Las múltiples opciones de carga a la que se enfrentan millones de conductores de coches eléctricos en todo el mundo

La recarga es hoy por hoy el talón de Aquiles de la movilidad eléctrica. Millones de conductores se enfrentan cada día a diferentes problemas. Hay opciones para aquellos que no puedan instalar una toma casera.

Las múltiples opciones de carga a la que se enfrentan millones de conductores de coches eléctricos en todo el mundo
Millones de usuarios en todo el mundo no pueden instalar un punto de carga en el domicilio.

8 min. lectura

Publicado: 22/02/2024 07:00

El coche eléctrico es, le pese a quien le pese, el futuro más inmediato de la movilidad. Las actuales normativas y las que están por aplicar, apuntan en una sóla dirección. La tecnología asociada a la movilidad de cero emisiones ha experimentado una considerable mejora en los últimos años. Coches capaces de viajar más lejos y de cargar más rápido, pero no todos los problemas están resueltos. Millones de usuarios de vehículos eléctricos en todo el mundo no tienen la posibilidad de instalar un punto de carga doméstico. Para ellos hay cada vez más soluciones a las que recurrir, aunque siguen si ser perfectas.

En tiempos de crisis la economía colaborativa ha servido de tabla de salvación para muchos sectores. La plataforma Airbnb fue la respuesta del mercado a la gran crisis económica mundial de 2008. Apartamentos privados que suplen las necesidades de millones de viajeros que no pueden o no quieren pagar los servicios de un establecimiento hotelero. Este es sólo un ejemplo de cómo la industria y la comunidad se mueven de forma paralela para corregir, en la medida de lo posible, las alteraciones globales. En el campo de la movilidad eléctrica están surgiendo negocios paralelos.

La infraestructura pública no es lo suficientemente amplia para abastecer a millones de usuarios.

Soluciones creativas y colaborativas para el gran problema de la recarga

Como ya hemos dicho, el acceso a un punto de carga es vital a la hora de comprar un coche eléctrico. Si bien las redes están creciendo, no lo están haciendo a la par de la oferta de movilidad. Los usuarios necesitan esa infraestructura, pero por desgracia el proceso no siempre es fiable. En España tenemos una de las redes de carga más pobres de toda la región europea. A la falta de puntos o estaciones se suman las decenas de problemas a la hora de recargar. Se estima que un 25% de los puntos instalados no operan correctamente. Uno de cada cuatro tomas no está disponible para los usuarios y la falta de confianza está afectando a la industria.

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Muchas encuestas sitúan el precio y la recarga como los principales inconvenientes para dar el salto a lo eléctrico. Los datos recopilados por ANFAC fijan, al cierre del tercer trimestre de 2023, un total de 25.180 puntos públicos repartidos de forma desigual por toda nuestra geografía. Según el plan nacional de infraestructura promovido por el Gobierno estipula que deberían ser casi el doble las instalaciones operativas. La agenda va con retraso. Tan sólo un 26% de la red pública cuenta con una potencia de carga superior a los 22 kW. Otro gran inconveniente a la hora de viajar con un coche eléctrico. Tesla se ha situado como la compañía más fiable con instalaciones punteras y de alta potencia que casi garantizan poder recargar un coche eléctrico sin problemas.

Charge Fairy permite cargar tu coche eléctrico en cualquier punto.

Sin embargo, muchos conductores urbanos tienen problemas incluso más graves. Se estima que el 70% del parque de vehículos nacional duerme en la calle. Millones de vehículos que no tienen fácil acceso a punto de recarga. Ante este problema, han surgido numerosas plataformas que conectan a usuarios con puntos privados. Instalaciones domésticas que se ofrecen a particulares para así poder recargar. Estados Unidos ha sido el primero en sumarse a esta tendencia que poco a poco se va extendiendo a otras regiones y países. El caso más popular es el de EVmatch. A través de una aplicación móvil, conductores pueden localizar y reservar puntos privados disponibles por un precio competitivo.

A pesar de las buenas noticias, las normativas europeas son mucho menos flexibles a esta posibilidad. Otras soluciones, como Charge Fairy, cuentan con furgonetas llenas de baterías capaces de cargar coches eléctricos en la calle. El usuario solicita el servicio y el vehículo se desplaza hasta el lugar de estacionamiento y recarga el coche mientras el cliente está trabajando o haciendo sus quehaceres. El sistema se ha implantado en Londres con buenos resultados iniciales, pero en estos momentos ninguna de estas soluciones pasa por ser potencialmente efectiva o resolutiva. Es necesaria una red mucho más generosa.

Las aplicaciones y los puntos de carga no siempre son fiables. El proceso puede ser muy complicado.

Muchos expertos advierten a Europa en su mal enfoque eléctrico. Los políticos europeos están más obsesionados con las ventas de vehículos que con la mejora constante de la infraestructura de carga. Las diferentes asociaciones aseguran si bien la cuota de vehículos eléctricos crece correctamente, las redes de carga pública son todavía muy deficientes. El desequilibrio va en aumento y la normativa supone un lastre para la llegada masiva de vehículos eléctricos. Millones de clientes en todo el mundo esperan a que la tecnología madure y a que la red sea más grande. Algunos encuestados aseguran que darían el salto rápidamente, pero que hoy por hoy prefieren no jugársela.

Esto, a su vez, está provocando otra desagradable situación: el envejecimiento del parque de vehículos. Tomando como referencia a España, la edad media de los coches ha superado la barrera de los 14 años y nada parece que vaya a ralentizarse o disminuir dentro de pocos. Cada vez circulan coches más viejos y contaminantes que reducen el efecto positivo de los vehículos eléctricos. A pesar de las numerosas soluciones intermedias que surgen por todo el mundo, todavía estamos lejos para hablar de una infraestructura de carga masiva que solvente el problema de la movilidad eléctrica.

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