Los motores turbo del DTM pueden esperar

Durante las últimas temporadas, los fabricantes del DTM y el ITR han trabajado para adaptar y aprobar una normativa común con el Súper GT japonés. Un paso que de momento ha sido más teórico que práctico, al menos en lo que al Campeonato Alemán de Turismos se refiere. Bien es cierto que el Súper GT está utilizando el mismo reglamento técnico que el DTM (2012), pero el gran paso estaba previsto para 2017, cuando DTM y Súper GT tendrán las mismas especificaciones. Ambas categorías pasarán a usar un motor turbo de cuatro cilindros de dos litros, con 608 CV de potencia máxima.

Un propulsor muy diferente al que actualiza ahora la serie alemana. Los Audi RS 5, Mercedes-AMG C 63 Coupé y BMW M4 montan motores V8 de 4.0 litros, propulsores atmosféricos que ofrecen una potencia aproximada de 480 CV. Un salto notable como se puede apreciar que no llega en el mejor momento. La introducción de los nuevos motores turbo supone un coste muy elevado en cuanto a desarrollo de cara a 2017. El plazo es corto, la fiabilidad y rendimiento de los actuales propulsores es más que notable y la marcas no atraviesan sus mejores momentos a nivel económico.

Con la premisa de regresar a los motores turbo, los fabricantes del DTM podrían pactar un aplazamiento de la introducción de estos propulsores. De hecho, Audi, BMW y Mercedes están discutiendo acerca de sí la llegada de los motores turbo se debe aplazar a 2019. En esta línea, Dieter Gass, Jefe de Audi en el DTM, explica: "La decisión se debe tomar muy pronto. Vamos a seguir trabajando en el motor de cuatro cilindros turbo. No debemos continuar con el V8 eternamente, pero siempre hemos sido muy cautelosos sobre el gasto que tenemos en el campeonato".

Fuente: Autosport