Opel dice adiós a los OPC, he aquí el porqué de tan triste despedida
Ayer amanecimos con la llegada de un nuevo Corsa, el que debe ocupar el puesto más alto en cuanto a rendimiento y prestaciones. Su apellido es GSi, y ante este cambio muchas voces preguntan por las desaparecidas siglas OPC. He aquí el porqué de su adiós.
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Publicado: 22/03/2018 14:00
GSi y OPC son siglas que siempre asociamos con Opel. La marca alemana pasa por una etapa de transición tras la compra por parte del Grupo PSA. A partir de ahora veremos muchos cambios en su gama de productos, y uno de ellos es la desaparición de los modelos más prestacionales. Una medida drástica que tiene un porqué, y ese no es otro que la restricción europea en materia de emisiones contaminantes.
En 2007 la Unión Europea firmo un acuerdo por la cual en septiembre de 2015 todos los coches diésel a la venta debían cumplir una limitación en sus emisiones de CO2 de 80 microgramos por kilómetro. La normativa conocida como Euro6 tendría una vigencia de seis años, es decir hasta 2021. A partir de entonces no solo se aplicarán limitaciones a las mecánicas, si no a toda la flota de una marca, marcándose un máximo de 95 gramos de CO2 por kilómetro. Y es aquí cuando empiezan los problemas para Opel.
La marca alemana no parece que vaya a poder cumplir con dichos objetivos de emisiones. Su flota no está preparada y PSA se ha dado cuenta de este problema. De hecho el grupo francés se pone la tirita antes de la herida, y le reclama a General Motors, antigua propietaria de Opel, 600 millones de euros en concepto de compensación por los posibles daños y las posibles penalizaciones que la Unión Europea pueda acometer contra la marca por el no cumplimiento de tales objetivos de emisiones.
De hecho, según la propia PSA, Opel se encamina más hacia los 105 gramos de CO2 por kilómetro, una cifra que tiene que reducirse de forma drástica en los próximos tres años. De ser esto cierto el grupo tendría que pagar más de 1.000 millones de euros en multas a la Unión Europea por no cumplir con los objetivos fijados. Un coste muy alto que en realidad supondría la mitad del desembolso que PSA ya ha realizado por la marca alemana.
La estrategia a seguir es drástica, y por ese motivo Opel se encuentra inmersa en pleno proceso de cambio. La mayoría de los motores desarrollados por General Motors serán eliminados en el plazo de estos años, siendo sustituidos por bloques de origen PSA. Algo que resulta más fácil de decir que de hacer, porque este tipo de cambios implican mucho tiempo, y teniendo en cuenta que solo quedan tres años para llegar a la fecha límite es normal que el grupo se encuentre con el agua al cuello.
Pero esto solo es una parte del proceso. Opel tiene seguir apretándose el cinturón y dado que la gama sigue siendo excesivamente contaminante no se puede permitir el lujo de sacar versiones excesivamente deportivas. Por este motivo no volveremos a ver las siglas OPC en un modelo de la casa alemana, no al menos en mucho tiempo. Éstas serán sustituidas por los nuevos productos GSi, que más o menos vienen a ser lo mismo pero que no llegarán a los límites de los productos de la división Performance.
Todo esto no quiere decir que Opel se haya olvidado de los deportivos, nada de eso, los hay y los habrá, tales como el Opel Insignia GSi, que ya hemos probado, el Opel Corsa GSi y el esperado Opel Astra GSi, solo quiere decir que los modelos que llegarán al mercado serán algo "descafeinados". Nada de grandes potencias, nada de excesos y sobre todo nada de altas emisiones. El hombre del saco se esconde en 2021 y Opel tiene muchas papeletas de encontrarse con él.
Importancia de la hibridación y electrificación. El Plan PACE!
Si bien por un lado Opel tiene que restar prestaciones a la gama, por otro lado tiene que aumentar el número de modelos de categoría ECO. La marca en su época de GM calculó de forma demasiado optimista el número de unidades vendidas de su único eléctrico, el Opel Ampera-e. Digamos que los planes no se han cumplido, y por ese motivo PSA tiene que acelerar el ritmo en la electrificación e hibridación de la marca.
El plan estratégico pasa por convertir a Opel en la punta de lanza del grupo en lo que a movilidad sostenible se refiere. El plan PACE! fue presentado a finales del año pasado, y la hoja de ruta queda muy clara: en 2024 todos los Opel que salgan al mercado estarán electrificados y dependiendo del modelo éste contará con una versión híbrida enchufable o una versión 100% eléctrica.
El primero en iniciar ese plan de desarrollo va a ser el Opel Grandland X PHEV, cuyo lanzamiento está confirmado para el año que viene. Por otro lado tendremos al nuevo Opel Corsa 100% eléctrico. Un producto que no llegará hasta 2020 y que se basará en la nueva generación del utilitario, una que ya ha sido avistada en más de una ocasión durante su etapa de desarrollo. Este plan será el objetivo principal de la compañía durante los próximos años.
De hecho híbridos y los eléctricos tienen la llave para que en un futuro volvamos a ver un Opel altamente prestacional. Si los planes salen bien y la gama de la marca consigue reducir de forma drástica la cantidad de emisiones, habrá margen para el desarrollo de modelos puramente deportivos, o al menos asociados a mecánicas híbridas. Sin embargo, repetimos, no será algo ni próximo ni cercano, de hecho por el momento no está ni dentro de los planes de la marca.
Es una pena que tengamos que decir adiós a los OPC, pero el panorama que se cierne sobre Opel en materia de emisiones es tan negro que no había otra solución. Tampoco es que se vayan a perder muchas ventas por el camino. Sí que es cierto que los segmentos más deportivos siguen vivos, pero cada vez hay un menor número de unidades vendidas. Así que PSA ha hecho sus cuentas y le sale mejor perder rendimiento que perder a Opel en su totalidad. Lógico.