Nadie quiere los 11.000 millones que tiene España para fabricar chips
La Ley del Chip europea se combina en España con un PERTE de 11.000 millones que tiene como objetivo atraer fabricantes de chips a nuestro país. Sin embargo, estos prefieren alcanzar acuerdos con otros países del Viejo Continente.
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Publicado: 08/08/2022 11:00
La crisis de los microchips hizo ver a Europa que la excesiva dependencia de Asia en este sector ponía en serio peligro la competitividad, incluso supervivencia, de su sector tecnológico y otros asociados como el automotriz.
Con el objetivo de cambiar eso, o al menos minimizarlo, se lanzó la Chips Act, la llamada Ley del Chip que incluía 43.000 millones de euros con los que impulsar a Europa en este sector. No en vano, actualmente Europa no llega ni al 10% de producción en un mercado en el que China se queda con el 80%. ¿El objetivo? Conseguir al menos el 20% en 2030.
España cuenta con más de 100 empresas destinadas al I+D de microchips, pero carece de infraestructura de fabricación y el ensamblado
Dos meses después, España anunció la creación de un PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) destinado al fortalecimiento de nuestro país en el sector de los chips y semiconductores.
«Los semiconductores son un elemento básico de todos los sectores», afirmó en ese momento Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y que afirmó que España no iba a «perder la carrera ante la tecnología más avanzada».
El plan no funciona
Como si de El Plan de Fernando Alonso en Alpine se tratara, el que ideó el Gobierno para fortalecer su presencia en el competitivo sector del chip, de momento, no funciona.
Independientemente de que una inversión de 11.000 millones en un sector como este es a todas luces insuficiente (sólo TSMC, el mayor fabricante -taiwanés- va a invertir 100.000 millones hasta 2024), el problema es que ningún fabricante confía en España.
Nuestro país cuenta con más de 100 empresas destinadas al I+D (investigación y desarrollo) de microchips, pero en lo que respecta a la fabricación y el ensamblado de los mismos, la situación es bien distinta porque las plantas necesarias para ello son caras y sofisticadas.
A consecuencia de eso, TSMC ha rechazado la propuesta de España de establecerse en nuestro país, eligiendo muy probablemente Alemania en su lugar, país que ya cuenta con infraestructura sólida en la región de Sajonia.
Intel también ha elegido Alemania para invertir 17.000 millones de euros en Magdeburg. Por su parte, Global Foundries y STMicroelectronics han anunciado ya una inversión de 5700 millones de euros en Francia.
Teniendo en cuenta que España cuenta con el segundo sector automovilístico más grande de Europa, acaparando el 10% del producto interior bruto (PIB), no son buenas noticias para una industria que ya de por sí está sufriendo mucho en los últimos años. Habrá que ver qué soluciones plantea el Gobierno en las próximas semanas.
Fuente: Automotive News EuropeFotos: Depositphotos.com