Mercedes ya está probando los primeros coches eléctricos con baterías de estado sólido y 1.000 kilómetros de autonomía
Están llamadas a revolucionar la movilidad eléctrica. Todas las marcas pelean por ser la primera en introducirlas en el mercado, pero sólo unas pocas las han llevado del laboratorio a la carretera. Mercedes es una de ellas.
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Mercedes cometió un pequeño error de cálculo o tuvo un exagerado arrebato de optimismo con respecto a sus coches eléctricos y a su agenda. Los alemanes esperaban convertirse en una marca 100% eléctrica en 2030, pero tras un par de años negativos, no han tenido más remedio que retrasar los planes. En 2030 esperan que el 50% de sus ventas sean 100% eléctricas. La mitad. Sin embargo, por muy negativas que sean las cifras, Mercedes no puede detener el desarrollo de sus futuros coches eléctricos. Los más avanzados de todos ya están sumando kilómetros en la carretera.
Si bien hoy un Mercedes EQE puede completar sin problemas un viaje de 600 kilómetros sin tener que parar a recargar, esta cifra se quedará ridícula con la llegada de las esperadas baterías de estado sólido. La industria tiene en ellas la confianza para transformar la movilidad eléctrica. El empujón que tanto necesitan. Muchas empresas batallan por liderar el cambio, aunque son las marcas chinas las primeras en introducir los nuevos formatos. MG, a través de la marca premium IM, pronto ofrecerá su primer coche con batería de estado sólido.
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Mercedes no pone fecha a la llegada masiva de baterías de estado sólido
Como ya suele ser costumbre, las marcas europeas van uno o dos pasos por detrás. Al igual que los chinos, consideran que las baterías de estado sólido son la próxima evolución en materia eléctrica. Mercedes ha firmado varios acuerdos de colaboración con empresas especializadas como Factorial o ProLogium. A finales del año pasado, Factorial presentó sus primeras celdas de 40 Ah de estado sólido, anunciando que los alemanes serían los primeros en disfrutar de ellas. Hoy sabemos que Mercedes ya tiene en la carretera los primeros coches eléctricos con dichas baterías.
Antes de vender hay que probar. Si bien el futuro corresponde a las baterías de estado sólido, todavía quedan años de pruebas, aciertos y errores. La precipitación puede ser mala consejera a la hora de lanzar una nueva tecnología. Esta debe aportar confianza y, lo que es más importante, demostrar que realmente aporta lo que se esperaba. En sus primeras estimaciones, Mercedes espera ofrecer coches eléctricos con casi 1.000 kilómetros de autonomía. La mejora del hasta el 80% en el alcance no es la única buena cualidad que presenta esta solución energética, aunque no siempre ha confiado en ellas.
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Las baterías de estado sólido prometen ser más seguras que las actuales pilas de iones de litio, más resistentes y con un sistema de carga mucho más rápido. Pueden recuperar el 80% de la carga en menos de 10 minutos, como si un coche de combustión se tratase. Es imposible saber qué unidades de pruebas de Mercedes equipan las nuevas baterías, pero sí sabemos que todavía quedan unos cuantos años de espera para su llegada masiva. El precio será el principal inconveniente en los primeros pasos. Hasta alcanzar una masa crítica serán verdaderamente caras y excepcionales, pero por algo se empieza.
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