Opinión: El tercer World Rally Car de marras

El tiempo es relativo, pero en el mundo de la competición es el valor más exacto. El Mundial de Rallies no es una excepción y vive una auténtica cuenta atrás antes de entrar en una nueva era. Quedan poco más de tres meses -seis rallies mediante- para que la actual generación de World Rally Car pase a un segundo plano y en este punto todavía no se sabe si estos modelos van a tener continuidad competitiva en el Mundial. Por su parte, cuatro meses separan los actuales test de la homologación de la nueva generación de World Rally Car. Ya saben, más rápidos, estables y espectaculares.

Volkswagen, Citroën, Hyundai, M-Sport y Toyota están inmersos en una carrera en la distancia para desarrollar el mejor coche para la nueva temporada. Promesas y certezas al margen, la proyección de cada uno de los equipos es muy distinto y mientras que los tres Volkswagen Polo R WRC ya tiene dueño para la próxima temporada, el resto de los proyectos tienen que jugar al peligroso juego del mercado de pilotos. Con más demanda que oferta, cada acción o movimiento se debe mirar con lupa porque en juego está abrir o cerrar las puertas no sólo de tu equipo, sino del rival.

Y ahí es donde entra el tercer World Rally Car de marras. En Volkswagen con Ogier y Latvala como puntas de lanza del proyecto en 2017, el tercer Polo R WRC es para Andreas Mikkelsen. Una decisión lógica dado el rendimiento del noruego, pero que a su vez radica en que las opciones de Esapekka Lappi y Pontus Tidemand de progresar en el escalafón del Grupo VAG son nulas. Atrapados en el WRC2 con Skoda Motorsport ambos o uno de ellos puede acabar en las filas del rival, siendo Toyota Gazoo Racing una opción real.

En este aspecto, Esapekka Lappi y Kalle Rovanperä han probado el Toyota Yaris WRC en Finlandia y al menos el primero es candidato a ser compañeros de Juho Hänninen en Toyota. Raro sería que tras ser test driver de Toyota Gazoo Racing no acabe siendo piloto titular. Sin embargo, dos unidades del Yaris WRC están por llenar -contando con Hänninen- y las opciones son múltiples. Tommi Mäkinen ha hablado abiertamente de Lappi y Tidemand, pero también de Temmu Suninen, Elfyn Evans, Kevin Abbring y Ott Tänak. Posibles sorpresas al margen, la paciencia será factor a tener en cuenta ya que el tercer Toyota Yaris WRC no estará disponible desde el primer rally.

Hyundai y Citroën viven una situación cercana. Ambos equipos tienen un piloto ya confirmado como son Hayden Paddon y Kris Meeke y en ambos casos sus compañeros deberían salir de los pilotos que están ahora en nómina. Se puede dar el caso que Dani Sordo y Thierry Neuville renueven con Hyundai y todo se quede como está, o que uno de ellos no lo haga y el mercado de fichajes entre en ebullición. De este movimiento también dependerá muy mucho la nómina de pilotos de Citroën y de M-Sport, por añadido.

Yves Matton se ha puesto de plazo principios de septiembre para confirmar los pilotos que se subirán a los Citroën C3 WRC y aunque la elección debería ser entre Stéphane Lefebvre y Craig Breen, la vieja aspiración del patrón del equipo es recuperar a Thierry Neuville. Mientras tanto, el discurso de los dos Citroën C3 WRC en 2017 ha quedado casi anulado. Khalid Al-Qassimi y sus 'petrodólares' de Abu Dhabi piden paso para disputar algún rally suelto con un tercer C3 WRC. Un proyecto que debe sortear el sistema de superlicencia de la FIA y que puede abrir nuevas opciones.

De nuevo el tercer World Rally Car, en este caso del Grupo PSA, tiene mucho que decir, algo que no sucederá en el seno de M-Sport. El preparador británico tiene más que suficiente con desarrollar dos Ford Fiesta RS WRC que sean competitivos, toda vez que no cuenta con el apoyo directo de la marca del óvalo. Sin tercer World Rally Car, el equipo de Cumbria parece no tener derecho a entrar en las quinielas y como sucedió en 2016, su nómina de pilotos puede dejar sorpresas y sobre todo, recoger pilotos que han sido rechazados por otros equipos.

Fotos: Volkswagen Motorsport / Toyota Gazoo Racing / Abu Dhabi Racing