Mercedes-Benz y Bosch se enfrentan a una demanda colectiva en EEUU
Un juez federal del país americano da luz verde a una demanda colectiva contra el fabricante alemán y su proveedor de componentes diésel por un presunto fraude al consumidor, presentada hace tres años. Mercedes-Benz se acerca a la misma posición que Volkswagen en su día.
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Publicado: 05/02/2019 22:00
Se complica la situación para Mercedes-Benz USA tras la decisión de un juez de Nueva Jersey. José Linares, un juez federal, ha admitido a trámite una demanda colectiva contra el fabricante alemán y Robert Bosch, empresa que colaboró en el desarrollo de los motores diésel BlueTEC para el mercado norteamericano.
Bosch proporcionó a Mercedes-Benz componentes clave en los motores BlueTEC, tales como centralitas
La historia nos suena... porque se parece cada vez más a la de Volkswagen. Sobre Mercedes hay sospechas de haber manipulado las emisiones de sus motores diésel prácticamente desde el estallido del escándalo del Dieselgate en otoño de 2015. En Europa Mercedes-Benz ha tenido que llamar a revisión más de 700.000 vehículos por el mismo motivo, pero sin admitir la culpa.
El modus operandi es presuntamente el mismo, equipar a los motores con una programación especial (dispositivo fraudulento o defeat device) que detecta las pruebas de homologación. En esas condiciones las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) entran dentro de los límites legales. En el resto de condiciones emiten de media 19 veces más NOx de lo permitido en EEUU.
Mercedes-Benz siempre ha defendido su inocencia -y desde el principio-, argumentando que las trampas eran en realidad ajustes de las centralitas para preservar la salud del motor y el sistema de escape. Un grupo de clientes afectados interpusieron una demanda contra Mercedes el 25 de febrero de 2016, es decir, hace casi tres años y poco después del estallido del escándalo.
El juez José Linares entiende que Mercedes-Benz no informó a los clientes de que los motores no cumplían las características que se supone que tenían, como ser de los motores diésel más limpios a la venta en Estados Unidos. Los abogados de ambas empresas alemanas han tratado de lograr la desestimación del caso, pero han topado con un hueso duro de roer, Hagens Berman.
Este bufete es el responsable de haber conseguido para los clientes de Volkswagen indemnizaciones milmillonarias, concretamente 14.700 millones de dólares, dentro de un acuerdo judicial. Por su parte, Bosch ha tenido que pagar 27,5 millones de dólares a clientes afectados por motores diésel de Fiat Chrysler Automobiles por el mismo motivo, que contaminaban demasiado, de un total de 131 millones de dólares.
La pesadilla del Dieselgate no ha hecho nada más que empezar para Mercedes-Benz. Los jueces tendrán ahora que determinar, después de un proceso judicial, si efectivamente el fabricante ha realizado esas manipulaciones e indemnizar a los clientes. A estas alturas Mercedes-Benz es más presuntamente culpable que inocente.
Otro de los grandes fabricantes europeos que se metió en la cruzada de los llamados "Clean Diesel" es BMW, que de momento sale indemne al otro lado del charco. Volkswagen ha tenido que hacer frente a unas sanciones, indemnizaciones y costes de llamadas a revisión que superan los 25.000 millones de dólares, muchísimo dinero incluso para VW.
Por colaborar con VW, Bosch tuvo que aflojar otros 327,5 millones de dólares a propietarios de los VW TDI Clean Diesel
Pero si hay algo que nos dicen también las cifras es que los clientes de Volkswagen no han decidido castigar de forma masiva al fabricante alemán, de hecho, en 2016 obtuvo los mejores resultados de su historia, y fueron superados ampliamente por los del 2018. Con Mercedes-Benz, parte de Daimler AG, pasará seguramente lo mismo.
La vida comercial de los motores "Clean Diesel" se frenó en seco a partir del 2016, cuando se concedieron muy pocas homologaciones de la agencia de protección del medio ambiente (EPA) y del CARB californiano, bien por retirarse las peticiones o por ser los fabricantes incapaces de estar dentro de los límites sin hacer trampas.
Mercedes-Benz retiró los BlueTEC de EEUU a principios de 2018
La experiencia del escándalo de las emisiones con Volkswagen ha dejado muchas lecciones. Los directivos de Mercedes-Benz no solo tendrán que colaborar al dedillo con todas las peticiones de la justicia de EEUU, también cuidarse mucho de que los responsables estén bien quietecitos en Alemania antes de que haya peticiones de cárcel, pues el país europeo no extradita a sus nacionales.
Si Mercedes-Benz acaba pagando una suma enorme por el presunto fraude, no significaría necesariamente reconocer haber hecho algo mal, sino que prefiere gastar una suma exacta y no una imprevisible si los sabuesos del Gobierno de EEUU levantan todas las alfombras. De hecho, Bosch no admitió su culpabilidad en el caso Dieselgate de FCA y VW, pagó por evitar un procedimiento judicial largo y más costoso. VW sí admitió la culpa para dejarse de problemas.