La gran aventura de 'Pato': así es Patricia Pita, la compañera de Laia Sanz en el Dakar
La piloto uruguaya, de familia carrerista, concedió una entrevista para Motor.es en la que detalló su camino hasta llegar al Dakar, las lecciones aprendidas de su primera edición y sus expectativas junto a la veterana piloto española.
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Publicado: 04/01/2024 21:30
En las distancias largas, su lenguaje corporal denota entusiasmo y una pizca de nerviosismo. En las distancias cortas, es todo amabilidad y una gran conversadora, una característica casi ineludible a juzgar por su procedencia. La uruguaya Patricia Pita, conocida también por el diminutivo 'Pato' que es de uso habitual con su nombre de pila en muchos países de Sudamérica, afronta una tarea complicada y apasionante a partes iguales a partir de mañana en su segundo Rally Dakar, donde gozará de una renovada atención mediática.
La oriunda de Punta del Este, de 34 años, será la encargada de pilotar el segundo Astara 02 Concept junto al chileno Paolo Boggioni, formando dupla dentro de la estructura del Astara Team con la ya veterana dakariana Laia Sanz. Enfrenta un salto notable, ya que compitió el año pasado con un Maverick Can-Am entre los prototipos ligeros antes de dar el salto a la categoría principal de coches del exigente rally-raid disputado en las dunas y tierras de Arabia Saudí.
Antes de emprender camino a Oriente Medio para su gran aventura, Pita concedió una entrevista a Motor.es en la que pudimos conocer un poco mejor a la persona que completa la primera dupla femenina de pilotos dentro de un mismo equipo en la historia del Rally Dakar. De casta le viene al galgo, ya que su padre Jorge Pita fue uno de los competidores de rallies más laureados de Uruguay. De hecho, esta fue la disciplina principal de Patricia Pita durante gran parte de su trayectoria automovilística, hasta que la tierra terminó por atraerla en un punto crítico.
«Mi carrera la hice en Argentina, en el Rally Cordobés y el Rally de Argentina», relata 'Pato. «Desde mediados de 2018 hasta 2020 tuve que dejar de correr. Regreso a Uruguay en la pandemia, corrí un par de carreras con el auto de mi tío, y en 2021 me planteo volver. Mi idea era poder plasmar todo lo que había aprendido en Argentina en el rally uruguayo, y salir en busca de un campeonato. Me compré un Ford Ka en cuotas, armé el proyecto para salir a pelear y bueno... Me pasaban cosas todas las carreras: el auto se me rompía, me fisuré una muñeca, no pude terminar una carrera del campeonato de ese año... »
«Termino muy frustrada, diciendo que me iba a retirar. Muy loco, porque acá estoy», confiesa Pita con una sonrisa. «Iban a hacer ya diez años de que había empezado a correr, siempre sintiendo que no se me daban las cosas. Hablando con mi psicólogo deportivo, él me planteó que lo que tenía que hacer era dar un cambio en mi carrera, y eso me quedo ahí sonando (en la cabeza). Más allá de que yo era piloto de rally y que nunca había corrido un rally raid, ¿cómo me iba a retirar sin intentar lograr mi sueño, que era correr un Dakar? Ahí empecé con la campaña de 'Pato camino al Dakar'».
«Hice absolutamente todo lo que estaba en mi poder: crowdfunding, rifas, me junté con medio Uruguay, iba a todas las reuniones, de cada reunión salía con un par de contactos nuevos...», recordaba Pita, ante las dificultades para obtener presupuestos en Uruguay. «Los sponsors empezaron a aparecer bastante tarde. Me saqué un préstamo para correr el Rally Atacama porque yo decía: '¿Cómo me voy a ir al Dakar si nunca ha venido a la arena?' Después surge mi primer auspiciante, y empecé a juntar cosas más chicas. Hasta tres o cuatro días antes de subirme al avión, estuve terminando de reunir el presupuesto, y logré ir al Dakar con un equipo que iba por primera vez. Nos conocimos todos en el aeropuerto y ahí nos fuimos, sin asistencia en carrera ni nada».
Pita continúa residiendo en Uruguay, aunque no ha parado de bajarse del avión este año para todo tipo de gestiones y pruebas en el terreno, incluidas sus visitas a Chile y Marruecos, donde ya compitió hace unos meses como piedra de toque para el Dakar. Toda preparación es poca, y más aún ante una edición en la que la uruguaya buscará quitarse el sinsabor de quedarse fuera de toda lucha a mediados de la primera semana en la edición de 2023 por un problema mecánico que no fue detectado hasta poco antes del inicio de una nueva etapa.
