Nuevos radares de Stop y de línea continua, ¿cómo funcionan?

La Dirección General de Tráfico quiere atajar dos de las infracciones más comunes entre los conductores españoles y que, lo creas o no, provocan muchísimos accidentes con víctimas implicadas. Y para ello, recurre a la tecnología y a nuevos tipos de radares y cámaras.

Por un lado, nos referimos a las señales de Stop, que obligan a los conductores a detener el vehículo por completo antes de continuar la marcha con seguridad. Y por el otro, las líneas continuas en las incorporaciones.

La DGT ha confirmado en el último número de su revista digital que ya está probando los nuevos radares y cámaras para atajar estos dos problemas. Pronto se extenderán a los puntos más conflictivos de las carreteras españolas.

Las intersecciones y cruces son puntos de la carretera con un mayor riesgo de colisión. Según cifras de la DGT, los accidentes en los cruces superan en 23 puntos a los ocurridos en las rectas y en 31 puntos con respecto a los ocurridos en curvas.

Esta tipología de radares se suman a los ya habituales que controlan los excesos de velocidad (fijos, móviles, helicóptero Pegasus, de tramo y drones), así como otras cámaras especiales capaces de detectar si un conductor se salta un semáforo o en rojo o si conduce sin el cinturón de seguridad.

Nuevos radares de Stop: atentos a las multas

Los nuevos radares de Stop tienen el objetivo de atajar una de las infracciones más habituales, por detrás de los excesos de velocidad, no mantener la distancia de seguridad con el coche de delante, no respetar las normas de prioridad o la invasión del sentido contrario.

A través de una cámara de vídeo que graba de forma permanente, estos nuevos radares de Stop están calibradas de forma que pueden detectar si un vehículo se detiene completamente o no. En caso de que no lo cumpla, se enviará el vídeo al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas para proceder con la multa.

La sanción por no respetar una señal de Stop en España es de 200 euros y la pérdida de 4 puntos en el carné de conducir.

Según las estadísticas de la DGT, 1.093 conductores implicados en accidentes con fallecidos no habían respetado la señal de Stop en el pasado 2021, año con las últimas cifras completas publicadas.

La propia DGT nos recuerda cómo debemos actuar ante una señal de Stop: «debemos detenernos siempre antes de la siguiente línea de detención o de la próxima intersección. Aunque le parezca que no vienen vehículos por la vía que goza de prioridad, debe detener el vehículo, mirar y retomar la marcha, si es posible».

«Debe parar el vehículo inmediatamente antes de la línea de detención; y si no existe esta línea, inmediatamente antes de la intersección, no de la señal. En el caso de que desde este punto no hubiera visibilidad suficiente, por las circunstancias que fuera, debe adelantar un poco el coche para detenerse nuevamente en un punto con visibilidad, teniendo cuidado de no poner en peligro a ningún otro vehículo».

Nuevos radares de línea continua: sistema de doble cámara

Cruzar la línea continua en las zonas de incorporación a una carretera supone también un riesgo importante. En este caso, un sistema de dos cámaras se está utilizando para captar y multar a los conductores que no las respeten.

Una primera cámara lee las matrículas de los vehículos que circulan por un carril de incorporación. Más adelante, una segunda cámara graba a los vehículos que circulan por la vía a la que va a incorporarse. El sistema es el encargado de comparar las matrículas y de ver si un vehículo se sitúa en la vía principal antes de haber terminado la línea continua.

En este caso, la sanción en España por no respetar una línea continua es de 200 euros, pero sin pérdida de puntos en el carné de conducir. Según la DGT, en 2021 se produjeron 217 muertes por choques laterales, de un total de 8.163 accidentes, ocasionados por no respetar la línea continua.

Jorge Ordás, subdirector de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT, recuerda que «no respetar la línea continua o un stop son acciones que suponen un elevado riesgo y con efectos potencialmente peligrosos. La inteligencia aplicada a los dispositivos de captación nos permite a día de hoy controlar esos comportamientos con la finalidad de corregirlos».

Fuente: DGTFotos: Freepik / DGT