OpiniónPeajes en las autovías: la propuesta de las Concesionarias de Autopistas de Peaje (ASETA)

Desde hace algunos años los ingresos de las empresas concesionarias de autopistas de peaje caen estrepitosamente por lo que hoy la patronal de concesionarias ha planteado sus medidas para frenar este problema: exigen un plan de inversión de 1.334 millones de euros anuales para las autopistas de peaje y que en algunas autovías actualmente gratuitas se implanten peajes.

José Luis Feito, presidente de la Asociación de Concesionarias de Autopistas de Peaje (ASETA), asegura que la implantación del cobro de un peaje por el uso de las autovías actualmente gratuitas es “inevitable”. Según Feito, “es inviable que España siga pagando el mantenimiento de una red de autovías de gran capacidad de 12.000 kilómetros de longitud con cargo a los presupuestos”.

Para entendernos, la situación que tenemos es que en lugar de bajar los precios de uso de las carreteras de peaje o mejorar sus servicios, lo que se propone es que los usuarios paguemos sí o sí por circular por las autovías y autopistas. Es ideal y no sé cómo nos se les ha ocurrido antes: forzando a la gente a usar tu servicio, da igual la calidad o el precio de éste ya que están obligados a utilizarlo necesariamente.

ASETA propone el cobro de una tasa por uso de estas carreteras, que podría recaudar entre 1.700 y 10.000 millones de euros. Esta medida es vista con tan buenos ojos que Feito asegura que “sólo el anuncio de la decisión [de implantar peajes] posibilitaría una relajación de la prima de riesgo y de los costes de financiación”. Un chollo, vamos.

A la propuesta se suma la petición de un plan de inversión de 1.334,7 millones al año para la mejora o ampliación de las autopistas de peaje. Sí, esa cuantiosa inversión del Gobierno, que por supuesto saldría del bolsillo de todos los ciudadanos, sería anual. Y lo bueno es que se haría en autovías que ya hemos pagado todos con nuestros impuestos.

Quizá tengas la sensación de que nos están metiendo la mano en el bolsillo pero no te preocupes, porque para conseguir todos esos millones no habría que recurrir a capital público ya que bastaría con prorrogar el periodo de concesión o aumentar las tarifas ¿No es brillante?

La verdad, no sé si fiarme de los números de ASETA, teniendo en cuenta que tiene a cuatro radiales y otras cinco autopistas de reciente construcción al borde de la quiebra. El Ministerio de Fomento valora crear una sociedad pública similar a la extinta Empresa Nacional de Autopistas (ENA) para rescatar estas autopistas con problemas. Pero sobre todo lo digo porque nunca he oído que aumentar los costes del transporte sea bueno para la economía, más bien lo contrario.

Feito, que además de presidente de ASETA también es presidente de la Comisión de Economía de la CEOE por estas casualidades de la vida, tiene claro que todos son ventajas. Desde luego el chollo… quiero decir, la idea es buena: tengo una empresa y si va mal pido que me compensen con dinero público para seguir ganando dinerito.

Me gustaría saber si ASETA ha tenido en cuenta algunas otras cosas en su propuesta de implantar los peajes de forma masiva en las autovías españolas. Por ejemplo, que al hacer los desplazamientos más caros, habría gente que dejaría de usar el coche para ir en transporte público ¿sería capaz de absorber los actuales sistemas de transporte público una demanda de usuarios mucho mayor o se saturaría?

Si se usa menos el coche también se gastaría menos combustible y por tanto el Gobierno recaudaría menos en impuestos. Que el Estado ingrese menos seguro que no es un problema para las concesionarias de autopistas, no les afecta. También es posible que si se desincentiva el uso del coche se ocasione un importante descenso en las ventas de vehículos. Y si se venden menos coches... bueno, ya hemos visto lo que pasa ¿verdad? Más paro, más pobreza.

También hay que calcular que no serán pocos los que en lugar de dejar el coche en casa prefieran evitar ir por las autovías de pago y prefieran circular por carreteras secundarias gratuitas. Además del posible caos circulatorio que podría suponer, lo más peliagudo podría ser ver cómo la siniestralidad podría aumentar.

Y desde luego también será interesante ver hasta qué punto se puede seguir exprimiendo el vacío bolsillo de los ciudadanos, que son quienes pagan los platos rotos por mucho que nos lo maquillen con palabras bonitas y eufemismos de todos los colores, en un país en el que los recortes crecen, los impuestos suben y los salarios bajan ¡y eso si tienes la suerte de recibir un salario!