IndyCarHarding, Juncos, Carlin y Shank; los posibles nuevos equipos valoran sus opciones
Cuatro equipos y cuatro dueños, con diversas intenciones y realidades, pero un único propósito: competir en IndyCar en 2018 más allá de las 500 millas de Indianápolis. Harding garantiza que alineará un coche y, al igual que Juncos, contempla un segundo. Carlin cree que "el momento apropiado se acerca" y Shank se cree "más capaz que nunca".
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Publicado: 26/09/2017 13:30
La temporada 2017 de la IndyCar llegó a su fin hace más de una semana y, con el ruido de la competición ya apagado, toca preparar lo que habrá en pista el próximo mes de marzo, o en febrero si se consiguen cerrar las ansiadas carreras internacionales. El impulso adquirido por la categoría tras un gran año de carreras, el ligerísimo aumento de sus frágiles audiencias en Estados Unidos (mucho más notorio a nivel global y en Internet) y, en especial, la presencia de Fernando Alonso en una de las mejores y más dramáticas Indy 500 de la última década, ha hecho que la cantidad de pilotos interesados en correr sea más alta que nunca... pero faltan asientos, y 2018, con la introducción de los nuevos aerokits únicos, puede ser el mejor año para añadirlos.
Actualmente, la IndyCar solo cuenta con ocho equipos, que han suministrado los 21 monoplazas que han competido a tiempo completo este año, 12 de ellos alineados por los tres grandes equipos: Penske, Ganassi y Andretti. De esos 21, dos desaparecerán el año que viene por la reducción de Ganassi, y podrían ser tres si Penske manda a su nueva operación en IMSA a un Hélio Castroneves para el que no habría sustituto. ¿Añadidos? Por el momento, solo uno, el segundo coche de Rahal, hasta ahora el único equipo de un único coche, con Takuma Sato al volante.
Salvo que Rahal cumpla la poco probable ambición de alinear un tercer coche si el presupuesto cuadra, esto dejaría un número total de 19-20 monoplazas entre los equipos existentes, a los que cuatro estructuras noveles quieren sumarse. Algunos de ellos han dado prácticamente por hecha su presencia el año que viene a tiempo completo, y otros están trabajando en cerrar todos los cabos monetarios, con al menos cinco meses de invierno sin carreras por medio. Algunos ya han metido los pies de forma puntual en la competición, y otros llegarían con menos certezas, pero no con menos ganas. Es bastante probable que todos estén en Indianápolis, pero el resto del año es la gran incógnita. Aquí resumiremos, por tanto, la situación actual de estos cuatro equipos que buscan participar en IndyCar de forma permanente en un futuro cercano.
HARDING RACING
Quien tiene más papeletas para estar en la primera ronda del año que viene, ya sea en México, Dubai, Australia o St. Petersburg, es el equipo de Mike Harding. Su negocio, Harding Group. es una constructora dedica al asfaltado de carreteras, que fue la encargada del último reasfaltado en el Indianápolis Motor Speedway en 2004, y Harding ha sido un habitual en el óvalo desde finales de siglo, siendo el anfitrión de la fiesta más numerosa del Carb Day (el viernes previo a la Indy 500, un gran día de celebración en la ciudad). Este año, Harding anunció de forma inesperada, en pleno abril, que competiría en la Indy 500 con el piloto colombiano Gabby Chaves, a través de una asociación con Dennis Reinbold, ex dueño de Dreyer & Reinbold, Larry Curry, ex jefe de varios equipos de IndyCar, y Al Unser, Jr., bicampeón de IndyCar y dos veces ganador de la Indy 500, que ejercería de coach para el joven Chaves.
El excelente noveno puesto obtenido por Chaves espoleó a Harding, y el equipo disputó las otras dos carreras de superspeedway con notables resultados, terminando Chaves quinto en el festival de accidentes de Texas y clasificando octavo en Pocono. Para 2018, Harding garantiza que Chaves hará la temporada completa, pero no quiere quedarse ahí. "Es seguro al 100% que vamos a tener un coche a tiempo completo con Gabby para 2018", afirmó Harding, en declaraciones a RACER. "Estamos trabajando en el patrocinio para un segundo coche, y pinta bien. Tenemos una plaza en el Leader's Circle para el próximo año, y estoy trabajando en una segunda", completó Harding, en referencia al programa de la IndyCar que otorga 1.25 millones de dólares anualmente a un total de 21 participantes.
Es seguro al 100% que tendremos un coche a tiempo completo. Estamos trabajando en el segundo, y pinta bien.
