Otro barco que transportaba coches eléctricos sale ardiendo, el Fremantle Highway
Un año después del incendio del malogrado Felicity Ace, otro transporte de vehículos está en grave peligro tras el incendio de parte de su carga. Vuelve a la palestra la polémica por el transporte de coches eléctricos y el riesgo de incendio.
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Publicado: 28/07/2023 23:00
La historia se ha vuelto a repetir. Un barco Ro-Ro (transporte de vehículos con rampas) ha sufrido un incendio que empezó en alguno de los coches que transportaba a bordo, de un total de miles. Lo aparatoso del fuego se ha ido extendiendo a lo largo de la nave, dañándola de gravedad.
La japonesa Kawasaki Kisen Kaisha (o K Line) había alquilado el Fremantle Highway, bajo pabellón panameño -algo muy habitual-, para transportar coches desde Bremerhaven (Alemania) hasta Port Said (Egipto). Debería haber arribado a puerto el 2 de agosto por la noche, hora local, pero sigue cerca de la costa danesa.
Los guardacostas de Dinamarca, Kustwacht Nederland, avisaron de que se había producido un incendio en la nave el miércoles por la noche, con unos 3.800 vehículos, por causas inicialmente desconocidas. Después apareció el dato de que había unos 25 coches eléctricos a bordo, pero más bien son medio millar de unidades.
La armadora japonesa informó que, de 3.783 vehículos a bordo, se encuentran 498 coches eléctricos. Hemos acabado sabiendo que entre los vehículos a bordo se encuentran numerosos BMW, MINI y Mercedes-Benz -solo de esta marca hay unos 300-, pero ninguno de Ford, Nissan, Renault, Stellantis o Toyota.
La nave, de 199 metros de eslora, se encuentra a unos 17 kilómetros de la costa septentrional de Holanda, en el Mar de Wadden, una zona catalogada como Patrimonio Mundial de la UNESCO. De momento, la situación es estable y ya está siendo remolcado a tierra. Eso no garantiza que acabe llegando.
La nave es moderna, se completó de ensamblar en 2013 en Japón. Tiene capacidad para 6.200 vehículos
Si recordamos los fatídicos eventos del Felicity Ace, estaba siendo remolcado cuando, debido a los daños que presentaba el barco, acabó hundiéndose, por lo que se perdió el total de unos 4.000 vehículos. Esto afectó mayoritariamente al Grupo Volkswagen, que debió reponer las unidades que iban a EEUU, aunque estos desastres los costean las aseguradoras, no los fabricantes.
Hasta que no se pueda hacer una investigación más a fondo, tenemos que especular con que el origen del incendio fue un vehículo eléctrico que ni estaba en movimiento ni estaba cargando (*). Lamentablemente, un miembro de la tripulación murió en el incendio, y otros siete saltaron al agua escapando de las llamas, resultando heridos en la caída.
Aunque la evidencia estadística nos dice que los coches eléctricos se incendian con menor frecuencia que los térmicos, también es cierto que las baterías de litio NMC (níquel, manganeso y cobalto), cuando se incendian, producen fuegos que son difíciles de extinguir, y pueden reactivarse tiempo después.
El hecho de que haya unos 500 coches eléctricos a bordo complica el problema, si las llamas se propagan, lo que indiciariamente ha ocurrido a juzgar por los daños en varias secciones del barco, pero fundamentalmente cerca de la proa (parte delantera) y del lado de babor (izquierdo).
NOTA: La agencia Reuters difundió que el origen del incendio era un vehículo eléctrico, a partir del testimonio de un rescatista, pero eso fue negado por los guardacostas de Holanda más tarde. También lo contó así la RTL holandesa. Se mantiene como la causa más probable, aunque no haya podido ser verificada.
Por otro lado, considerando el volumen de coches eléctricos que se están transportando por barco, que cada vez son más, y hablamos de millones de unidades, pocos barcos están siendo afectados por estos incendios. Sí, son muy aparatosos cuando suceden, y las pérdidas que se originan son muy altas, incluso llevándose la nave completa a pique con su carga.
¿Qué consecuencias puede tener? Por un lado, que aumenten los costes del transporte, especialmente si las aseguradoras empiezan a ver que los coches eléctricos se perciben como cargas peligrosas, o que haya armadores que eviten su transporte en grandes cantidades si la carga es mixta y de varios fabricantes.
Extinguir el incendio de un coche eléctrico es muy difícil, por lo que se les suele dejar arder por completo si no hay medios técnicos para neutralizarlo rápidamente (como la inmersión en una balsa de agua). Pero si hay otros vehículos cerca, tenemos la receta para un gran desastre, porque es algo que se contagia. Ahí quedó el precedente del Felicity Ace.