hora, 166 km/h, con una velocidad máxima de 177 km/h. Pero no todo era fuerza bruta en los 500K, el bastidor de este inmenso roadster de los años treinta disponía de exquisiteces como suspensión independiente a las cuatro ruedas, cristales de seguridad, limpiaparabrisas eléctricos o incluso luz antiniebla. Lo que hoy nos puede parecer algo común, pero que hace más de ochenta años eran elementos muy avanzados y de los que no podían presumir muchos modelos.

El ejemplar de bastidor 130949 se encuentra además en un estado de forma simplemente excepcional y cuenta con la certificación de Mercedes-Benz Classic, un solo vistazo a las fotos de detalle delatan el exquisito cuidado al que ha sido sometido estos años, desde que fuera fuertemente restaurado en 1991. Este salía de la factoría de Sindelfingen el 6 de febrero de 1935, originalmente con la carrocería de color verde, siendo enviado a ocupar un lugar prominente en el stand de la marca en el Salón del Automóvil de Berlín ese mismo mes.

De color rojo, originalmente salía de Sindelfingen de color verde.

En abril de ese año fue adquirido por Hans Friedrich Prym, que lo tuvo en su poder hasta 1945, sin que hasta el día de hoy se hayan podido conocer los detalles de su llegada a los Estados Unidos. El registro más antiguo del modelo es de los años setenta, cuando apareció en la colección de Russell Strauch, en Toledo, la misma ciudad de Ohio donde se ensambla el icónico Jeep Wrangler.

Tras la muerte de Strauch en 1976, el 500 K pasó a manos de Don Dickson, que lo vendió en 1988 a Richie Clyne para la Imperial Palace Collection, donde fue restaurado por Mike Fennell Enterprises, California, en 1991. Poco después el ya rojo Mercedes-Benz formó parte de la colección de la familia Lyon, los mismos que lo pusieron a la venta en el verano de 2011 en Pebble Beach. Momento en el que fue adquirido por Frans van Haren, que al intentar exponerlo en la Techno Classica de Essen al año siguiente inició esta historia.

Fuente: BonhamsFotos: Bonhams

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