Nissan Live Málaga: Prueba dinámica del motor 1.6 dCi

Queda claro que la política de downsizing de motores para uso diario es imparable, y de hecho viene siendo aplicada sistemáticamente durante los últimos años por las mejores marcas generalistas. Como ya os adelantábamos en nuestro primer artículo sobre el evento Nissan Live, una de las importantes novedades de la marca japonesa para esta nueva temporada es la incorporación a la gama Qashqai del nuevo motor 1.6 dCi Pure Drive, que viene a sustituir al anterior 2.0 dCi excepto en versiones con caja de cambios automática. El nuevo propulsor turbodiésel de inyección directa, fabricado conjuntamente con Renault, pretende mantener el nivel de prestaciones del motor sustituido, y al mismo tiempo reducir el consumo y las emisiones contaminantes.

Aunque la potencia máxima de 130 cv queda claramente por debajo de los 150 cv del anterior 2.0, en la práctica esta diferencia resulta casi imperceptible. Pese a la reducción de cilindrada, se ha conseguido obtener un par motor de 320 Nm, que acompañado de la rebaja de peso del motor sitúa las prestaciones del Qashqai en valores muy parecidos a los obtenidos con el antiguo dos litros. Como valores añadidos, el consumo ha mejorado en un 24% (combinado oficial de 4,5 l/100km) y las emisiones de CO2 caen a sólo 129 g/km. Además, cuando el sistema Stop/Start de Nissan esté disponible a primeros de 2012 (el devastador terremoto de Japón afectó a la fábrica de componentes, retrasando la incorporación de este sistema), las emisiones alcanzarán un mínimo de 119 g/km. Los 130 caballos de potencia máxima del nuevo 1.6 dCi se obtienen a las 4.000 revoluciones por minuto, pero quizás la cifra más interesante sea la del par motor: el máximo de 320 Nm se consigue a sólo 1.750 rpm, y circulando a 1.500 rpm ya obtendremos el 80% de aquella cifra. Estos valores, que en la práctica comportan una velocidad máxima de 190 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,3 segundos, hacen del nuevo 1.6 dCi un motor muy recomendable para uso general.

Pero las cifras oficiales no lo son todo: nada como una toma de contacto en persona para sacar nuestras propias conclusiones. Y debemos decir que nuestra impresión ha sido muy positiva. Sobre todo para quienes ya conocíamos las características del 1.5 dCi y el 2.0 dCi montados en diferentes modelos de la marca, la incorporación al Qashqai del nuevo motor generaba al mismo tiempo dudas y buenas expectativas. Por fortuna, nuestras sensaciones fueron de la mano de estas últimas. Nuestra primera ruta, a los mandos de un Qashqai+2, nos permitió disipar cualquier incertidumbre. Pese al volumen y peso de este modelo, sorprende cómo un motor relativamente pequeño puede moverlo con tanta soltura -gracias también en parte al buen ajuste de la caja de cambios de 6 velocidades-. La potencia máxima es más que suficiente para uso normal, mientras que el par motor aparece muy abajo -según lo prometido-, y aún por debajo de las 2.000 revoluciones resulta bastante respetable. Las recuperaciones son buenas, a la altura del anterior 2.0 dCi y claramente mejores que las del 1.5 dCi. Esta virtud queda unida a una capacidad de aceleración que, sin ser brillante, resulta bastante satisfactoria.

En nuestro segundo recorrido, al volante del Qashqai de cinco plazas, se hizo evidente desde el principio que la diferencia de peso de la carrocería jugaba muy a favor de este pequeño gran motor. La sensación de agilidad, lógicamente superior a la del Qashqai+2, nos permitió sacar mayor jugo a los muy aprovechables 130 cv de este dCi. Aprovechamos esta segunda ruta por la costa malagueña para centrarnos en otros dos aspectos: la baja sonoridad del motor (sobre todo, en comparación con el 1.5 dCi de 110 cv y su característica melodía al dar gas) y el funcionamiento del sistema Stop/Start. La ausencia casi total de vibraciones al efectuar la parada automática proporciona tanto confort como la suavidad de su arranque cuando pisamos el embrague. Sólo podemos calificar su funcionamiento como intachable.

Haciendo resumen de nuestras impresiones sobre el nuevo 1.6 dCi, debemos reconocer que lo que podría haber parecido un paso atrás en prestaciones queda, como hemos comprobado, en una sorpresa muy agradable. La conducción del Qashqai con este motor de cilindrada reducida pero bien aprovechada es ágil y cómoda. En parte por el buen par que ofrece a bajas revoluciones, lo que nos ahorrará muchos cambios de marcha; también por la reducción de peso que conlleva y porque la potencia de 130 cv resulta adecuada para la mayoría de situaciones. Y todo ello mientras se reducen los consumos y las emisiones contaminantes.

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