La apuesta de lujo de Mercedes alumbra las primeras consecuencias, sus ventas se desploman y, lo peor, se niega a atajar la situación
Mercedes siempre ha sido una marca de coches de lujo. Pero la estrategia que está siguiendo la marca de la estrella de llevar esta característica al extremo no le está sentando nada bien a su cuenta de resultados. Las ventas en el primer trimestre han descendido considerablemente, incluso en Asia. La solución es sencilla, pero la marca no cede.
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Publicado: 08/05/2024 19:00
Mercedes siempre ha sido considerada una marca de lujo, pero en los últimos tiempos la firma está llevando su prestigio a unos niveles inalcanzables para una gran mayoría de clientes que se pueden permitir un modelo de la marca de la estrella y para lo que optó por una estrategia que, lógicamente, tiene consecuencias que ya se han hecho notar en este primer trimestre del año: subir los precios, haciendo alarde del dicho popular de «el que quiera un Mercedes, que lo pague».
Para que te hagas una idea, entre el Mercedes GLC anterior y la última generación que se puso a la venta en julio de 2022, los precios han aumentado 10.000 euros. Con semejante nivel, no es extraño que las ventas de la marca alemana hayan descendido considerablemente comparadas con las del mismo período del año pasado. De los casi 504.000 coches que se vendieron de enero a abril de 2023, esta cifra ha caído hasta las 462.000 unidades, lo que supone un ocho por ciento menos.
Mercedes pierde dinero por una política absurda
Por supuesto, esa disminución también se ha reflejado en el beneficio antes de impuestos que se ha reducido nada menos que un 30 por ciento, de 5.500 millones de euros a 3.900 millones. Los modelos que más se han resentido han sido los de verdadero lujo, los que superan la barrera de los 100.000 euros como el Clase S, GLS y los AMG, que son los que mayor margen de beneficio aportan. Estos modelos, muy apreciados en Asia, también han perdido un enorme fuelle.
La marca alemana lo achaca a los cambios de modelo y a la falta de algunos componentes, pero este último factor sólo afecta a los modelos de combustión y no a los eléctricos, cuyas ventas también se han reducido. La realidad es muy diferente, y Mercedes lo sabe, y también cuál es la solución, pero Ola Källenius se niega a aceptar una realidad que empeorará en los próximos meses, por mucho que el sueco estime que las ventas se recuperarán en la segunda mitad del año. Bajar los precios es la única solución para que Mercedes recupere.
El clavo ardiendo al que Mercedes no quiere agarrarse
Esto sería lo último y siempre después de los resultados que se conozcan a finales de año, por lo que estaríamos hablando de que esta «herramienta» se aplicaría en 2025. Källenius confía en que los pedidos del nuevo Mercedes Clase G Eléctrico confirmen su teoría, pero lo cierto es que están esperando a un modelo que se antoja clave en la estrategia y es el nuevo Mercedes CLA EQ.
La berlina deportiva del segmento compacto se estrenará antes de finales de año, y sus 800 kilómetros de autonomía deben ser argumentos de sobra para que los clientes apuesten por los eléctricos. Sin embargo, esto es la pescadilla que se muerde la cola. Si el precio no acompaña, difícilmente el CLA eléctrico será un éxito de ventas, y no acompañará. Los 60.000 euros no se los quitará nadie…