El éxito de los baratos MG tiene una cara oculta, ¿merece la pena comprar uno?
Se ha convertido en un fenómeno de masas, logrando plantar cara a la todopoderosa Volkswagen en el plano de los coches eléctricos, y a la rumana de Dacia en los modelos de combustión. Pero detrás de MG hay una enorme maquinaria de marketing que tapa un reguero de fallos y desastres en todo el continente europeo.
En poco más menos de seis años, MG ha logrado establecerse como una de las principales marcas con las mayores cifras de ventas en Europa, y no será extraño que supere la barrera de las 200.000 unidades o las 250.000. Hasta el pasado mes de julio, incluido, ya había rebasado los 150.000 ejemplares vendidos.
Unos resultados espectaculares pero que tienen una importante maquinaria de marketing por detrás, pues acumula cientos de miles de clientes insatisfechos. No cabe duda alguna de que el diseño es lo primero que entra por los ojos, y es una de las bazas que esta marca china ha sabido explotar a la perfección, como también sus precios.
MG no quiere que se le asocie con SAIC ni con China
El precio es el verdadero caballo de batalla de MG, y así lo manifestaba el responsable de la marca en España hace poco más de un año cuando en unas declaraciones apuntaba que «los precios sean considerablemente bajos depende de dónde se pongan los beneficios, si en el accionista o en los clientes. Donde nosotros hemos optado, y aún así ganamos dinero».
La lista de fallos es más que considerable para una marca que nunca le gustó que se dijera de ella su procedencia. La fama de calidad que tienen los productos chinos es más que sabida, por lo que los directivos se esforzaron en que se tratase de asociar a MG con la antigua nacionalidad británica y evitar en la medida de lo posible destacar su ascendencia asiática.
Si se avergonzaban o no es algo que no sabremos, pero sí que no corregían a todo aquel que apuntase su procedencia asiática. Cosa que no han escondido nunca BYD o Chery, orgullosos de su patria. MG puede presumir de volumen de ventas pero no de calidad o mejor servicio postventa. En estos seis años, los clientes han conseguido experimentar qué hay tras unos coches fabricados en China.
Los motores chinos de los MG no tienen respaldo europeo
Los propietarios de modelos como el MG ZS han manifestado importantes problemas relacionados con la junta de culata de sus motores, que no son capaces de soportar las elevadas temperaturas de los bloques, como también las fugas de aceite por las cuatro esquinas del motor. Escapes que se producen a través de juntas, mangueras de presión, los filtros o los tapones de drenaje y, una vez más, por el calor.
Las transmisiones tampoco se libran de los fallos, ya sea manual o automática. Ésta última es lenta, especialmente a la hora de subir marchas y cuesta repararla entre poco más de 1.200 euros y casi 4.000 euros. En un modelo que cuesta 18.000 euros, es un gasto más que importante. Reza porque no tiemble, porque este es el síntoma de que está fallando.
Pero la caja de cambios manual no se queda atrás. Que se salgan las marchas cuando se pisa el embrague y se procede a reducir es algo más que normal para muchos clientes, a los que se les queda el coche en punto muerto, al mismo tiempo que la suavidad en las transiciones brillan por su ausencia.
Red eléctrica, corrosión prematura, calidad de materiales, así es MG
El ZS es un epicentro de los males de MG. El tratamiento para evitar la corrosión de la carrocería debió ser algo que se saltaron durante la producción, porque en un considerable número de ejemplares se detectaron síntomas de oxidación prematura, obligando a aplicar revestimientos en las zonas afectadas. La luz de advertencia del ABS es otro problema, y no por la unidad de control, sino porque culpa de relés o fusibles que se queman.
Alguno se sorprenderá de que este tipo de problemas, especialmente los mecánicos, no los ha sufrido. Y no es menos ciento porque, al igual que los «grillos» en los materiales plásticos del interior, estos no aparecen nada más comprar el coche. El grueso de los problemas empiezan a aparecer cuando los coches acumulan entre tres y cinco años. Una situación que se agrava cuando algunas unidades permanecen meses paradas y desmontadas en los talleres.
«Si es que nos vienen clientes desahuciados de marcas como Hyundai, KIA, Peugeot, Renault, Seat, Toyota, Skoda…que nos dicen que solo pueden comprar nuestros coches o uno de ocasión, y este es nuestro principal competidor»
Desafortunadas declaraciones cuando los clientes se encuentran meses sin vehículo, y sin uno de sustitución, porque las piezas vienen desde China. Sí, MG ha anunciado la puesta en marcha de un centro de recambios en España, pero las piezas no llegan desde el continente europeo, sino desde China, con lo que los retrasos seguirán produciéndose.
Italia y Francia cuentan, desde hace tiempo, con sus respectivos centros, lo que puede aliviar la carga puntualmente, si dispone de existencias.Marketing para vender más coches que las marcas europeas, pero con una gama que no está hecha para durar y de lo que ni presumen ni pueden hacerlo.