Otras ciudades limitan la circulación, además de Madrid

Aún hay mucha gente sorprendida porque Madrid haya cerrado parcialmente al tráfico durante hoy, 29 de diciembre, pero si miramos allende nuestras fronteras, veremos que es una idea muy poco novedosa. En varias ciudades europeas encontraremos diversas restricciones al tráfico por motivos medioambientales, y fuera del viejo continente también.

Esas medidas son, haciendo un resumen, cobrar por acceder a zonas concretas o céntricas un peaje, zonas de bajas emisiones (donde se limita la circulación de los más contaminantes) o limitaciones puntuales por alta contaminación. En su momento estas medidas, al implantarse, generaron no poca polémica, fue el efecto novedad.

A los lectores latinoamericanos no les pilla de sorpresa la circulación alterna por número de matrícula. Hace años que diversas urbes del subcontinente lo hacen, como Santiago de Chile (Chile), Quito (Ecuador), Bogotá (Colombia) o Sao Paulo (Brasil). Por ejemplo, en Bogotá la circulación prohibida se salda con multa, inmovilización y retirada del depósito municipal. En Madrid son 45 euros pagando la multa en 15 días.

Veamos algunos ejemplos más pormenorizados en grandes ciudades:

Westminster, Londres - Fotografía: Hernán Piñera (Flickr, Creative Commons BY-SA)

Londres

Desde 2008 los vehículos que quieran acceder a la zona central de la ciudad deben pagar un peaje de más de 12 euros diarios, a menos que sean vehículos exentos. Existen barreras que impiden el paso para los que no paguen. El motivo es medioambiental, Londres no cumple el límite de óxidos de nitrógeno desde 2010.La restricción es de lunes a viernes, de 7:00 a 18:00.

Más adelante se ampliará el tamaño de la zona de bajas emisiones, dejando fuera a los modelos que más contaminan u obligándoles a pagar una tasa. El peaje será reemplazado progresivamente por cámaras que, a modo de radares, irán tirando multas automáticamente a los infractores, como sucede en las APR de Madrid.

París

Existiendo ya una prohibición de circular durante 12 horas diarias para modelos de más de 20 años que no tengan exención por cualquier motivo, los parisinos ya han visto lo que es una circulación alterna por número de matrícula. El factor diferencial principal es que se compensa, con un elevado coste, mediante transporte público gratuito. En Madrid semejante medida costaría 4 millones de euros diarios.

Solo en diciembre ya han tenido restricciones circulatorias del 6 al 10 y el 17. La eficacia de la medida es dudosa, de acuerdo a un informe del Parlamento francés, ya que solo se redujo la polución un 6% en lo relativo a partículas y un 10% en cuanto a óxidos de nitrógeno, de acuerdo a los datos de un episodio de contaminación de 2014.

Berlín

Esta ciudad, muy extensa en superficie pero con poca densidad de población, existen zonas donde solo pueden acceder los vehículos más limpios mediante áreas de bajas emisiones o Umweltzone. Todos los vehículos alemanes circulan con una pegatina que identifica su nivel de homologación, en base a eso son multados o no si se adentran.

En el futuro no se concederán licencias de circulación a vehículos que no sean de cero emisiones -hablamos de 2030- pero a cambio se mejorará la red de transporte público (trenes, suburbano y tranvías sobre todo) y la movilidad en bicicleta con más carriles bici.

Roma

Como varias ciudades italianas, Roma ha tenido episodios de alta contaminación, por lo que se ha limitado la circulación por el tipo de homologación de los vehículos, no por matrícula. Durante 12 horas al día no han podido circular los modelos que no cumplían por lo menos la normativa Euro 3, es decir, a partir de 2001. En esta ciudad el tráfico es un absoluto caos normalmente.

Paralelamente, Roma ha impuesto "domingos ecológicos", durante los cuales se cierra el tráfico de 7:30 a 20:30 con muy pocas excepciones: homologados para Euro 6, a gas, híbridos o eléctricos. El grueso del parque automovilístico se queda parado. El primero ha tenido lugar este mes, los otros tres tendrán lugar a finales de enero, febrero y marzo.

Pekín

La capital de China, donde viven 21 millones de almas, está empezando a tomarse en serio el enorme problema de contaminación atmosférica que sufre. Además de limitar la actividad industrial o las obras, en los días laborables de 7 a 20 horas no se puede acceder a la ciudad ni circunvalaciones con vehículos de provincias exteriores, y hay circulación alterna por matrícula.

El problema de esta ciudad se comprende con facilidad: el parque automovilístico ha crecido demasiado rápido y las normativas anticontaminación llevan un retraso de más de 10 años respecto a Europa. Si nos fijamos en otra urbe superpoblada, como Tokio, la calidad del aire es muy superior, ya que las normas ambientales son mucho más estrictas y el crecimiento del parque ha sido más controlado con el paso de los años.

Fuente: El Mundo