El astronómico precio del glamour, cambiar los frenos del Mercedes SLR McLaren deja boquiabiertos incluso a los más adinerados

Quien se compra un superdeportivo sabe a lo que se expone, o debería saberlo. Si sueñas con hacer una locura el día que te toque la lotería, piénsatelo bien porque tu cuenta corriente se verá seriamente afectada a lo largo del tiempo que lo tengas en el garaje. Los más ricos de este mundo empiezan a saberlo el día que sus exquisitos modelos tienen que pasar por los trabajos de mantenimiento y revisiones en los servicios oficiales.

Fruto de ello hemos conocido lo que cuesta tener a punto algunos de los superdeportivos más imposibles. Por ejemplo, lo que cuesta una revisión del Aston Martin Valkyrie. Se use a menudo u ocasionalmente o a diario, el fabricante obliga a realizar un programa de mantenimiento para que el día que algún afortunado se deshaga de él pueda decir que se encuentra en perfecto estado. Que se lo pregunten al dueño de una de las grandes joyas en la historia reciente de la marca de la estrella.

Los costes añadidos de ser dueño de un superdeportivo

El exclusivo Mercedes SLR McLaren, que cumplió dos décadas el pasado verano, es un ejemplo perfecto de lo que supone presumir ante los vecinos y conocidos. El biplaza, del que se fabricaron menos de 2.200 unidades y que costaba la friolera de 300.000 euros, es un verdadero problema hasta para las cuentas corrientes más saneadas, con presupuestos que llegan a alcanzar la mitad de lo que costaba el modelo entre 2003 y 2009.

Sobre estas líneas puedes ver la mencionada propuesta que un concesionario oficial en Estados Unidos le envió a un cliente con el objetivo de sustituir los frenos -discos y pastillas- ascendiendo la minuta a poco más de 120.000 euros. Si echas un vistazo al desglose, verás lo que cuestan los discos, por supuesto incluyendo los costes del envío desde Alemania, ya que la división de la marca en Estados Unidos no cuenta en sus stocks de repuestos con ellos. Hay que tener en cuenta que el coche dejó de fabricarse hace quince años y que no es nada común, por lo que se entiende que no dispongan de estas piezas.

El Mercedes SLR McLaren es una joya y una mala inversión

Razón más que suficiente para que el propietario de tan magna creación entre alemanes y británicos esté deseando desprenderse de ella. Quizás 120.000 euros sea demasiado para una operación de mantenimiento como son sus frenos que, por cierto, son carbocerámicos, pero o pasas por el aro o te despides de un superdeportivo de semejante talla.