«Fue una experiencia increíble, ahí me enamoré de esta disciplina, y siento que estoy como comenzando una nueva carrera», comentaba Pita al hacer memoria del bagaje obtenido. «Aprendí que te superas constantemente, y que hay que aprender a confiar en una misma. Se nos presentaban muchas situaciones en las cuales decíamos: '¿Cómo vamos a hacer para salir de esta?', y siempre la solución aparece. A veces tardas un poco más, otras un poco menos, pero la solución está. Estando ya preparada media hora antes de la cuarta etapa me entero de que tenemos que abandonar. En ese momento se me derrumbó todo en un segundo. 'Mi sueño, mi trabajo de todo el año, no me voy a poder subir al podio a por la medalla de finisher'».
«Me acuerdo que me metí a la carpa y me puse a llorar. No tenía con quién hablar por la diferencia horaria con Uruguay, y en ese momento me dije: 'Pato, tenemos que identificar qué fortaleza de tu personalidad tenemos que usar ahora'. Tiendo a ser muy positiva y a tratar de buscar siempre el lado bueno a las cosas, incluso a las malas. Ahí me dije: 'OK, esto está pasando, acá lo importante ahora es poder reenganchar y hacer la mayor cantidad de etapas posibles, porque necesito aprender'. Al final fueron dos etapas las que nos perdimos».
«Ahí también aprendí que pasó el peor escenario que nos imaginábamos, y al final no fue tan malo y pude sacar algo bueno. Las doce etapas que salimos las terminamos bien, con el auto sano, transité todos los kilómetros, enfrenté un montón de miedos y me superé a mí misma. Creo que esa es la herramienta más importante en el Dakar», comenta Pita, que encuentra un espejo en el que mirarse con lo que le ocurrió a su nueva compañera. «Laia este año se pegó un "bombazo" que capaz otro piloto ahí abandona, ¿no? Pero llegaron al camión de asistencia y terminó. El Dakar es eso, en definitiva, buscar siempre que la fortaleza tienes que tenerla dentro de siempre, seguir adelante y no rendirse».
El espejo funciona en ambas direcciones, en palabras de 'Pato', algo que le ha ayudado mucho a crear un fuerte vínculo con Laia Sanz que espera poder aprovechar. «Nos conocimos en Marruecos, compartimos habitación y nos pusimos a hablar de la vida, de nuestras trayectorias, de cómo ha sido todo para las dos como mujeres en este deporte. Nos encontramos con que vivimos cosas muy similares, que ha sido muy difícil para las dos. Nos ganamos nuestro lugar, y creo que eso nos unió mucho. No nos vamos a rendir nunca, en ese sentido somos muy parecidas y perseverantes. Creo que eso nos lo ha forjado nuestra trayectoria como mujeres en este deporte desde siempre, tener como que demostrar más o que ganarnos nuestra credibilidad por ahí cuesta más que un varón».
«La veo como una gran líder del equipo, una referente. Siento que tengo mucho que aprender de ella. Obviamente, tiene mucha más experiencia que yo», reconoce Pita, que no escatima elogios hacia la competidora española. «Laia se subió a una moto con cuatro años y yo empecé a correr con 24, sin tener ningún tipo de experiencia previa, pero creo que vamos a hacer muy buen equipo. No me puedo comparar con ella desde el punto de vista conductivo, ni ahí me siento a la altura en experiencia. Por mi parte voy a hacerlo lo mejor posible, y a tratar de ir mejorando de etapa a etapa. Laia dijo algo muy lindo, que es que ella se ve en mí cuando estaba en sus primeros Dakar. Eso a mí también me pone muy feliz, quizá el día de mañana Laia tenga ya 24 Dakar y yo vaya a ir por mi décimo».
Astara espera haber podido solventar en parte en sus últimos tests los problemas que su coche suele tener al paso por las dunas, y la inexperiencia de Pita en este terreno le hace afrontar el desafío con aún más resolución. «En la superficie dura de piedra creo que vamos a andar muy bien las dos. Ojalá pueda encontrar lo más rápido posible el feeling con el auto en las dunas. Obviamente, a mí me va a costar mucho más que Laia, y este auto es difícil de llevar en las dunas. Voy a tratar de sobrevivir a las dunas de Arabia Saudí y salir lo más rápido posible de ellas sin perder mucho tiempo. Tenemos objetivos muy distintos, realmente deseo mucho que Laia pueda tener un buen Dakar que pueda plasmar en un buen resultado general o un podio. Y si nosotros la acompañamos terminando, creo que sería el resultado ideal para el equipo».
Fotos: Astara Team