La OCU busca problemas recurrentes de calidad para iniciar reclamaciones

Las autoridades europeas exigen a los fabricantes que, en el caso de encontrar cualquier defecto que comprometa la seguridad activa o pasiva, se efectuen llamadas a revisión. Los clientes afectados son contactados vía DGT, y todos los cambios necesarios se realizan en talleres oficiales y sin ningún coste.

Cualquier otro tipo de defecto, como los de calidad, los fabricantes pueden solucionarlos, o dejar pasar el tiempo. Hay varios modelos en el mercado que sufren de problemas muy habituales, como roturas de cadena de distribución, rodamientos que ceden antes de tiempo, embragues que duran muy poco, etc.

Estas averías suelen tener un coste muy elevado para el cliente. Si el fabricante ha admitido el defecto o está vigente la garantía, la solución al problema puede ser gratuita. En caso contrario, el coste de la reparación puede ser asumido íntegramente por el cliente, aunque el origen del problema esté en un error de diseño o una partida de componentes defectuosos.

La OCU está encuestando a los afectados de averías cuantiosas para determinar si son problemas conocidos

Si aparecen los afectados suficientes para iniciar una reclamación conjunta, la OCU se pondrá en contacto con ellos. En países como EEUU se han conseguido grandes logros en mejoras de calidad por la presión de consumidores que han hecho piña, mediante demandas colectivas (class action suits).

Por ley, todos los fabricantes tienen que dar dos años de garantía, aunque las revisiones se hagan en talleres no oficiales. Cualquier extensión a partir de ese plazo es voluntario y sujeto a las condiciones que impone el fabricante.

Fuente: OCU