No habrá más camiones diésel (ni de gas) desde 2040 en Europa
Los principales fabricantes de camiones en Europa se han puesto de acuerdo para acelerar la transición hacia el transporte pesado sin emisiones de carbono. Una década antes de lo planeado, en 2040, esperan ya no vender camiones diésel ni de gas.
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Publicado: 14/12/2020 21:40
El sector del transporte por carretera sigue siendo vital para el funcionamiento esencial de la sociedad y la economía. Este año le hemos dado más importancia si cabe, evitando que nos faltase todo lo necesario en todo tipo de comercios durante los confinamientos. Los camiones son fundamentales para el transporte.
Se trata de un sector muy difícil de electrificar, sobre todo cuando hablamos de distancias medias y largas, donde las baterías no son una solución viable. Por otro lado está el hidrógeno en pila de combustible, una tecnología que fundamentalmente Hyundai tiene en un estado de la técnica cercano a la producción en serie.
El Financial Times ha adelantado el compromiso que han firmado varios fabricantes de camiones europeos: Daimler, DAF, IVECO, Ford, MAN, Scania y Volvo. Todos ellos se comprometen a eliminar de sus catálogos las motorizaciones convencionales en menos de 20 años, con un adelanto de 10 años sobre lo previsto.
Esto significa que la apuesta a largo plazo en el mundo del camión pasa por los camiones eléctricos, a pila de combustible de hidrógeno o que sean compatibles con biocombustibles o equivalentes sintéticos. Estos últimos pueden aprovecharse también en pilas de combustible o en motores de combustión interna, pero con menor rendimiento.
En los últimos meses hemos visto algunos movimientos para avanzar en estas cuestiones. Por ejemplo, Daimler y Volvo van a colaborar en la electrificación del mundo de los camiones. Hyundai ha comenzado en Suiza una prueba piloto de camiones de hidrógeno XCIENT Fuel Cell. Además, Traton (comprende MAN, Scania, Volkswagen Caminhões e Ônibus y más tarde Navistar) va a colaborar con Hino Motors Ltd. (Toyota) en materia de electrificación.
Los citados fabricantes calculan que habrá que invertir en estas nuevas tecnologías unas sumas que quitan el hipo, de 50.000 a 100.000 millones de euros, según el director ejecutivo de Scania, Henrik Henriksson. Desengancharse del gasóleo no va a ser nada sencillo.
Ahora mismo los camiones alimentados a gasóleo conforman una mayoría aplastante, más del 98% en el continente europeo en 2019. Las motorizaciones de gas, fundamentalmente GNL, siguen teniendo un papel muy discreto en la diversificación, y a los ecologistas esta solución no les convence en absoluto.
También se están pensando en alternativas a que los camiones eléctricos carguen con cantidades masivas de baterías que reduzcan su capacidad de carga. Sin ir más lejos, Scania ha probado un prototipo de camión híbrido que se alimenta de una catenaria con un pantógrafo, exactamente como un tren eléctrico, durante un tramo de carretera delimitado.
Sea como fuere, salvando el uso de biocombustibles o combustibles sintéticos, los camiones acabarán movidos por motores eléctricos. Esto permitirá simplificar su diseño, ya que las cajas de cambio dejarán de ser necesarias, y facilitarán la conducción a los profesionales. Y, obviamente, reducirán las emisiones de forma monstruosa.
Tengamos en cuenta que un camión de larga distancia muy eficiente no baja de los 20 l/100 km, más bien está en el entorno de los 30 l/100 km, y eso tiene un valor asociado de CO2 elevado, aunque razonable si tenemos en cuenta la carga transportada. Con motores eléctricos se podría reducir drásticamente ese consumo y esas emisiones.
Los fabricantes europeos creen que tiene que invertirse en serio en redes de recarga de alta potencia y que se vayan finalizando los subsidios a ciertos combustibles. De esta forma, los fabricantes esperan que poco a poco sus clientes vayan cambiando el chip, y no solo ellos, también los clientes de sus clientes.
Desde luego en el campo del reparto de proximidad los camiones eléctricos son mucho más viables y el estado de la técnica está mucho más avanzado. Para media y larga distancia las baterías tendrían que dar un salto cuántico en densidad energética o que, al igual que el sistema de pantógrafos, pudieran captar energía sobre la marcha.
Fuente: Financial Times