Motores atmosféricos vs turboalimentados, la batalla por el mejor sonido

Mostramos las características, ventajas e inconvenientes entre dos tipos de motores gasolina, uno alimentado de manera natural y otro sobrealimentado mediante uno o varios turbocompresores. La diferencia entre prestaciones y consumos queda patente entre las diferentes mecánicas, pero ¿Qué prefieres, el sonido de la vieja escuela o de motores modernos?

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Publicado: 07/05/2014 17:00


En los últimos años, con la llegada de las estrictas normativas anticontaminación, muchas han sido las compañías que han sustituido los viejos motores atmosféricos por otros, con tecnología moderna, sobrealimentados, marcando estos últimos tendencia tanto en vehículos de carácter deportivo, como utilitarios y berlinas de representación, además de ofrecer una serie de ventajas que los primeros, difícilmente podrán alcanzar.

En la actualidad, al igual que en el pasado, hay defensores para toda clase de gustos y más aún cuando hablamos de mecánicas tan diferentes como las que protagonizan este artículo. Hay personas que el empuje o la patada del turbo les enamora. En cambio, hay otras que prefieren estirar cada marcha hasta las 8.000 rpm mientras escuchan el rugir de un motor atmosférico en el interior de su habitáculo.

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Cada tipo de motor tiene sus ventajas e inconvenientes, por ello, primero definiremos la sobrealimentación mediante turbos. Un turbocompresor es un elemento mecánico cuya función consiste en aprovechar la energía que generan los gases de escape al salir de la cámara de combustión para hacer girar una turbina que a su vez hace mover otra que comprime e introduce aire nuevo en los cilindros. Por ello, la eficiencia de cada gota de carburante será mayor que un motor sin dicho elemento, siendo esta la mayor ventaja en su utilización.

Mayor cantidad de gases dentro del cilindro implica un mejor rendimiento de la mecánica, por lo que a efectos prácticos, un motor sobrealimentado, a igualdad de tamaño respecto a uno atmosférico, será más potente además de ser más fácil de preparar y necesitará menor cantidad de combustible para funcionar. De hecho, ese ha sido uno de los principales motivos por los que la Fórmula 1, en la Temporada 2014, ha dado paso a motores V6 Turbo frente a los antiguos V8 atmosféricos.

Entonces, si decimos que los motores turbo son más potentes y menos tragones debería ser perfecto e ideal para toda clase de vehículos. Si pero no. Los propulsores atmosféricos aún guardan un as bajo la manga que les permitirán vivir algunos años más, siendo la pureza de los mismos su mayor baza. Los bloques aspirados de manera natural tienen dos ventajas destacables frente a los sobrealimentados, una es su sonido y otra la suavidad de funcionamiento acompañada por el régimen de revoluciones que son capaces de alcanzar algunos de ellos.

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Los motores turboalimentados, al hacer circular el aire expulsado de la cámara de combustión por una turbina disminuyen notablemente el sonido de los mismos, siendo necesario, en los últimos años, recurrir a escapes deportivos o sistemas de audio que imiten un sonido más potente para hacernos pensar que estamos ante un motor de verdad, un motor que haga girar cabezas allá por donde vaya, un motor apto para hacer un estruendo similar al que producen los vehículos de competición. Sin embargo, en un propulsor atmosférico, los gases de escape fluyen libremente por el tubo de escape sin más trampas que el catalizador y silenciador provocando un sonido que a todo amante del automóvil le gusta, ya sea en un motor de 1.0 Litro o en uno de 6,5.

La segunda y última ventaja que mencionábamos de los atmosféricos es la suavidad de funcionamiento. Dicen que los turbo son más divertidos para conducir, debido a que hay un espacio de tiempo, o mejor dicho de revoluciones, en los que por muy fuerte que pisemos el acelerador no encontraremos potencia alguna hasta el momento, en el que sin esperarlo, llega. Esto último es lo que se conoce como turbo-lag. Un motor atmosférico no tiene este retraso en la entrega de fuerza, siendo la curva de par mucho más lineal y suave, aunque como siempre, todo depende de las características del motor, ya que existen diferentes tipos, motores con muchos bajos y que según van subiendo las revoluciones se desinflan, otros que ni una cosa ni la otra y luego están los que se consideran deportivos, destacando estos últimos por una entrega de par y potencia en la parte alta del tacómetro.

A continuación os dejo unos vídeos donde se aprecia la diferencia de sonido y régimen máximo de cada motor.

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