Peligra la Alianza Renault Nissan
Las visiones de Renault y de Nissan de cómo mantener su alianza estratégica, un ejemplo para el sector del automóvil desde 1999, aumentan su divergencia. Según el WSJ, si Renault quiere fusionarse con FCA tendrá que reducir su peso en el control de Nissan.
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Publicado: 07/08/2019 21:30
La Alianza Renault Nissan echó a andar hace 20 años. Estando Nissan cerca de la quiebra, el fabricante francés adquirió el 43,4% de las acciones de la japonesa. Más adelante Nissan se hizo con el 15% de Renault. Ese desigual reparto se ha mantenido hasta hoy, cuando es Nissan quien más vehículos vende en la Alianza.
Renault puede votar con su participación en Nissan, pero no al revés
Actualmente la Alianza la conforma un tercer fabricante, Mitsubishi, después de que Nissan se quedase con una fuerte participación, el 34%, aprovechando un batacazo bursátil por el escándalo de las homologaciones en Japón, un asunto que venía de 25 años atrás. Los tres fabricantes son en realidad independientes, pero tenían como nexo común al CEO, Carlos Ghosn.
Pero ese nexo quedó interrumpido en noviembre del año pasado, cuando el mariscal de los negocios Ghosn fue arrestado en Tokio junto a su mano derecha, Mike Manley, que acabó en libertad. Ghosn también está en libertad condicional, peleando ahora en tres frentes judiciales: en Japón, en Francia y en Holanda.
A lo largo de este año hemos visto el inicio de un culebrón en el sector, la posible fusión 50/50 entre Fiat Chrysler Automobiles y Renault, que daría lugar a un gigante de la industria: 15 millones de vehículos al año, pero si no se contase con Nissan ni Mitsubishi serían "solo" 8,7 millones de unidades.
Ahora mismo Nissan se enfrenta a dificultades por la caída de las ventas y el aumento de los costes
El Estado francés, un accionista importante de Renault -tiene el 15,1%- puso pegas a dicha alianza, así como algunos directivos de Nissan. La operación de fusión quedó aparcada a la espera de que hubiese un cambio en el reparto accionarial. Eso es lo que se está proponiendo, según una información del Wall Street Journal.
Dicha publicación dice que Renault tendría que reducir drásticamente su participación en Nissan, al 15% o menos, para así equilibrar el terreno de juego desde la óptica de los japoneses. La operación, de aprobarse, necesitaría también el beneplácito de Francia. Sin embargo, para el Gobierno francés la Alianza Renault Nissan tiene que profundizarse, no reducirse.
Es más, el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, dijo en junio que la Alianza es "irreversible". Ahora que Renault y Nissan no tienen una dirección común, empiezan a verse los efectos de la bicefalia creada a raíz de la destitución del directivo por presuntas irregularidades financieras y uso irresponsable de los recursos de la compañía.
Fiat Chrysler perdió a su máximo dirigente también en 2018, Sergio Marchionne, pero no por supuestas corruptelas, sino por enfermedad. Ambos gigantes están en manos de otros directivos con visiones que no coinciden completamente con la de Ghosn o Marchionne. Ghosn desde luego apostaba por una mayor Alianza, no por lo contrario.
Renault tiene como accionista a Francia desde el final de la Segunda Guerra Mundial, tras expropiar la empresa a la familia Renault. A diferencia de Citroën o de Peugeot, que colaboraron activamente con la resistencia contra la ocupación nazi, Renault no se consideró como suficientemente colaboradora. Louis Renault murió en una celda putrefacta de Fresnes en 1944.
Según el Wall Street Journal, las conversaciones se retomarán en septiembre. Desde luego el Estado francés no está por la labor de reducir su participación en Renault, aunque la ha ido aliviando desde hace décadas. Bajo la batuta de Ghosn se intentó minimizar el efecto en la Alianza de las dos naciones, Francia y Japón.
Algunos analistas hablan abiertamente de "divorcio" y que su colaboración y sinergias bajen varios escalones. En el contexto actual y el que se avecina, los fabricantes tienen que tener bases muy sólidas para aguantar todas las perturbaciones: guerras comerciales, coches autónomos, digitalización, robotización, transición a la electromovilidad, etc.
Cuando Ghosn estaba al mando del barco hemos visto cosas como fabricar coches de Nissan en una planta de Renault en Francia, que los motores sean comunes, una expansión de marcas y huella de mercado, e incluso superar a los pesos pesados de la industria, Toyota y Volkswagen. Todo eso empieza a estar en peligro.
Fuente: Wall Street Journal (req. sub.)