Nissan podría deshacerse de las plantas europeas de Barcelona o Sunderland
Se avecinan tiempos difíciles para Nissan. La marca Infiniti se retira de Europa, y la apuesta por revivir Datsun no está dando los resultados europeos. De cara a la próxima década puede que le sobre una fábrica en Europa, que podría venderse.
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Publicado: 26/10/2019 22:30
La prensa económica revela que Nissan está negociando a puerta cerrada el cierre y venta de una de sus plantas europeas, o de ambas, en función de cómo evolucione el mercado en los próximos meses. Nissan está cayendo en ventas y los beneficios del primer semestre del año son prácticamente cero.
Nissan ya anunció una reducción de 12.500 puestos de trabajo para adecuar su fuerza laboral a la realidad del mercado. Lo cierto es que desde que Carlos Ghosn fue defenestrado por presunta corrupción Nissan no está levantando cabeza, ni en ventas ni en resultados económicos.
Por otro lado, Nissan se encuentra en la misma diatriba que el resto de fabricantes en Europa, cumplir con los objetivos de reducción de CO2 que ha impuesto Bruselas. Ya se fabrica en Europa el Nissan Leaf, así como la versión eléctrica de la NV200 (e-NV200), pero lo cierto es que no son grandes volúmenes.
En Sunderland (Reino Unido) Nissan produce Juke, Qashqai y Leaf. La producción de los crossover se podría trasladar a Japón, ya que las barreras comerciales entre la Unión Europea y el país natal de la empresa se han relajado mucho en los últimos años. Así se hace con el X-Trail, que no fue adjudicado a Sunderland.
En Barcelona la producción es muy baja, solo producen las furgonetas eléctricas e-NV200, ya que se descatalogó la versión diésel, y el trío de pick-up de la alianza con Daimler: Renault Alaskan, Mercedes-Benz Clase X y, lógicamente, Nissan Navara. Ahora mismo la fábrica que peor lo tiene es la de Barcelona, que funciona muy por debajo de su capacidad.
Por contra, Sunderland produjo el año pasado 450.000 coches, de los cuales el 70% se exportó al continente. Si finalmente se produce el "Brexit", la falta de acuerdo comercial con la UE en los mismos términos -libertad de circulación de capitales, personas y mercancías- hará inviable la planta británica. Grupos chinos podrían estar muy interesados en tirar de talonario y poner un pie aquí.
En el caso de que eso ocurra, Barcelona podría recibir el encargo de los crossover, lo cual salvaría la planta. El plan industrial aprobado hace años no salió bien, que ambicionaba producir un compacto (Pulsar), la furgoneta compacta (NV200) y el pick-up de una tonelada (Navara).
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Renault Valladolid tuvo mucha más suerte con la adjudicación del Captur. Ese modelo salvó la fábrica de una decisión de cierre que ya se había tomado en París, pero se ha vendido como las rosquillas: millón y medio en 6 años, y a un ritmo muy estable desde 2013. ¿Y Barcelona, qué?
El futuro a largo plazo de esa planta pasa por adoptar la cadena de montaje para vehículos eléctricos por completo, menos intensiva en maquinaria y mano de obra, pero eso está ligado directamente a lo que pase con Sunderland, que ahora mismo es la "niña bonita" de Nissan en el continente.
También hay que acordarse de la planta de Renault en Flins (Francia), que está produciendo el subcompacto Micra. Los objetivos comerciales de este modelo no se están cumpliendo, unas 50.000 unidades al año, cuando estaban previstas más de 80.000. Está en peligro la supervivencia del propio modelo, Flins ya se apañará con otro encargo.
Nissan está arriando velas y optando por una estrategia menos ambiciosa que la de Ghosn, que se basaba en el crecimiento y una expansión de modelos y marcas. Mientras el antiguo dirigente está pendiente de defenderse ante las acusaciones de Nissan, los dirigentes actuales no están dando pie con bola.
Sería una enorme ironía del destino que Ghosn acabase saliendo limpio de esta tormenta de barro, o que todo se solucione pagando un multazo, y tenga que volver a salvar a Nissan. Ya lo hizo hace 20 años, cuando el fabricante japonés estaba a punto de entrar en quiebra.
Fuente: Bloomberg