Mercedes avanza en la conducción autónoma con un proyecto que recorrerá los cinco continentes
La conducción autónoma es imparable. Cada día vemos cómo los fabricantes avanzan en el desarrollo de sistemas de conducción y potentes redes de sensores y radar. Pero todo el conjunto debe ser capaz de funcionar con perfecto rigor en cualquier país del mundo y Mercedes recorrerá los cinco continentes para perfeccionarla.
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Publicado: 31/10/2017 08:00
Se llama Intelligent World Drive y es el nuevo proyecto de Mercedes para avanzar en el desarrollo de la conducción autónoma, un sistema que ha de funcionar con suma perfección en cualquier país del mundo y cuyo desarrollo tiene tres objetivos:
- Explorar las limitaciones de los sistemas actuales.
- Obtener información sobre el tráfico real.
- Adaptar las funciones de conducción autónoma a los hábitos y condiciones de tráfico de cada país.
Mercedes así lo entiende; las cámaras estéreo, los sensores y los radares deben de captar la mayor información posible y si son capaces de leer las marcas viales o detectar el tiempo que debe mantenerse un vehículo en el carril para realizar un adelantamiento, también deben ser capaces de procesar los caracteres de algunas lenguas como es el caso del idioma chino.
Este proyecto fue presentado en el pasado Salón de Frankfurt y ahora la marca comienza a desarrollarlo en pleno con una flota de unidades de pruebas del Clase S equipadas con un arsenal de tecnología autónoma, enfrentándose a uno de los tráficos más caóticos del mundo, el de la ciudad de Shanghai.
El siguiente paso es distribuir unidades por los cinco continentes durante cinco meses. Las primeras pruebas se han realizado en Alemania con situaciones de tráfico diferentes y complejas con tráfico pesado; ahora es el turno de Shanghai, en noviembre será la hora de Australia y Sudáfrica en diciembre.
Pero de todos estos países, el más complicado es el país asiático donde conducir es muy diferente de hacerlo en Europa o en Estados Unidos; primero, es necesario un permiso de circulación específico para los conductores extranjeros, y además sus señales de tráfico pueden tener significados completamente diferentes.
Si en las ciudades disponemos de pasos de cebra -como mucho los podemos ver en travesías- en China los podemos encontrar en medio de una autopista y no quiere decir que nos encontremos peatones dispuestos a cruzar, sino que marcan la distancia mínima entre los vehículos. Este es un ejemplo de que la información que deben captar los sensores no puede ser estandarizada.
En Australia, la atención se centra en la validación de la cartografía digitalizada, mientras que la detección de peatones en Sudáfrica jugará un papel importante en muchas situaciones inusuales. El proyecto finalizará en la nueva edición del CES que se celebrará en Las Vegas, en enero de 2018 con un recorrido que partirá desde Los Angeles que servirá de evaluación del comportamiento de la conducción en situaciones de tráfico denso.
Los mapas tienen un gran potencial para mejorar la seguridad pero según Mercedes son un "eslabón perdido" para los coches autónomos, ya que actualmente no son técnicamente precisos, y un camino en el que también se trabaja para la conducción autónoma total como una parte más de la información que capten los sensores y las cámaras.
De hecho, la especialista en cartografía HERE -una empresa especializada en mapas para sistemas de navegación y proveedor de Garmin, entre otros- colabora con Daimler, BMW y Audi, recopilando la información sobre la carretera en cada kilómetro que un vehículo recorre, por lo que transmitir y compartir esa información en tiempo real permitiría disponer de una base de datos en alta definición súper precisos y en constante actualización.