Peligra uno de los matrimonios más poderosos de Europa que permitiría tener coches eléctricos baratos

Europa demanda un tipo de vehículo eléctrico que por ahora no está disponible y, lo que es peor, todavía puede tardar en llegar. La unidad entre Renault y Volkswagen podría facilitar y acelerar el vital proceso.

Peligra uno de los matrimonios más poderosos de Europa que permitiría tener coches eléctricos baratos
Dos grandes fabricantes europeos podrían unir fuerzas para plantar cara a China.

6 min. lectura

Publicado: 19/04/2024 07:00

La unión no sólo hace la fuerza, a veces también es necesaria. La llegada del coche eléctrico ha supuesto un cambio de rumbo significativo en una industria poco propensa a los cambios. La irrupción de China como potencia automovilística pone en riesgo al resto de marcas. Poco a poco sus coches van llegando a Europa y los fabricantes tienen la necesidad de reaccionar, aunque no es nada fácil. Las colaboraciones entre marcas están a la orden del día y hay una de ellas que resulta esencial, la misma que ahora corre un grave peligro.

El mercado se ha propuesto democratizar la movilidad eléctrica. Es necesario y obligatorio si las marcas quieren cumplir con los objetivos medioambientales fijados desde Bruselas. El Parlamento Europeo quiere borrar todo rastro de contaminación asociado al transporte. Los coches de combustión serán prohibidos, si nada cambia, a partir de 2035 y por ahora los plazos no se están cumpliendo. Los coches eléctricos se postulan como el futuro mayoritario, pero no están calando entre los conductores. Su cuota de mercado es todavía baja y, lo que es peor, numerosos indicadores apuntan a una ralentización del mercado. Muchos compradores siguen esperando a que bajen los precios.

La plataforma MEB no sirve para los modelos más baratos y pequeños de Volkswagen.

A Volkswagen le preocupa su imagen y sus fábricas poco aprovechadas

Es ahí donde surge el gran problema de las marcas tradicionales. Fabricantes como Volkswagen o Renault tienen muy difícil obtener rentabilidad con unos vehículos que cuestan mucho producir y que todavía no tienen una alta demanda. Tesla ha demostrado que es posible ganar dinero, pero se necesita un volumen muy grande para cuadrar las cifras. El otro camino es reducir gastos, algo que sólo es posible lograr mediante acuerdos y asociaciones. Para tal propósito, a finales del año pasado, empezaron a surgir rumores sobre un posible matrimonio entre Renault y Volkswagen con el objetivo de fabricar conjuntamente coches eléctricos pequeños y baratos, apenas 20.000 euros.

Calcula ahora el precio de tu seguro de coche

Calcula tu precio online

Aquellos primeros contactos quedaron confirmados por el CEO de la marca francesa, Luca de Meo, en parte presionado por el Gobierno galo para impulsar la estrategia eléctrica continental y para parar los pies a China. El acuerdo iba a ser a tres bandas, Renault, Volkswagen y Stellantis, pero estos últimos ya dejaron claro que no les interesaba. Todo apuntaba a que los alemanes iban a aprovecharse de la nueva plataforma del Renault 5. La arquitectura AmPR Small ha sido desarrollada para ser efectiva y barata, pero a los franceses nos les vendría nada mal la inyección monetaria de la superpotencia alemana para mejorar su margen de beneficio con el futuro Renault Twingo.

Todo el mundo ganaba con el acuerdo. Europa tenía sus coches eléctricos, los conductores sus vehículos baratos y las marcas su preciada y soñada rentabilidad. Sin embargo, tal y como apuntan fuentes alemanas, el acuerdo no sólo no avanza sino que puede romperse. Apodado como el proyecto Amsterdam, el principal escollo recae en la responsabilidad de la producción. La cúpula de Volkswagen está empeñada en que sean ellos los que fabriquen los coches surgidos de la asociación para así poder dar carga de trabajo a alguna de sus plantas eléctricas infrautilizadas, como la de Zwickau. Es decir, los alemanes temen que sus fábricas se queden vacías ante el posible reclamo comercial de un coche producido por Renault.

Renault proporcionaría la plataforma y también se encargaría de la producción.

Tal es la situación que varias fuentes internas aseguran que Volkswagen está considerando seriamente jugársela por su cuenta y desarrollar su propio coche eléctrico pequeño y barato, el esperado Volkswagen ID.1 que tanto tiempo lleva sonando. Sin embargo, esta opción tampoco contenta a todo el comité de dirección. El calendario apremia. Desarrollar un coche desde cero supone miles de millones en inversiones y varios años de trabajo. La actual versión de la plataforma MEB no sirve, es demasiado cara para semejante propósito y de tomar hoy la decisión de empezar de cero podría retrasar el lanzamiento de un coche que se antoja vital para no antes del 2029.

Para entonces muchos rivales podrían haberse adelantado, incluyendo las marcas chinas. El acuerdo con Renault recortaría significativamente los plazos. El coche podría estar listo en 2027. La pelota está en el tejado de Volkswagen. Los franceses esperan una decisión, para bien o para mal, en las próximas semanas. En Volkswagen también preocupa el hecho de cómo les haría quedar que otro fabricante rival se encargue de producir uno de sus coches, algo que no ha ocurrido hasta ahora. Los plazos apremian y en las próximas semanas descubriremos el futuro de una alianza que podría ser esencial para los intereses comunitarios.

Fuente: Manager Magazin

Este artículo trata sobre...

Pixel