El empresario de 52 años asegura que cuenta con un plan quinquenal para esta aventura, y ratifica su confianza en Chaves, que le fue recomendado por su ex jefe de equipo Bryan Herta: "Ha sido una gran experiencia, y creo que lo hemos hecho mucho mejor de lo que esperaba, en especial para un equipo que no existía hasta el pasado enero. Bryan me dijo que Gabby era inteligente, y puedo jurar que podría ser su propio ingeniero". Harding también comentó como Curry había sido una parte importante para este proyecto: "Larry había estado trabajando para mí, y (en 2016) le dí tiempo libre para ayudar al equipo de Buddy Lazier en la centésima Indy 500. Le dije a Larry que deberíamos crear nuestro propio equipo, y aquí estamos. Disfruto mucho la atmósfera y la camaradería que hay en la IndyCar; he hecho buenas migas con Michael Andretti, y me ha dado muchos buenos consejos".
JUNCOS RACING
Ricardo Juncos es un hombre hecho a sí mismo, la clase de historias que tanto gustan en Estados Unidos. Nacido en 1975 en Buenos Aires, este estudiante de ingeniería inició su carrera como piloto a la tardía edad de 20 años, compitiendo en karting y formando su propio equipo en 1997, disputando además algunas carreras de Formula Renault en su país. Todo se vino abajo en diciembre de 2001: el corralito (restricción para retirar dinero en efectivo de cuentas corrientes) hundió la economía del país, y la actividad de Juncos. A sus 27 años, se vio forzado a marcharse a Miami, sin hablar una sola palabra de inglés y sin más dinero en el bolsillo que los 400 dólares que le prestó su abuela.
En 2003 entró a trabajar en el equipo de karting de Christian Fittipaldi, en principio por solo dos semanas y sin contrato. Tres meses después, era el jefe de equipo, y ese año se ganó un campeonato en Miami. Juncos Racing renació en 2005, y Ricardo obtuvo 19 campeonatos de karting como jefe de equipo durante cinco años. En 2009, instado por uno de sus pilotos, saltó a la Pro Mazda y rozó el título con Peter Dempsey. Al año siguiente, lo ganó con Conor Daly. En 2014, Spencer Pigot, uno de sus pupilos del karting, le dio el segundo entorchado, y Juncos se adentró con él en la Indy Lights en 2015, ganando ambos el título a la primera. Este año, ha caído el doblete, con Kyle Kaiser ganando en Indy Lights y el brasileño Victor Franzoni haciendo lo propio en Pro Mazda. Juncos, con todo, tenía ambiciones de IndyCar a medio plazo, y la inaguración de una fábrica de 3.700 metros cuadrados el año pasado apuntaba en esa dirección, pero el colapso de KV Racing lo precipitó todo.
Estamos intentando cerrar los patrocinios. Entonces veremos si podemos alinear dos coches o solo uno.
El argentino adquirió el material del equipo, y en mayo se plantaron en Indianápolis con Pigot y Sebastián Saavedra, terminando ambos la carrera. Ahora, la ambición de Juncos podría estar cerca de hacerse realidad, y sus palabras en la web de IndyCar no solo desprenden la certeza de alinear un coche, si no la posibilidad de contar con un segundo: “Quiero tener un equipo de dos coches a tiempo completo, pero eso dependerá de muchos factores. Por el momento, estamos concentrados en el aspecto del marketing, e intentando cerrar los patrocinios, así que entonces veremos si podemos alinear dos coches o solo uno". Gran parte de esas opciones se consumarán si aseguran a Kaiser y el millón de dólares de su premio monetario: "Las puertas están siempre abiertas para él, es parte de nuestra familia. Sé que tendrá otras opciones, así que solo quiero desearle lo mejor. Tiene un futuro brillante en la IndyCar, y solo cabe esperar que podamos ser parte de ello".
CARLIN
Poco se ha dicho de Trevor Carlin y de su equipo que no se sepa ya. Fundada en 1997, la antaño conocida como Carlin Motorsport cimentó su fama en la Fórmula 3 británica, donde ganó nueve campeonatos entre 2001 y 2013, añadiendo a ello dos títulos consecutivos en la Formula Renault 3.5, y un campeonato de GP3 en 2014, amen de empresas menos exitosas en otras muchas categorías. A día de hoy, y pese a algunos bajones, Carlin sigue siendo una fuerza dominante en las inferiores europeas; sin ir más lejos, en octubre terminarán con 7 años de dominio de Prema en el FIA F3 gracias a Lando Norris, con el que buscarán ganar el GP de Macao por cuarta vez, además de conseguir su segundo título consecutivo de Fórmula 3 británica con Enaam Ahmed, y rozar su tercer título consecutivo de F4 británica con Jamie Caroline. Con ese palmarés, Carlin expandió horizontes en 2015 para competir en Indy Lights, y lo hizo como acostumbra, ganando.
