Los conductores europeos detallan los motivos por los que las ventas de eléctricos se están frenando
Sí, Europa se ha fijado un horizonte libre de emisiones en cuanto al tráfico por carretera, pero los pronósticos no se están cumpliendo. Los conductores todavía recelan de dar el salto por razones más que evidentes.
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Publicado: 16/11/2023 07:00
El pasado mes de febrero el Parlamento Europeo aprobó de forma definitiva la entrada en vigor de la normativa de movilidad para el año 2035. A partir de esa fecha quedará prohibido, salvo excepciones, la venta de vehículos de combustión, incluyendo furgonetas. Puede parecer que estamos lejos de esa fecha, pero está mucho más cerca de lo que podemos imaginar. La transición ya ha comenzado y si seguimos al mismo ritmo, no parece que se vayan a cumplir las expectativas. Las ventas de coches eléctricos han perdido ritmo.
Diversos estudios han demostrado repetidas veces que muchos conductores europeos están decididos a cambiar su coche diésel o gasolina por uno eléctrico, pero a la hora de la verdad ese salto de fe no se produce. Después de años de crecimiento acelerado en las ventas de vehículos eléctricos, los últimos meses demuestran una tendencia no tan positiva. Sí, se sigue ampliando la cuota de mercado, pero el ritmo se está frenando porque los conductores no ven el momento perfecto para comprar su primer eléctrico.
No nos vamos a engañar. Comprarse un coche eléctrico en según que países de la Unión Europea es jugársela. Si bien hay territorios muy avanzados como Noruega, Holanda o Alemania, países como España o Italia se sitúan en los puestos de cola no sólo en penetración de mercado, también en otros factores fundamentales de la movilidad eléctrica como es la infraestructura o las ayudas a la compra. El Plan MOVES lleva años fomentando las ventas, pero su lentitud y burocracia desmotivan a muchos clientes. En ocasiones se tributa por una ayuda que todavía no se ha recibido.
En este 2023 las ventas de coches eléctricos, en toda Europa, han aumentado un 47% con respecto al año pasado, superando el volumen de ventas de vehículos diésel. Son cifras positivas, pero algunos fabricantes ya han lanzado la voz de alarma ante la falta de reservas y pedidos, Tesla, Mercedes e incluso Volkswagen han reconocido que la curva de progreso ya no es tan vertical. Los estudios y las encuestas reconocen que tras esta lenta adopción hay motivos más allá de la incertidumbre económica. Los conductores no están convencidos de que los coches eléctricos satisfagan sus necesidades.
Muchos consideran que la tecnología todavía no está madura y que en unos años, en pocos, llegarán coches mejores, con más autonomía y un precio más competitivo. La devaluación es un factor que importa mucho a los conductores. Un coche recién salido de fábrica puede perder valor rápidamente ante la aparición de modelos más completos y competitivos. Por no decir que los coches eléctricos son más caros que sus correspondientes versiones de combustión. En unos años las marcas ofrecerán una nueva generación de productos y puede que, entonces sí, los conductores miren al mercado con otros ojos.
Actualmente hay muchos modelos en fase de desarrollo que aterrizarán a partir de 2025 y ofrecerán una nueva experiencia de uso. Nos referimos a los modelos Neue Klasse de BMW o a la completa gama de vehículos baratos que prepara el Grupo Volkswagen con el ID.2 a la cabeza. Los próximos años se presentan tan vitales como apasionantes. Pero hasta entonces la verdad, la dura verdad, es que la longevidad del parque, al menos el español, sigue creciendo. Actualmente nos situamos por encima de los 14 años de media, lo que no resulta beneficioso ni para el mercado ni para el medioambiente ni para el cliente.
Fuente: Automotive News Europe