El lujo ahoga a Mercedes que 'pide' ayuda a Europa, el desplome de los eléctricos amenaza con una multa histórica
Mercedes trata de hacerse fuerte de cara a la galería pero, en realidad, se encuentra sumida en un grave problema. Las estrategias de la marca de la estrella han empezado a convertirse en un boomerang que amenaza seriamente su futuro. Los eléctricos caen en picado, las previsiones también y la última es el multazo por exceso de emisiones que Europa le impondrá este año.
No corren buenos tiempos en Mercedes por mucho esfuerzo que están poniendo los altos mandos en hacer parecer lo contrario. La marca de la estrella, como otras tantas, ha tardado demasiado tiempo en darse de bruces con la realidad de los coches eléctricos después de haber gastado millones de euros en desarrollos de futuros modelos que, a pesar de la situación, siguen su curso.
Lo cierto es que paralizar el desarrollo de nuevos modelos eléctricos sería una debacle por lo que están obligados a seguir mirando hacia adelante sí o sí. Si los modelos de cero emisiones fueron los primeros en hacer saltar las alarmas en el fabricante alemán, hace poco tiempo que se ha visto obligado a rehacer sus previsiones de ventas y de beneficios para un final de curso que se acerca más rápido de lo deseable.
Mercedes está abocada a una gran multa por emisiones
Mercedes, y otras marcas, desearían retrasar el final del año para tratar de mejorar sus resultados pero eso es imposible, y se va a hacer notar una importante reducción en las cifras de ventas poniendo de relieve que la estrategia de lujo no sólo no funciona, sino que es contraproducente absolutamente. El último capítulo de este movimiento táctico ha sido el de cargarse uno de los negocios más lucrativos en Alemania.
Pero casi se podría decir que a Mercedes le ha mirado un tuerto, porque ahora Ola Källenius ha pedido a Bruselas una relajación de los objetivos de emisiones previstos para este año y que deben superar para no incurrir en una importante multa. El sueco que, durante mucho tiempo ha permanecido callado, ha señalado que «los objetivos de emisiones para 2025 establecidos por los políticos en Bruselas son inalcanzables».
Lo cierto es que estas curiosas declaraciones llegan en dos momentos clave del año, cuando se aproxima el cierre del curso y cuando las ventas de coches eléctricos se han desplomado. Mercedes se encuentra en una tesitura más que complicada, que solamente tiene dos salidas: dejar de producir coches durante estos últimos meses del año o tirar para adelante y asumir la multa que va a llegar.
La estrategia del lujo y de no descuentos lastran a Mercedes
Las cifras de ventas de coches eléctricos en la marca no auguran nada positivo. El primer semestre del año se cerró con 93.300 coches eléctricos vendidos de un total de 959.700 unidades, lo que significa que la cuota de los cero emisiones ha caído por debajo del diez por ciento.
Este no es el único problema pero sí influye muy negativamente en otro más. Las emisiones promedio de CO2 de Mercedes se encontraban a finales de junio en los 108 g/km, cuando deberían de estar entre los 88 y 92 g/km para evitar problemas, por lo que la falta de ventas de coches eléctricos para compensar el tremendo exceso no evitará la sanción.
Si logra igualar el límite máximo de los 95 g/km, o es capaz de rebajarlo, Mercedes mantendrá su caja a salvo. Si lo supera por un sólo gramo, la multa rozará los 60 millones de euros. En el peor de los casos, si no reduce esos 108 gramos por kilómetro, realizará una «donación» que superará los 900 millones de euros. Seguramente, ahora entenderás mejor el trasfondo de estas declaraciones del gran jefe de la marca, que es para estar más que preocupado...