Tras un primer intento infructuoso, a Ed Jones no se le escapó el título en 2016. Este año, el talentoso Matheus Leist encabezó su formación con tres victorias veraniegas antes de que una mala racha le condenara al cuarto lugar en la general. Pese a ello, el brasileño busca competir en IndyCar, y Trevor Carlin comparte esa ambición, aunque no tiene prisa en acelerar en exceso el proceso: "Nos gusta tomarnos nuestro tiempo y estar preparados. Cuando empezamos algo, nos gusta permanecer en ello. No ha habido un momento apropiado en el pasado, pero creo que el momento apropiado se está acercando", comentó a IndyCar.com. "No voy a decir que esté hecho, pero diría que la posibilidad de que estemos en la parrilla el año que viene es más alta que nunca. (...) Los grandes equipos tienen muchos recursos con los que hacer tests y desarrollar esto y aquello, y (el nuevo aerokit) crea un marco de igualdad para un equipo como el nuestro".
No voy a decir que esté hecho, pero la posibilidad de que estemos el año que viene es más alta que nunca.
Su presencia es de las más dudosas, ya que es el único de los nuevos equipos que aún no ha disputado una carrera a ese nivel. Pese a ello, la reducción de costes por el aerokit único y la disponibilidad de su ex pupilo Max Chilton, sin equipo tras la reducción de Ganassi, y cuyo padre posee una amplia parte de las acciones de Carlin, podría propiciar su debut en 2018, con Charlie Kimball como potencial compañero. Ocurra o no este año, Carlin tiene claro que quiere estar: "Muchas categorías son muy parecidas, ya sea en América o en Europa. La Fórmula 1 es una bestia completamente diferente, es más ciencia ficción y tecnología de estación espacial que una competición. La razón por la que nos gusta estar en Indy Lights, y por la que nos gustaría hacer IndyCar, es porque las carreras son muy buenas. No hay una gran diferencia en la competición, pero nos gusta América porque la acción en pista es densa y rápida, más pura".
MICHAEL SHANK RACING
La aventura más modesta la encabeza Michael Shank, un hombre que, como piloto, ambicionaba competir en IndyCar. Y lo logró, terminando 16º en la última carrera de la temporada 1996-97 de la Indy Racing League en el óvalo de Las Vegas. No hubo más para este piloto de Formula Atlantic que, poco después, decidió pasarse al otro lado del muro, donde se ha labrado una reputación en el mundo de la resistencia en Estados Unidos desde 2004. Sus victorias absolutas en las 24 horas de Daytona en 2012 y en la Pétit Le Mans el año pasado son una muestra clara. Este mismo año, se ha encargado del programa de competición de Acura en el campeonato IMSA con dos NSX en la clase GT Daytona, ganando en Belle Isle (Detroit) y Watkins Glen.
Hace cinco años, Shank anunció que había comprado uno de los nuevos DW12, y que pretendía competir en IndyCar: primero a tiempo completo, y después en un programa parcial con Paul Tracy. Ambas opciones nunca prosperaron (el canadiense terminó retirándose), y Shank vendió el chasis un año después. La turbulenta gestión de la IndyCar por aquel entonces fue la patada definitiva hasta este año, cuando los nuevos gestores, liderados por el eficiente Jay Frye, le ayudaron a cerrar un acuerdo con Andretti Autosport para alinear un coche en la Indy 500 con Jack Harvey. El coche fue poco competitivo, y el británico terminó la carrera contra el muro junto a Conor Daly, pero eso no ha desalentado a Shank. "Queremos estar en IndyCar. En el peor de los casos, solo haremos la Indy 500 de nuevo, y no es que sea algo malo, pero me gustaría ver a dónde nos puede llevar ese mundo", aseguró Shank en declaraciones a RACER.
Estamos cerca de hacer algo más el año que viene. Puede que hagamos algunas carreras en circuito.
"Estamos cerca de ser capaces de hacer algo más el año que viene. Nunca haría Indy si no pensase que tenemos una buena oportunidad de clasificar entre los 12 o 14 primeros, o terminar en el top 10". Queda aún mucho camino para que eso ocurra, y es más que probable que su participación se limite a un programa parcial, pero eso ya sería un comienzo: "Puede que vayamos un poco más despacio y hagamos algunas carreras en circuito; lo que sé es que tengo gente realmente buena aquí, y ellos quieren hacerlo tanto como nosotros. Hemos demostrado que encajamos ahí, que podemos hacer el trabajo a ambos lados del muro y que merecemos una oportunidad. Pero nadie te regala nada, así que tenemos que dejarnos el trasero para recaudar el dinero, firmar a los pilotos, los patrocinadores..."
Este es el panorama con todos estos equipos. La presencia de Harding parece un hecho a la espera de confirmación, Juncos parece más que optimista y el dinero de Chilton podría ser el espaldarazo definitivo para Carlin, pero nadie dará un paso en falso. Muchos son los equipos que cayeron en IndyCar en los años posteriores a la reunificación de 2008, y ninguno de los cuatro dueños aquí mencionados desea correr esa suerte. Por fortuna para todos ellos, la categoría se encuentra en un momento más positivo y propicio que el de entonces, pero no lo suficiente para dar las cosas por sentadas. En la puerta, muchos pilotos esperan. Y si no, que se lo pregunten a Sam Schmidt y los 28 aspirantes que han colapsado su teléfono.
Fotos: IndyCar Media